
En Chile, Michelle
Bachelett regresó al poder presidencial sin grandes problemas, en Perú, la hija
del repudiado ex presidente Fujimori siguió los pasos de su padre, sin suerte.
En Rusia el ex presidente Putín tejió su regreso desde antes de concluir su
primera gestión.
En Estados
Unidos, la familia Bush –padre e hijo- llegó a la Casa Blanca y la esposa del
ex presidente Clinton, la señora Hillary, es candidata presidencial. En México,
el “otro innombrable, López Obrador, busca el puesto presidencial por tercera
vez consecutiva.

Y si bien no es
nuevo –y tampoco debiera sorprender a nadie- que los ex presidentes Salinas,
Calderón y Fox sean parte del activismo político del 2018 –sea en sus
respectivos partidos, sea al margen de la política partidista- lo cierto es que
existen escenarios impensables en la sucesión presidencial mexicana.
1. Lo más
llamativo de la novedosa participación de los ex presidentes mexicanos en 2018,
es que, por primera ocasión en la historia, una mujer cuenta con posibilidades
reales de convertirse en presidenta.
Pero además, -no
sería la primera mujer candidata-, no solo será otra mujer que aspira a la
candidatura presidencial por el PAN, sino que Margarita es la esposa del ex
presidente Calderón, con todo los que ello signifique.
Lo más curioso
es que con la señora Zavala no solo se replicaría en México el fenómeno de la
aspirante presidencial Hillary Clinton, sino que una eventual victoria de la
candidata demócrata catapultaría las posibilidades electorales de la esposa del
ex presidente Calderón; reputado estratega electoral que “sabe cómo hacerlo”. Y
es que, hoy por hoy, los Calderón son el mayor activo político y electoral del
PAN.

Sin embargo,
Margarita y Felipe no cacharon el guante –no lo tomaron en cuenta-, y la
reacción del guanajuatense fue de rudeza extrema: descalificó a Margarita y a
Felipe.
3. Y apenas el
pasado miércoles, en Guerrero, reapareció Carlos Salinas, controvertido ex
presidente que, en sus primeras declaraciones, enseñó sus cartas. Salinas
parece comprometido en la lucha contra los populistas allende la frontera norte
–en especial Donald Trump, el candidato presidencial republican-, quien se ha
propuesto derribar el TLC-, una de las joyas de la corona del salinato.
Pero lo más
importante de la reaparición de Salinas y su incursión al proceso electoral del
2018 es que al parecer llegó el tiempo de la venganza política de Salinas
contra su feroz adversario, el mesías tropical conocido como AMLO.
Y es que, en
efecto, cuando Salinas arranca su activismo político contra el populismo del
señor Trump –y contra el intento de derribar el TLC-, en realidad iniciará un
activismo contra el populismo “del otro innombrable”, el señor López. Es decir,
Salinas aplica el refranero popular en su vertiente de “escucha Juan para que
entiendas Pedro”; “¿Escucha Donald, para que entiendas Andrés?”.
4. Por lo
pronto, el ex presidente Zedillo participa con su silencio.
Al tiempo.
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