Martha Lucía Díaz Mares |
Lectora insaciable además
de promotora infatigable de la lectura Martha Lucía Díaz Mares es poseída por la musa de la poesía,
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Este legendario
evangelizador y defensor de los indios, vivió y murió en Monclova, la historia
le da un aire sobrenatural; Hasta la fecha nadie ha encontrado su última morada
que bien pudiera ocultarse en algún lugar de la Iglesia de San Francisco de
Asís del Sector El Pueblo.
Zócalo Monclova |
Por: Néstor Jiménez
Una larga caminata les esperaba a aquellos
Españoles desde Jalisco hasta el norte de la Nueva España sin embargo los movía
la esperanza de conquistar pacíficamente las tierras por medio del evangelio.
Entre ellos iba un sacerdote, firme defensor de
los indios y que siempre buscaba su bienestar a pesar que incontables ocasiones
su vida estuvo en peligro. Denunció los excesos y la esclavitud a la que los sometían
los españoles en Minas y Haciendas.
Era el año de 1674 y fueron enviados al mando de Antonio de Barcárcel Riva de Neira y Sotomayor para pacificar las provincias más septentrionales dentro de las cuales se encontraba la actual Coahuila. La emoción de conocer estos terruños por los que años antes pasearon conquistadores de renombre, hacían más apasionante la travesía.
Era el año de 1674 y fueron enviados al mando de Antonio de Barcárcel Riva de Neira y Sotomayor para pacificar las provincias más septentrionales dentro de las cuales se encontraba la actual Coahuila. La emoción de conocer estos terruños por los que años antes pasearon conquistadores de renombre, hacían más apasionante la travesía.
Pusieron una enorme cruz en lo que llamaron
Santa Cecilia de Castaño y siguieron más al norte observando el maravilloso y
enorme caudal del Rio que ahora conocemos como Monclova y llevaron a cabo su
misión.
Con la cédula que la real audiencia de
Guadalajara les expidió fechada el 24 de Octubre, se llevó a cabo la fundación
de la Villa de Guadalupe de la Nueva Extremadura y meses después, en Abril de
1675, en la iglesia llamada “La Purísima” se ofició una misa.
Curiosamente este evento ocurrió 14 años antes de la Fundación definitiva de Monclova a cargo de Alonso “El Mozo” De León, el 12 de Agosto de 1689.
Curiosamente este evento ocurrió 14 años antes de la Fundación definitiva de Monclova a cargo de Alonso “El Mozo” De León, el 12 de Agosto de 1689.
Muchos han escuchado el nombre del sacerdote
encargado de dar la homilía e incluso varias calles perpetúan su memoria... ¿Pero
en realidad sabe quien fue o que hizo?... ahí en ese lugar se dio a conocer
para siempre en nuestra región como Fray Juan Larios de Villela.
Un nacimiento de leyenda
El Cronista de Monclova y Director del Archivo
Municipal, Arnoldo Bermea Balderas refiere que un halo de misticismo rodea la
venida al mundo de este sacerdote hijo de Don Juan Bautista Larios y Doña
Francisca De Villela: Nació en Sayula Jalisco, en 1633.
Este citó el libro “La Expansión del Septentrión Novohispano” donde se lee un apunte del Investigador Jesús Figueroa Torres que afirma: “Su nacimiento estuvo rodeado de grandes hechos sobrenaturales, ya que entre los años 1632 y 1633 una cruz que estaba colocada en una encrucijada de una de las principales calles del poblado de Sayula se comenzó a mover misteriosamente sin que mediara causa visible, lo cual fue tenido por hecho sobrenatural o milagroso”.
Este citó el libro “La Expansión del Septentrión Novohispano” donde se lee un apunte del Investigador Jesús Figueroa Torres que afirma: “Su nacimiento estuvo rodeado de grandes hechos sobrenaturales, ya que entre los años 1632 y 1633 una cruz que estaba colocada en una encrucijada de una de las principales calles del poblado de Sayula se comenzó a mover misteriosamente sin que mediara causa visible, lo cual fue tenido por hecho sobrenatural o milagroso”.
Desde temprana edad ingresó a la orden de
Frailes Menores del Convento de San Francisco en la ciudad de Guadalajara y era
muy inteligente y dedicado además de dominar a la perfección las lenguas
indígenas. A los 18 años, el 25 de Marzo de 1651, recibió el hábito de novicio.
