Verónica Maza
Bustamante.
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Como
ya nos tiene acostumbrados, Verónica Maza Bustamante habla de la relación entre Eros y Tánatos en su columna El Sexódromo que
se publica como parte de la sección El Ángel Exterminador de las publicaciones impresas del Grupo Milenio, la entrega corresponde al pasado
sábado 2 de noviembre, que en la presente ocasión coincidió con la celebración
del Día de los Muertos.
Para
hablar de sexo y horror, no hay como Clive Barker, autor que logró hacerme
cerrar los ojos durante la lectura.
México • No pude asistir
al IX Congreso Nacional de Educación Sexual y Sexología organizado por la
FEMESS en Aguascalientes, por lo que no he podido festejar estos días de
muertos con uno de los lemas del encuentro: Eros en Tánatos. Así que me tuve
que conformar con buscar esta relación en la literatura universal.
Por
mi escritorio pasó la antología La muerte y su erotismo, publicada el año
pasado por Tusquets Editores con cuentos de autores mexicanos, y El necrófilo,
de la misma editorial, obra de la francesa Gabrielle Wittkop, ambas obras de
las que ya he hablado en este espacio.
Además,
en mi Tuiter pregunté qué libros de ficción recordaban mis seguidores que
tuvieran esta línea temática. Alex Morales me recomendó La ternura caníbal, de
Enrique Serna; Héctor Orestes me afirma que “la novela de ese orden más
importante traducida en años recientes es Los demonios, de Heimito von
Doderer”; Bernardo recuerda algunos poemas dedicados a la muerte en Las flores
del mal de Baudelaire, así como Historia del ojo, de Bataille. Papagoriot la
colección de cuentos perversos Más de lo que te imaginas; Fuga de Letras
menciona Farabeuf, de Salvador Elizondo, Fernando Ruiz a Drácula, de Bram
Strocker, y Dana Martínez, El jardín de los suplicios, de Octave Mirbeau.
En
el time line de anoche me topé con la recomendación de La sed de los cadáveres,
de Armando González Torres, libro de poemas que su amable autor ofreció
obsequiarme. Mientras llega ese momento, que agradezco con una sonrisota, les
comparto uno de los poemas que ahí aparecen:
Por
la delicada red del misterio
por
el sutil círculo aleatorio
que
gobierna los instantes sublimes
que
preside la fe, el deseo y la lágrima
por
ese azar fiero o compasivo
fuimos
siervos del signo sometido
inquirimos
remotos alfabetos
que
envilecían la lengua de la tribu
probamos
con retóricas espurias
que
enfermaban de labia la garganta.
Esos
años de fuego convulsivo
esas
tardes de ansia y paradoja
conocimos
la sed de los cadáveres
y
bebimos el líquido piadoso.
Hurgando
en mi librero me encontré una antología que no recordaba tener: Eros
sangriento. Antes que el contenido, me llamó la atención el nombre de la
editorial, Robin Book, y el hecho de que me haya costado 20 pesos a principios
de los noventa.
Después,
procedí a abrir esa portada en donde, a la mera usanza de las ilustraciones de
la setentera revista Heavy Metal, una voluptuosa mujer desnuda corresponde el
apretado abrazo de un demonio de color verde, que le clava una de sus garras en
la nalga derecha.
Todos
son relatos de horror, algunos escritos por maestros del género como Ramsey
Campbell, Robert Bloch y Robert R. McCammon, en donde se exploran los miedos,
las fantasías, los personajes típicos de las historias de terror, todo mezclado
con asuntos eróticos, sensuales, cachondos o genitales. Si son seguidores de
estas historias, traten de conseguir el ejemplar. En una de esas lo reeditaron.
Aunque
para hablar de sexo y horror, no hay como Clive Barker, el último autor de
terror que logró hacerme estremecer y querer cerrar los ojos durante la
lectura… pero sin poder hacerlo debido al morbo que me provocaba seguir
leyendo. Se los recomiendo. ¡Y hoy, a darle su calaverita a quien más les
guste!
