Verónica Maza Bustamante. |
Siempre interesante la columna El Sexódromo que en la sección El Ángel Exterminador le publican semanalmente en Grupo Milenio a Verónica Maza Bustamante y en donde escribe sin prejuicios ni falsos moralismos acerca de la sexualidad. En la reciente semana se refirió a siete distintas posibilidades de recibir una felación.
La
experiencia produce un efecto hipnótico que puede introducir a la feliz
parejita a un espacio del tantra.
México • Mi pantalla de la computadora es una
ventana a donde me gusta asomarme de vez en cuando para ver lo que sucede en la
Tierra a nivel erótico. A veces prefiero cerrar las cortinas porque no todo lo
que pasa a través de ese mágico mirador me gusta, pero otras tantas abro la cerradura
con curiosidad: me parece que en lugares remotos de este planeta loco suceden
cosas extravagantes que pueden adecuarse a la cotidianidad de muchos.
Por ejemplo, hace poco leí en varios portales
de internet (que es a donde da mi vidriera) que en Shanghái hay hoteles de lujo
que ofrecen una carta seven textures, pero no crean que es un platillo exótico
de alguna cocina de autor. Se trata de siete distintas posibilidades de recibir
una felación.
Lo mejor de todo es que, como lo miro yo
desde mi ventana, este menú se puede ofrecer en la mayoría de las casas del
mundo. El “cliente” en cuestión —o sea, el marido, novio, galán, amigovio y
demás— puede decidir si quiere que su compañera le brinde sexo oral al té (en
la que se alterna la caricia con un buche de té helado y uno de té caliente
para estimular el pene); al eucalipto (con infusión tibia con esta hierba, que
provocaría una sensación de frescor, cual Vick VapoRub cachondo); con burbujas
de champán o cualquier otra bebida carbonatada (ese es el que más se me
antoja); con agua casi hirviendo (para aquellos a quienes no les importa que se
les ponga la piel de gallina… o gallo, pues); con hielo picado (pero finito,
por favor, nada de ponerse el cubo entero en la boca); con un batido o licuado
(uno de mamey no estaría mal, aunque con poca azúcar, para que no quede
pegajoso el miembro).
El plato fuerte en este banquete sensorial
para la damita y el caballero es la felación con la boca llena de esos
caramelos carbonatados que al contacto con la saliva produce un chasquido y una
sensación de explosión y de efervescencia. En español se llamaban Peta Zetas y
en inglés Pop Rocks, ¿las recuerdan? No dudo que la sensación sea cuando menos
curiosa, así que habría que buscar de esos dulces en la tienda.
Otra práctica que no conocía pero supe de
ella a través de esta vasta pradera llamada web, es el “balanceo tibetano”: el
hombre se sienta en la postura del loto y la mujer en su regazo, enroscando las
piernas en la cintura masculina para poder tener una penetración profunda.
Luego, lo más importante es compartir la
respiración con las bocas juntas; es decir, cuando él exhala, ella inhala y
viceversa. Todo ello sin sacar el pene de la vagina. Al inhalar aire, la mujer
mece su pelvis hacia delante y contrae los músculos vaginales, y al exhalarlo,
se mece hacia atrás y relaja los músculos.
La experiencia produce un efecto hipnótico
que puede introducir a la feliz parejita a un espacio del tantra en el que su
concentración estará enfocada en la respiración, las sensaciones, el placer y
el vínculo afectivo.
Ilustración: Sandoval. |
Los invito a que este fin de semana le den
vuelo a la hilacha tratando de realizar algo novedoso. Si quieren comenzar con
el seven textures o el balanceo tibetano, ¡bien-venidos sean!
*** ***
El
buzón de Verótika
Mi vida sexual ha sido activa desde hace unos
12 años y siempre la consideré normal. Viví en unión libre durante nueve años y
fui activo sexualmente hasta que este año tuvimos problemas y nos separamos.
