La obtención de la candidatura a la
Presidencia de los Estados
Unidos por Donald Trump, representa que penda la Espada de Damocles sobre el mundo y la única que puede
impedir la presencia de un nuevo Hitler
en el escenario internacional es la candidata republicana Hillary Rodham Clinton, esposa del ex presidente
norteamericano William
Jefferson Clinton.
En la reanudación de Minutero
Político se
ocupa Juan Elizalde Lara del tema electoral de los Estados Unidos de América, que por razones obvias afecta a la
totalidad de las naciones del orbe.
“No
construiremos un muro… Construiremos un camino a la ciudadanía para millones de
migrantes que contribuyen a nuestra economía”, se comprometió Hillary Rhodam
Clinton al aceptar el pasado jueves la candidatura del Partido Demócrata a la
Presidencia de los Estados Unidos de América.
El suceso
resultó histórico, pues es la primera ocasión que una mujer tiene posibilidades
reales de conquistar el gobierno de la nación más poderosa de la tierra; pero
antes deberá superar el arraigado machismo que prevalece entre los habitantes
del país del norte.
La tarea que le
espera de aquí al 8 de noviembre a la ex Secretaria de Estado no es sencilla, pues
tendrá que enfrentar la patanería y rudeza excesiva de su oponente del Partido
Republicano, el empresario Donald Trump.
Pero saldrá
avante como ha ocurrido en ocasiones anteriores en que a base de temple, enfrentó
con decisión crisis familiares y políticas, incluso la eventualidad del
naufragio de su matrimonio cuando su esposo Bill era el presidente de los
Estados Unidos.
Hillary defendió
durante en el discurso de aceptación de la candidatura demócrata, la necesidad
de una Reforma Migratoria en los Estados Unidos, iniciativa que espera haga
crecer la economía del país.
Aseguró que no
construirá muros que separen la frontera con México y que privilegiará en
cambio vías para la naturalización de millones de inmigrantes que contribuyen a
la economía y calificó de “inhumanas” las deportaciones.
Enfatizó Clinton
“Estados Unidos precisa de cada uno de nosotros para que aportemos nuestra
energía, nuestros talentos, nuestras ambiciones para que nuestra nación sea
mejor y más fuerte”.
Aseguró que en
la Casa Blanca, ella será “la presidenta de demócratas, republicanos e
independientes. Para los que tienen que esforzarse, para los que progresan y
para los que son exitosos. Para los que han votado por mí y los que no. Para
todos los estadounidenses”.
Agregó que la
economía del país aún no está en el nivel de excelencia en que podría estar, y
que por ello numerosos estadounidenses sienten que han quedado rezagados.
Le dio la razón
a sus conciudadanos que se sienten frustrados y furiosos porque piensan que la
economía no está funcionando de la forma que debiera.
Pero negó que
los norteamericanos tengan miedo. Acusó: “Trump busca que los estadounidenses
teman al futuro para que se tornen ciegos ante los peligros del mundo
contemporáneo”.
“Él quiere que
tengamos miedo del futuro y tengamos miedo los unos de los otros”. Agregó: “No
tenemos miedo. Vamos a crecer ante el desafío, como siempre lo hemos hecho”.
La candidata se
refirió también al “racismo sistémico” que sufren las comunidades negra y
latina en EU y prometió una reforma del sistema judicial y un mayor control de
las armas. “Tenemos que curar las divisiones en nuestro país”.
En la parte
final de su discurso Clinton se mofó de la visión expuesta por Trump en el
sentido de que puede resolver todos los problemas y dijo que EU “no es un país
donde una sola persona tiene todo el poder” y descalificó a Trump para que se
le confíen los códigos de las armas nucleares.
Rechazó la
demócrata que su oponente sepa –cómo el asegura- “más que los generales sobre
el Estado Islámico” y negó que Donald Trump esté calificado para ser el
comandante en jefe del país. Y le respondió: “No Donald, no sabes”.
“Pierde la
compostura a la mínima provocación. Cuando un periodista le pregunta duramente.
Cuando es desafiado en un debate. Cuando alguien protesta en un acto”.
“Imagínenlo en
el Salón Oval enfrentando una crisis real. Un hombre que muerde el anzuelo con
un tuit no es un hombre al que podamos confiarle las armas nucleares”.
Definitivo:
Clinton es la mejor calificada para ser elegida como presidenta de los Estados
Unidos. Desde hoy al 8 de noviembre, pende sobre la humanidad la espada de
Damocles. Es real el peligro de un triunfo electoral de Donald Trump.
Al candidato
republicano se le teme más por su discurso de odio que por su populismo, así
que, a contener la respiración y a esperar que no se nos anuncie el 9 de
noviembre el peor de los acontecimientos que podrían ocurrir.
Ex
presidentes rumbo al 18
El proceso
electoral del reciente 6 de junio dio la voz de arranque para el proceso
electoral de 2018 aunque previamente, en 2017, habrán de realizarse elecciones
locales en varias entidades entre las que se encuentran Coahuila y el Estado de
México.
Con demasiada
anticipación los aspirantes a candidatos asoman la cabeza y de manera informal
adelantan el proselitismo, principalmente Andrés Manuel López y Margarita
Zavala quienes de acuerdo con varios muestreos aventajan en MORENA y el PAN.
