Fernando Royo Díaz Rivera. |
A
casi cuatro años de que inició el mega desastre en Torreón provocado por el aún alcalde Eduardo Olmos
Castro, el autor de la
columna Ganar ganar en
Milenio
Diario Laguna
se pregunta qué es lo que podemos esperar del alcalde electo Miguel Ángel Riquelme
Solís considerando que ambos personajes
forman parte de un mismo grupo político que se ha caracterizado por la
corrupción y la falta de transparencia. Pobre Torreón y pobres de nosotros, pues seguramente tendremos otros cuatro
años con más de lo mismo.
Miguel Ángel Riquelme Solís. |
A
casi cuatro años de desastre municipal, donde la ineptitud y la mega
corrupción, es lo único que ha brillado en la administración pública municipal,
estamos a la espera de que el primer día de 2014 cambie la administración y
Miguel Ángel Riquelme tome las riendas de la ciudad, pero, ¿Qué podemos esperar
de él?
Sin
duda la situación no está para esperar nada, pues entre la actitud del Gobierno
del Estado que nada más anuncia primeras piedras, pero no últimas e informa de
enigmáticos inversionistas que nada más no aparecen. Además por la razón que
sea, nada más no se anima a entrarle de frente a la gravísima situación en
todas las áreas del Municipio, no sé si por celos, apatía o regionalismo por su
querido Saltillo, hasta por la falta de recursos por los macro problemas
financieros que heredó el anterior Gobernador, ¡sí!, el del lavadero, que dicho
sea de paso, debería guardarse y no salir a hacer los desfiguros que hace cada
vez que sale a la luz pública.
Eduardo Olmos Castro. |
Pero
regresando a nuestro futuro Edil, convertido en el principal representante del
“Moreirismo” en el Estado, pues es el único que pudiera sacar la casta por ese
desprestigiado grupo político, ante el avance de la oposición en otras
ciudades. Todo se reduce a que, si hace un buen papel en la ciudad, tendrá la
oportunidad de crecer en el futuro.
Para
ello tendrá forzosamente que, si no romper ataduras políticas, si desligarse y
acercarse a la ciudadanía que tanto despreció el actual Alcalde. Tendrá que
gobernar de frente a una sociedad muy dolida y regresarle los espacios que les
fueron arrebatados. También tendrá que ser un Munícipe abierto a la crítica, pues
no es monedita de oro y tendrá que escuchar TODAS las voces y no solo a los que puede comprar; pero además
de lo anterior, tendrá que gobernar con transparencia y honestidad, lo cual lo
compromete a sancionar las irregularidades cometidas estos años, que son
muchísimas.
En
fin, está ante la oportunidad de su vida, pues ante la incapacidad de su
antecesor, hacer un buen papel no está difícil y pudiera catapultarse al
escenario nacional, si no, tendrá que cargar con todo el desprestigio de un
grupo político, al que alguna vez habría representado.
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