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30 de noviembre de 2010

La gran estafa sigue dando

Cada día afloran datos nuevos acerca de la corrupción con que se está dando en la construcción de la Gran Plaza de Torreón, los que ni tardo ni perezoso publica en su columna el 11 Regidor del Ayuntamiento Rodolfo WALSS AURIOLES  en su columna ACOTANDO y no se trata de que el edil busque sólo lo negativo para darle difusión, lo que ocurre es que los responsables de las corruptelas no imitan a los gatos para ocultar sus porquerías cubriéndolas al menos con algo de tierrita.

Mientras los priistas ya no hayan como darle carpetazo al asunto de la Gran Estafa (Plaza), los constantes fraudes y mentiras se encargan de mantenerlo vivo.
La semana pasada la síndica del PRI, Lucrecia Martínez, envío un boletín de prensa en el que textualmente argumenta que la empresa de sus hermanos “se retira del proyecto de la concesión del estacionamiento de la Gran Plaza, por motivos personales y laborales”.
Lo primero que salta a la vista es que la síndica haga las veces de vocera de la empresa de sus hermanos, lo que demuestra que está metida hasta el cuello en el negocio y corrobora el conflicto de intereses y tráfico de influencias que se denunció desde un principio. Respecto al comentario de que sus hermanos se retiraron de la concesión, resulta ser completamente falso. Legalmente, la empresa de sus hermanos ganó la licitación y no puede desligarse de la concesión, porque si lo hacen, tendría que seguirse un procedimiento alterno para asignar a un nuevo ganador. Lo que ocurrió es que el artículo 240 del Código Municipal permite al ganador de la licitación formar una empresa nueva para que se haga cargo de la concesión. Eso fue lo que hicieron los hermanos de la Síndica. Sin embargo, aun cuando ellos ya no aparezcan como socios, siguen siendo los responsables de la concesión, por así disponerlo expresamente el mismo artículo 240. La síndica trató de acallar las críticas, pensando que nadie se iba a percatar que se trata de una triangulación, que si bien es legal, no implica de ninguna manera que sus hermanos queden desligados de la concesión y menos borra la ilegalidad, conflicto de intereses y tráfico de influencias que les permitió ganar la licitación. Cuando inició todo este asunto, la síndica argumentó que nada impedía a sus hermanos ser concesionarios. Al verse desmentida, salió con la puntada de que no había conflicto de intereses, ya que la empresa de sus hermanos era una persona moral y, por lo tanto, no era su pariente. Como su argumento sólo causó hilaridad, ahora pretende engañar a los ciudadanos aduciendo que sus hermanos ya no tienen nada que ver con la concesión. A pesar de lo falso y absurdo de sus argumentos, la Señora síndica priista todavía se extraña de que su imagen pública esté por los suelos.

1 comentario:

  1. Definitivamente, la administración municipal encabezada por Eduardo Olmos Castro está actuando al revés que el gobierno del profesor Humberto Moreira Valdés.
    A unos días de rendir su Primer Informe lo que nos queda claro es que Lalo le está quedando a deber a los habitantes de Torreón.
    Tal vez lo mejor sería que el aún alcalde volviera a su costumbre de chapulín y dejé su posición actual para buscar un nuevo cargo.
    A la mejor podría ganar una diputación.
    Carlos Gerardo Rodríguez Martínez

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