En lo único que concuerdan los historiadores es que se ordenó sacerdote a los
24 años pero difieren si la ceremonia estuvo a cargo del Obispo Juan Ruiz
Colmenero o el Obispo Fray Marcos de Ramírez.
A finales de Mayo de 1668 regresó a su terruño
convertido en cura doctrinero y por recomendación de Fray Nicolás de Angulo fue
nombrado guardián del Convento de Amecua y Guadalajara.
Bermea Balderas explicó que el primer contacto
con la tribu Chichimeca fue cuando llegó al Mineral del Parral en 1673 donde
convivió con los trabajadores y desde ahí se dirigió a tierras Coahuilenses
tras la insistencia de los naturales para que les otorgara el bautismo y narran
que en ese entonces llegó a convertir a 500 almas descarriadas.
El 1o de Noviembre de 1673 le fue extendida la
patente como cura, vicario y juez Eclesiástico de la Provincia de Coahuila tras
ser tramitada por el Obispo Francisco Verdín y Molina.
La aventura en nuestras tierras
El 18 de Noviembre de 1674 Larios llegó a
Saltillo y para el 22 de Noviembre el Alcalde Mayor Riva de Neira y Sotomayor
le dio la posesión del Pueblo de Santa Cecilia de Castaño que aun no tenía
gente salvo naturales. Se sitúa también la figura del Franciscano en Patos
(Actual General Cepeda) el 19 de Enero de 1675 donde mantuvo correspondencia
con el Comisario General de Treviño.
Ya instalado en el Poblado de Nuestra Señora de
Guadalupe (Monclova) Antonio Barcárcel, el mismo mes de Abril cuando oficio
Juan Larios la primer misa en “La Purísima”, ordenó una expedición al norte
encabezada por Fernando del Bosque como Teniente de Alcalde Mayor acompañado
por nuestro personaje y el Fray Diego de San Buenaventura junto a un interprete
identificado como Lázaro, veinte indios Boboles al mando de su jefe “Cruz“ y
cien indígenas Hueyqzales que se unirían en el Rio Nadadores además de
españoles como Ambrosio De Berlanga y Diego Luis Sánchez.
Los investigadores María Luisa Rodríguez Sala,
Patricia Guadalupe Alfaro, María Eugenia Cue e Ignacio Gomezgil, refieren que
la misión era apuntar las distancias así como parajes, ríos, montañas y
detallar asentamientos humanos que encontraran.
Día a día encontraban parajes nuevos y todo lo
anotaban en su derrotero contribuyendo ampliamente al conocimiento de los
alrededores de la hoy Capital del Acero que ya anteriormente tenía varias
fundaciones.
Llegaron a tierras más allá del rio Bravo en
territorio texano y a decir de Arnoldo Bermea bautizaron diversos lugares de la
región y Coahuila con nombres que aún perduran en la actualidad.
Cosa increíble es aquella en que los mismos
indios pedían ser bautizados y colaborar con la corona para mantener la paz en
el área... ¡Larios logró sin derramar una gota de sangre lo que ni las armas y
regimientos de soldados habían hecho en tan poco tiempo!
En aquellos años existían dos poblados San Miguel de Luna lo que es ahora el sector oriente de Monclova donde vivían los indios y San Francisco de la Nueva Tlaxcala del lado poniente donde radicaban españoles y sus familias.
En aquellos años existían dos poblados San Miguel de Luna lo que es ahora el sector oriente de Monclova donde vivían los indios y San Francisco de la Nueva Tlaxcala del lado poniente donde radicaban españoles y sus familias.
Cuando los exploradores regresaron se organizó
una gran fiesta el día 29 de Junio y el 30 Larios hizo una procesión con las
imágenes religiosas y ofició misa.
Los indios tuvieron prohibido entrar a la
Iglesia “La Purísima” lo que indignó a Larios y los demás sacerdotes, e
inmediatamente se construyó la actual iglesia de San Francisco de Asís donde recibirían
los indígenas los sacramentos y la homilía. Incluso ahí vivió.
¡Ironía del destino!: Del templo destinado a la
población criolla sólo queda en pie un muro frente a la actual Alameda Juárez
de Monclova mientras el que albergó a los nativos conversos sigue majestuoso
hasta nuestros días en el sector el Pueblo.
