Miguel Ayax González Hubbard |
Como por arte de magia el ahora
ex-gobernador de Durango Jorge Herrera Caldera y el ex-alcalde gomezpalatino
José Miguel Campillo Carrete, son acusados de innumerables anomalías que han
venido repercutiendo en detrimento de las finanzas públicas, tanto del Estado
como del municipio de Gómez Palacio.
José Rosas Aispuro Torres el actual
gobernador y el equipo que ahora tiene en la Secretaría de Finanzas y
Administración, han informado que la pasada administración dejó un déficit de
15 mil millones de pesos y, se supone, que esto se debe a los malos manejos
financieros pero no sólo por ello, sino porque “alguien” se robó cientos o
miles de millones por obras que se pagaron pero no se hicieron.
Es, algo así, como si un modesto obrero
debiera 15 millones de pesos de luz a la voraz Comisión Federal de Electricidad
y que ni sus pertenencias ni su modesta casa del Infonavit tengan con qué
respaldar el pago.
Javier Duarte |
Sabemos que en Chihuahua sucedió más o
menos lo mismo, como ocurrió en Quintana Roo y, por poner un ejemplo cercano,
lo que pasó en Coahuila que de la noche a la mañana (o cuando menos en un
sexenio) los ciudadanos vieron crecer la deuda de su gobierno de unos cientos
de millones a más de 36 mil.
La voracidad ilimitada de los
gobernantes y sus camarillas dejan al pueblo en el desamparo económico, no
habrá para obras ni grandes ni chicas, la inseguridad seguirá creciendo y todos
y cada uno de nosotros nos veremos afectados porque, por ejemplo en Durango, ya
se está pensando en que se volverá a pagar la tenencia vehicular y en Gómez
Palacio se incrementará el costo del Impuesto Predial.
Ahora, las diferencias entre Coahuila y
Durango son enormes; en el Estado de Carranza, están Saltillo, Torreón, Piedras
Negras, Monclova, Sabinas, Acuña y otras ciudades de menor importancia pero que
aportan con su comercio e industria.
Tiene minas, carbón, riqueza forestal y
auque sea un pedacito, frontera con Estados Unidos por donde puede sacar y
vender lo que le dio la naturaleza.
En Durango, nuestro Estado, son
únicamente la capital, Durango y la ciudad de Gómez Palacio las que pudieran
aportar “algo”. Las demás, de Lerdo para abajo, están y siempre han estado, en
situación deficitaria.
Su única riqueza es la forestal y algo
de minería por ello el desvío de recursos, reprobable de cualquier modo, no
afecta en iguales condiciones a los que deberemos pagar el robo de los
gobernantes.
En Gómez Palacio, la administración
entrante señala a la recién salida de turbios manejos que van desde el
sostenimiento de 350 “aviadores” hasta el tener “arreglos” con empresas de la
zona fabril que pagaban 100 mil pesos mensuales por el consumo de agua y que
realmente estaban gastando –según afirma el Sistema de Agua- un volumen que, en
el primer mes, generó más de un millón de pesos.
Enrique Peña Nieto |
Es decir, pues, que mensualmente la
pasada administración y sus autoridades se estaban embolsando casi medio millón
de pesos por semana, repartidos entre quien sabe quién.
Las raterías de los políticos no son
nada nuevo; desde fechas remotas el que tiene el poder lo aprovecha para sí. De
la revolución quedó aquello de “me lo carranceé” haciendo alusión a Carranza;
es decir, se apropiaron de lo que no era suyo o más sencilla y llanamente: se
lo robaron.
Emilio Gamboa Patrón |
El señor Senador de la República don
Emilio Gamboa Patrón es sorprendido con sus amigotes en un área protegida a
bordo de un helicóptero y un yate donde, por ningún motivo, debían estar.
Que roben, no asombra a nadie. Lo que
molesta es que, por ejemplo en los casos de Durango y Gómez Palacio, los
aludidos no se defiendan, no abran la boca, se hagan los occisos y
desaparecidos pese a las graves acusaciones que tienen.
“El que calla otorga” dice el dicho y si
ni se defienden, si no dan la cara, alguna razón debe haber para ello ¿o no?
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