En
Nuestro
Concepto que todos los lunes publica en su Sección
Editorial el periódico comarcano El Siglo de
Torreón el editorialista señala que como
consecuencia de la violencia que vive el país, derivada de la lucha de los
cárteles del narcotráfico por el control del territorio, ha dado impulso al
debate sobre la legalización de la droga y se pregunta cuál de los dos
criterios predominará: el de los defensores de la prohibición; ó el de los
partidarios de la legalización.
Enlace: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/903950.que-hacer-con-las-drogas.html
La
violencia que vive el país, derivada de la lucha de los cárteles del narcotráfico
por el control del territorio, ha dado impulso al debate sobre la legalización
de las drogas. Dentro de él se han fijado dos posturas extremas que parten de
supuestos distintos. Por una parte, están los defensores de la prohibición y,
por la otra, los partidarios de la legalización.

En
contraparte, los liberales opinan que con la legalización de las drogas se
eliminaría el principal atractivo del negocio para las mafias, las cuales,
tenderían a desaparecer por la fuerza del factor económico. Quienes se
encargarían de vender los enervantes ahora serían empresas debidamente
establecidas, no los criminales.
Cada
argumentación tiene su soporte, pero también sus debilidades. Pero más allá de
éstas, hasta ahora no se han fijado las bases para establecer un serio debate
sobre el tema. Hay puntos que ninguno de los dos argumentos ha contemplado. Por
ejemplo, la vulnerabilidad de las instituciones mexicanas, las cuales poco han
podido hacer para frenar el crimen, la informalidad y abatir la pobreza, tres
problemas ligados a la inseguridad. ¿Podría el Estado mexicano establecer
reglas claras de producción, distribución y venta, y vigilar que se cumplan?

Para
que en realidad tuviera algún efecto la legalización de las drogas tendría que
darse en ambos lados de la frontera. No podemos olvidar que Estados Unidos es
el principal mercado del mundo para el narcotráfico, por lo que de no darse la
apertura allá, las estructuras de las mafias seguirían funcionando como hasta
ahora.
Pero
hay otro aspecto que juega un papel muy importante en esta discusión y es lo
que tiene que ver con la libertad individual. ¿Hasta qué punto un Estado le
puede dictar a sus ciudadanos reglas de consumo personal? ¿No es el ser humano
en plenitud de facultades una persona libre para decidir qué es bueno y qué es
malo para él de acuerdo a la información con la que pueda contar y sin afectar
a terceros?
Un
verdadero debate sobre la legalización de las drogas deberá incluir todos estos
aspectos, si en realidad lo que se busca es generar una política pública de
gran alcance y beneficio para la sociedad en su conjunto.
Su
opinión nos interesa.
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