Después de eso busqué una “amiga sexual” —llamémosla así— y algunas veces, a
medio acto, perdí la erección. Esto me sucedía al recordar a mi pareja anterior
o pensar en el motivo por el que se fue (por otra persona). Luego inicié una
relación más seria con otra mujer, pero me pasa lo mismo: empiezo bien y, de
repente, adiós erección. Quisiera saber a qué se debe.
Manuel
Mi estimado amigo, la disfunción eréctil se
genera por problemáticas médicas (como la diabetes o altos niveles de
colesterol y triglicéridos) pero también por motivos psicológicos, entre los que
se encuentra la ansiedad.
Cuando eso sucede, el mecanismo físico del
pene es normal pero la erección se ve afectada por problemas que pueden deberse
a simple ansiedad por anticipación y miedo a no conseguir una erección,
problemas de pareja, depresión, estrés, baja autoestima...
Es muy probable que eso te haya sucedido con
la amigovia que tuviste tras terminar tu relación de nueve años. Como tú mismo
lo dices, durante el encuentro erótico pensabas en tu ex, y eso, créeme, le
baja la erección a la mayoría básicamente porque en realidad estabas a lado de
tu anterior compañera, no con tu nueva amiga.
Ahora estás en una flamante relación, “más
seria”, me dices, y te pasa lo mismo. Quizá ya no pienses tanto en tu ex, pero
la disfunción eréctil puede ser parte de un círculo vicioso. Ahora tu ansiedad
no es debido a que extrañas a la otra, sino a que temes no poder mantener una
erección satisfactoria.
Te recomiendo que te relajes. Que fluyas con
tu nueva chica, que generes un ambiente suave y acogedor, que se den su tiempo
antes de la penetración; pueden usar esencias aromáticas, tomar una copa de
vino, darse un baño con agua caliente. Si esto no sirve, entonces te invito a
que acudas a una terapia con algún sexólogo que te ayude con el proceso. Verás
que todo vuelve a la normalidad.
Tengo una molestia en mis testículos, sobre
todo en el izquierdo. Siento una punzada que no me impide realizar mis
actividades físicas, aunque resulta incómoda. Antes de acudir con un urólogo
(me da pena hablarle sobre asuntos sexuales) me gustaría saber tu opinión. Creo
que me pude haber golpeado sin darme cuenta, pero me gustaría saber si puede
ser debido a una infección de transmisión sexual, aunque mi novia y yo hemos
tenido relaciones sexuales pero usado preservativo. O tal vez me infecté en un
baño público (trabajo en un mercado público, el de San Juan de Dios, y quizás
ahí me pude haber contagiado). Hemos pospuesto las relaciones por el momento,
ya que no deseo transmitirle algo. Espero que me orientes.
Alberto
Los motivos por los que tienes esa molestia
en un testículo pueden ser varios, así que es necesaria e importante la visita
con el urólogo. Te juro que no será diferente a la que podrías realizar al
gastroenterólogo o al otorrinolaringólogo (¡esos títulos a mí me dan más susto!),
ya que la mayoría de las razones de ese dolor no tienen que ver con tu vida
sexual (y aunque lo tuvieran, el doctor no tendría que juzgarte).
Por ejemplo, las piedras en los riñones
provocan dolor testicular, así como una retención quística milimétrica. Si
tuviste primero dolor en el abdomen y al final en el escroto, puede tratarse de
una hernia inguinal. Los varicoceles son similares a las venas varicosas, pero
aparecen en esa área.
La inflamación del epidídimo, tubo espiral
que está dentro del escroto, atrás de los testículos, puede ser la causa.
También un hematoma, una torsión testicular o cáncer.
En cuanto a las infecciones de transmisión
sexual, podría ser que una bacteria o un virus esté produciendo esa sensación
desagradable. El más común es el virus de la orquitis, que es como el de las
paperas. La gonorrea o la clamidia pueden ser las culpables.
En resumen, es muy importante que visites a
tu médico. Pero sin angustia y sin estar suponiendo situaciones. Verás que
sales de la duda; la consulta no será nada del otro mundo. ¡Suerte, amigo mío!
www.facebook.com/veronicamazab
@draverotika
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