Ha llamado la
atención al calor de la pre contienda el hecho de que tres ex presidentes hagan
caso omiso de una regla no escrita de nuestra política para irrumpir
ruidosamente en el escenario nacional.
Se trata del
panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el hoy sin partido Vicente Fox Quesada
y el priísta Carlos Salinas de Gortari.
El que los tres
políticos opinen sobre la próxima presidencia del país no tendría nada de malo
pero –repito-, el silencio de los ex presidentes en política nacional había
sido una regla no escrita siempre observada.
De hecho en
otros países democráticos los ex no solo opinan, frecuentemente retornan y
toman el poder como lo ilustran los ejemplos recientes de Putín en Rusia y
Michelle Bachelett en Chile.
En los Estados
Unidos Bush padre ocupó la presidencia durante dos períodos y varios años más
tarde Bush hijo también despachó desde la Oficina Oval, en Argentina luego de
que concluyó el mandato de su marido, Cristina Fernández ocupó la Casa Rosada.
En México no
debería sorprendernos que en cuanto mexicanos con derechos políticos a salvo,
cualquiera participe en los procesos electorales aunque quien lo haga haya
ocupado en fecha cercana o lejana el máximo cargo de gobierno.
De nuevo el
ejemplo más cercano que tenemos al alcance es el de los Estados Unidos, donde
los ex presidentes realizan campaña a favor de sus partidos, o acaso ¿Obama no
hizo proselitismo por la hoy candidata Hillary Clinton?.
Otro tanto se
puede decir de Bill Clinton, que no dudó un momento para apoyar a su esposa, o
los Bush para impulsar la pre candidatura de su consanguíneo Jeff Bush.
Es algo normal
en los países de tradición democrática. En México no ocurría por el temor a la
polarización política y a la violencia que podría irrumpir en los diferendos
electorales.
La coyuntura para esto se dio con la intención
de Margarita Zavala de que el Partido Acción Nacional la postule a la Presidencia
de México. En el pasado habíamos tenido candidatas desde la oposición, pero
nunca con la posibilidad real de triunfar.
Zavala declaró
que si su partido no la impulsa será candidata independiente, pero ya es un
hecho que aparecerá en la boleta electoral del 2018. El ex presidente Calderón
no dudó en apoyar a su esposa lo que criticó el también expresidente Vicente
Fox.
Según Fox los ex
presidentes no deben meter su familia a la política, olvidó que estando en
ejercicio pretendió que lo sucediera Martha Sahagún incluso distrayendo dinero
del erario, para la creación de la fundación Vamos México
Ricardo Alemán,
autor de la columna Itinerario Político que se publica en Milenio, asegura que
un eventual triunfo electoral de Hillary Clinton favorece las aspiraciones de
Margarita Zavala, quien junto con su esposo Felipe constituye el principal
activo político del PAN.
Ignoro si los
mexicanos estamos listos para elegir una presidenta, sé en cambio que Margarita
Zavala es una mujer con capacidad, que independientemente de los logros de su
marido ha labrado su propia carrera política.
El principal
obstáculo aunque no irremontable que se opone a su triunfo, es el acendrado machismo
de los mexicanos, una situación no muy distinta a la que deberá enfrentar
Hillary Clinton en los meses por venir.
Carlos Salinas
de Gortari es el tercero de los ex presidentes que rompe la regla no escrita
del silencio, pero en su caso el objetivo parecen ser los populistas,
principalmente los que se ubican al norte de la frontera como Donald Trump.
Su irrupción es
forzada por la intención declarada por el candidato republicano de derrumbar el
Tratado de Libre Comercio entre México, los Estados Unidos y el Canadá y que
Salinas tiene como uno de los principales logros de su gobierno.
También acomete
contra Andrés Manuel López Obrador, el más encarnizado de sus oponentes
políticos y con quien comparte la designación de “el innombrable”. Pero además sigue
siendo un “peligro para México”.
Resumiendo: en
lo personal no votaría por ninguno de los dos aspirantes que llevan la
delantera en la carrera presidencial del 2018, pero me agrada que una mujer
tenga reales posibilidades de ser electa presidenta de México.
Tampoco votaría
por independientes cómo los que se mencionan: Jaime Rodríguez, Jorge Castañeda,
Pedro Ferriz y Carmen Aristegui, ni considero opción a tricolores como Miguel
Ángel Osorio Chong.
Nunca me ha
convencido el PRD, menos todavía el “verde ecologista”, entonces la única
opción es Margarita Zavala, por la novedad de su género y porque honestamente,
entre los proyectos que se mencionan es a mí juicio la más preparada y
calificada.
Hasta aquí la
entrega, en la próxima hablaré de los que quieren ser candidatos al gobierno de
Coahuila que los hay de dulce, chile y manteca. Son demasiados aspirantes pero
la cantidad no es necesariamente garantía de calidad.
La cita es muy pronto, aquí en las redes sociales y en mi revista en línea www.hoyacontecerdelalaguna.blogspot.com , mientras tanto
pórtense mal y cuídense bien.
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