Verónica Maza Bustamanete |
Mentiría si afirmara que sigo a Verónica Maza Bustamante
desde hace diez años, cuando empezó a escribir en Milenio y otros foros acerca de
sexualidad pero no si digo que soy su fiel seguidor a partir de que me di
cuenta de que es una autoridad en el tema y que constantemente se prepara para
saber más del tema y darnos a conocer a sus lectores los mitos y realidades de
lo que según Charles Darwin
ocupa un alto porcentaje de nuestra inteligencia, consciente y subconsciente.
México
• Queridos míos, hemos llegado al último recuento de estos diez años de vida de
El Sexódromo. Muchos temas se quedaron en mi archivo y en la hemeroteca (por
suerte ahora existe la posibilidad de revisar columnas atrasadas por internet),
pero otros volvieron a salir a la luz estas semanas, tan vigentes como cuando
fueron publicados. Les agradezco su compañía a lo largo de esta década y ¡vamos
por más! Que empiece marzo, mes en que inicia la primavera, con nuevos ímpetus,
temas, regalos, conocimientos, sorpresas, pasión, amor y felicidad en este
espacio.
Violencia
en el noviazgo
Según
la Encuesta Nacional de Violencia en el Noviazgo (Envin), realizada por el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) junto con el Instituto
Mexicano de la Juventud, 15.5 por ciento de los mexicanos de entre 15 y 24 años
con relaciones de pareja ha sido víctima de violencia física; 75.8 por ciento
ha sufrido agresiones sicológicas y 16.5 por ciento ha vivido al menos una
experiencia de ataque sexual. Es decir que hoy en día los cocolazos no empiezan
con el matrimonio, sino que cualquier adolescente (de ambos sexos, aunque se
trata de integrantes del sexo femenino en su mayoría) puede recibir un trancazo
de su novio/a de buenas a primeras.
En
el libro Amar a madrazos. El doloroso rostro de la violencia entre jóvenes,
escrito para la editorial Grijalbo por Ale del Castillo y Moisés Castillo, periodistas
de la Ciudad de México, se habla de la violencia física pero también de la
sexual, la económica, la de género y la psicoemocional (esta última difícil de
ubicar, presente en muchas relaciones de parejas de todas las edades). En el
libro se encuentran 19 historias más la opinión de especialistas en distintas
áreas que aclararon los motivos, las circunstancias más comunes, lo que se
puede hacer en estas situaciones.
Anticoncepción
de emergencia
El
doctor Leopoldo Vázquez, médico ginecobstetra y biólogo de la reproducción
humana, me habló sobre la manera correcta de usar la píldora de emergencia que
contiene la hormona sintética levonogestrel: la presentación es de dos
tabletas, cada una de .75 miligramos. La dosis total es de 1.5 miligramos. Se
debe tomar la dosis total en una sola ocasión. Es decir, se rompió el condón y
en el momento en que lo descubro, abro el botiquín y me tomo mi pastilla. El
límite de seguridad serían 48 horas para hacerlo. Cuando utilizamos esta dosis
podemos esperar efectos secundarios que son dolor de cabeza, dolor de senos,
náusea o vómito (aunque sucede con una frecuencia menor al cinco por ciento).
Si una mujer llega a vomitar antes de una hora de haberla tomado es necesario
repetir la dosis. La misma absorción que se da por vía oral se presenta por vía
vaginal, por lo que se puede aplicar de esa manera como alternativa para
aquellas a las que les produce mucha náusea, siendo necesario colocarlas con
las manos limpias, cerciorándose de que queden en el fondo de la vagina. Y así,
aunque lleguen a vomitar, la hormona se absorbió por vía vaginal y no es
necesario repetir la dosis.