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El
buzón de Verótika
Estimada
Verónica, el sábado 5 de octubre hablaste sobre el boom de los moteles de
diseño y, específicamente, del PopLife. Soy diseñador de interiores y dirijo mi
estudio de diseño, DINinteriorismo (www.din.com.mx ). En él, entre otros
proyectos, hemos desarrollado cerca de 40 hoteles de paso, todos con
personalidad propia, buscando una imagen integral y, sobre todo, pensando en el
cliente/usuario. Como no nos gustaba llamarlos “hoteles de paso”, ya que los
valores que se deducen de la frase no son muy buenos (se piensa que son sucios,
mal iluminados, pecaminosos, sin estilo ni gusto y un largo etcétera) decidimos
crear un sello de calidad en diseño llamado “Hoteles de Amor” (www.hotelesdeamor.com.mx),
nombre que refleja mucho mejor lo que queremos transmitir con nuestro diseño.
Cabe enfatizar que todos los proyectos que aparecen en la página son
conceptualizados y diseñados por nosotros. No podemos evitar sentirnos
orgullosos de ser los creadores de este boom del que hablas en tu columna.
Aurelio
Vázquez Durán
Qué
interesante conocer, Aurelio, la existencia de tu estudio y el concepto que han
trabajado. Como bien comentas, de un tiempo a la fecha se ha ido modificando la
idea de los hoteles de paso (ahora entiendo que ustedes han tenido mucho que
ver en ello), esos recintos dedicados a cobijar por algunas horas a los amantes
que, como dicen en mi pueblo, van a echar pata en sus habitaciones.
Estoy
segura de que seguirán existiendo los espacios sucios, oscuros y sin estilo que
mencionas, así como aquellos que repiten desde hace décadas el mismo diseño,
pero que exista la posibilidad de ir a sitios más divertidos, atractivos,
novedosos, es excelente y excitante. ¡Felicidades!
Me
dará mucho gusto poder conocerte en breve, visitar su despacho, enterarme de
los planes que tienen y, en una de esas, echarme un palomazo con ustedes,
pensando en un concepto que me gustaría encontrar en un Hotel del Amor. Hasta
entonces.
Por
lo regular sólo alcanzo el orgasmo con una sola postura, que es arriba de mi
chico, controlando la velocidad e intensidad de la penetración y la fricción.
¿Es normal o debería poder llegar al clímax con otras posturas? ¿Por qué antes
de tener pareja llegaba al orgasmo mucho más rápido a través de la
masturbación?
Viridiana
Sandoval |
Mi
querida amiga, recuerda que en la práctica erótica la palabra “normal” no
debería aplicar. La experiencia es tan subjetiva, que siempre y cuando sea
sana, segura y consensuada, todo podría entrar en el parámetro de lo normal (si
acaso, yo manejaría “muy frecuente” y “menos frecuente” para responder
preguntas como la tuya).
Créeme
que es muuuuy frecuente que suceda lo que me cuentas. Muchas mujeres llegan al
orgasmo casi siempre con la misma postura sexual, siendo en gran número de
casos la única posible para que lo logren. Yo no le veo ningún problema, porque
se puede experimentar, disfrutar e improvisar mucho entre el inicio del
encuentro y el momento en que te vienes.
Sin
embargo, podrías analizar las circunstancias alrededor de ese instante, porque
puede ser que de esa manera estimules mucho más tu clítoris y entendiendo cómo
lo logras, puedas tratar de replicarlo estando colocada de otra forma. También
es posible que esa postura que implica una mayor excitación emocional o
psicológica, te resulte cómoda o se adecue a tus deseos (mayor estimulación o
una más suave, por ejemplo).
Las
mujeres solemos tardar unos tres minutos en llegar a la “muerte chiquita”
cuando nos masturbamos, a diferencia de lo que sucede durante el encuentro
erótico en pareja, siendo diez o 15 minutos el tiempo estándar. Nosotras somos
las mejores conocedoras de nuestro cuerpo y sabemos qué nos gusta, cómo, dónde.
Tendríamos que saber aprovechar eso para comentárselo a nuestra pareja, guiarla
por ese caminito delicioso, incluyendo la masturbación como una práctica a
celebrarse también entre dos.
facebook.com/veronicamazab
@draverotika
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