Fallecimiento,
apariciones y enigma de la tumba
Se le atribuye a Larios algunas fundaciones más como Santa Rosa, Baluartes, Cuatrocienegas, además que vivió en el convento de San Francisco de Coahuila. En la segunda mitad de 1676, el Padre Larios enfermó y finalmente falleció el 7 de Septiembre, relativamente joven a la edad de 46 años.
Fray Dionisio de San Buenaventura, quien quedó
como Comisario Interino a la muerte de su amigo informó del deceso a sus
superiores en la Ciudad de Guadalajara. Fray Nicolás Antonio Órnelas y Mendoza
Valdivia en su escrito “Crónica de la Santa Provincia de Jalisco” refiere que
Larios falleció a 200 leguas al norte de Guadalajara, lo que corresponde donde se
estableció el presidio de Santiago de la Monclova.
Sin embargo a ciencia cierta se desconoce el
lugar exacto donde sus restos fueron sepultados, hasta nuestros días es un
misterio que ningún historiador, investigador o algún documento de aquellas
épocas hayan dejado en claro.
En el invaluable compendio “La Expansión del Septentrión
Novohispano”, los autores refieren que el misterio de la tumba de Fray Juan
Larios ha llevado a Investigaciones incluso en el Municipio de San Pedro de las
Colonias realizadas por el Doctor Manuel Medina, quien fue Director de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Coahuila en 1960. El profesionista
llegó a la Misión de Santiago en el Desierto basado en un fragmento que
encontró de una carta de un misionero que se quejaba con amargura de los
indios.
Existe un terrorífico relato que se consigna en el mismo libro, donde Órnelas y Mendoza Valdivia narra la espeluznante experiencia que le confió Fray Esteban Martínez. Este le aseguró que a la muerte de Fray Juan Larios se le apareció en la Misión de Baluartes (Paraje ubicado entre Estación Hermanas, Escobedo y el Ejido Zaragoza de Progreso por el antiguo camino a Lampazos).
Existe un terrorífico relato que se consigna en el mismo libro, donde Órnelas y Mendoza Valdivia narra la espeluznante experiencia que le confió Fray Esteban Martínez. Este le aseguró que a la muerte de Fray Juan Larios se le apareció en la Misión de Baluartes (Paraje ubicado entre Estación Hermanas, Escobedo y el Ejido Zaragoza de Progreso por el antiguo camino a Lampazos).
No fue una sino varias veces las que el ánima
de Larios se presentaba a Fray Esteban (Se aparecía cada tres o cuatro noches)
a quien le pedía rezaran juntos el himno del oficio Divino “ Te Lucis ante
terminum” y “La Magnificat”. A pesar que Larios decía estar con Dios espantaba
al Franciscano quien comenzó a padecer crisis nerviosas que mermaron su salud hasta
matarlo.
No es coherente que tras fallecer en Monclova
se buscara un lugar tan alejado para inhumar el cuerpo del bien amado fraile y
emprender una travesía para enterrarlo a muchas leguas de distancia.
El enigma de la tumba de Fray Juan Larios sigue
hasta nuestros días y Bermea Balderas especuló sobre la posibilidad que sus
restos se encuentren en algún lugar de la Iglesia de San Francisco de Asís, en
el sector El Pueblo o terrenos adyacentes ya que es muy lógico que el sepelio
ocurriera en el sitio donde estuvo al final de sus días. Desgraciadamente
ningún manuscrito consigna su sepultura.
El Padre Larios, amó estas tierras y fue un
ejemplo de hombre de dios que protegió hasta el cansancio a los indígenas.
Entre la leyenda y la realidad su nombre quedó ligado para siempre a las
páginas de nuestra historia.
Oraciones que el fantasma de Larios rezaba
junto a Fray Esteban Martínez, en la misión de Baluartes.
Te
lucis ante terminun
Antes que la luz llegue a su término
te pedimos, autor de toda cosa
que con el bien de tu habitual clemencia
nos prestes tu asistencia y tu custodia.
Aleja de nosotros los fantasmas
nocturnos y el engaño de los sueños,
y líbranos de nuestros enemigos,
para que nada manche nuestros cuerpos.
Oye nuestra oración, piadoso padre
que en unión de tu hijo Jesucristo
y con el santo Espíritu Paráclito
imperas por los siglos de los siglos.
Amen.
La Magnificat
La Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros
padres- en favor de Abraham
y su descendencia por siempre.
Amén
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