En
la escuela
La
psicóloga especializada en temas de sexualidad Vivianne Hiriart, presentó una
edición actualizada de su libro Educación sexual en la escuela (editorial
Paidós), necesario porque los adolescentes que reciben una educación sexual
adecuada son los mejor preparados para enfrentar las ansiedades e inquietudes
propias de esa edad y para aprender a ejercer una sexualidad sana, madura, gozosa
y responsable. Entre otros efectos contraproducentes, la falta de información,
los mitos, los prejuicios o el silencio timorato en torno de la sexualidad
propician las relaciones desprotegidas, los embarazos no deseados y las
enfermedades de transmisión sexual, además de volver más vulnerables a
violaciones y abusos a jóvenes e infantes. Conscientes de ello, profesionales
de la salud, grupos feministas, instituciones académicas y organizaciones
civiles han pugnado por que en las escuelas se imparta educación sexual al
menos desde la pubertad. Afortunadamente, hoy en día se cuenta con la voluntad
política necesaria para responder a esta legítima demanda de la sociedad y se
vive un momento propicio para fortalecer y consolidar una nueva cultura
alrededor de los derechos sexuales y reproductivos de la población. En esta
coyuntura, se ofrece este valioso instrumento que ayuda a encontrar la mejor
manera de abordar en el salón de clases diversos temas relacionados con la
sexualidad y con la psicología del adolescente, y a orientar a sus alumnos en
esta etapa de cambio y descubrimiento.
Contra
el VIH
Es
importante que ellos pero, sobre todo ellas, entiendan que pueden y deben
negociar el uso del condón antes de una relación erótica. Las mujeres tendrían
que llevar sus propios preservativos masculinos en la bolsa para que, en el
momento del “¿tienes condones? Porque yo no”, siempre tengan una respuesta
positiva que no le deje alternativa al compañero. O pueden cargar condones
femeninos.
Solemos
evitar decirles a nuestros hijos que existen muchas prácticas sexuales
placenteras que no implican penetración. ¡Hagámoslo! Pueden explorar su
sexualidad de mil maneras sin que haya coito, y con ello tienen una alta
probabilidad de evitar embarazos y contagios (salvo que eyaculen cerca de o en
la vulva, o haya sexo oral sin protección). También hay que mencionar que es
necesario extremar el cuidado en situaciones de especial peligro, como durante
la menstruación, cuando existen erosiones, heridas o infecciones añadidas.
En
caso de que el preservativo se rompa y haya un contacto son sangre, semen o
secreción vaginal, o tras una violación, es necesario acudir a un centro de
salud especializado en donde se les puedan dar fármacos profilácticos
(medicamentos antirretrovirales) entre las 24 y 72 horas posteriores a la
exposición. No está de más tener a la mano el teléfono del Centro Nacional para
la Prevención y el Control del VIH/sida: 91 50 60 00.
El
espacio erótico
Esther
Perel, psicóloga de origen belga, señala que el sexo no es algo que se hace,
sino un lugar hacia donde se va, un sitio adentro de uno mismo y con el otro.
Cuando las parejas se quejan de la falta de sexo, a veces quieren más sexo,
pero siempre quieren mejor sexo. Y el mejor del que hablan tiene que ver con la
intimidad erótica, la novedad, el sentirse vivos. Mientras el amor necesita
pertenencia, seguridad, unión total, el deseo se enfoca más en la transgresión,
en lo prohibido, lo secreto, lo novedoso. Por eso resulta tan difícil unir
ambas cosas. Pero no es imposible si sabemos hacerlo con inteligencia
(erótica).
La
forma en que se vive el deseo es transgresora y libertaria. Eso tiene que ver
con la idea de crear, con nuestra pareja, un universo misterioso que nos salve
de la cotidianidad, que nos dé seguridad pero, a la vez, nos ofrezca una
transgresión, brincarnos las trancas, hacer algo prohibido.
Esther
prefiere hablar de erotismo, “porque la pasión es algo extremo e intenso y
nadie puede vivir en un estado de pasión continuo. Las parejas comprometidas no
vivimos en ese estado de enamoramiento permanente”. Sin embargo, sí se puede
lograr preservar esos espacios que sirvan para reavivar el erotismo,
estableciendo una clara frontera entre el ámbito de las responsabilidades y las
obligaciones, y el del disfrute. Es decir, hay que aprender a conciliar
domesticidad y erotismo, la vida hogareña y sus responsabilidades, con el
placer.
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