Hace
dos lunes El Siglo de Torreón publicó
el presente editorial, donde se pregunta si la ignorancia confesada por el
alcalde respecto al estado en que se encontraba el municipio en el renglón de
inseguridad exime a Eduardo Olmos Castro de
su culpabilidad ante lo poco realizado en esa materia.
Nuestro
Concepto. 25/11/13. El Siglo de Torreón
La
entrevista que ayer y hoy publica El Siglo de Torreón con el alcalde Eduardo
Olmos confirma lo que una buena parte de la población sabía a finales de la
administración de José Ángel Pérez: que la mayoría de los policías de Torreón
estaban trabajando para el crimen organizado. En un ejercicio de recuento y
reflexión, el presidente municipal confiesa además que durante su gestión
recibió 23 amenazas de muerte, situación sin duda difícil y lamentable. ¿Cómo
puede un gobernante desempeñar su trabajo de manera eficiente y estar a la
altura de las expectativas ciudadanas cuando se encuentra bajo la presión
directa de la delincuencia? No obstante, Olmos decidió iniciar la depuración de
la corporación, proceso que, si bien no ha concluido, puede considerarse como
uno de los principales logros de su administración.
Eduardo Olmos Castro. |
Pero
la confesión del alcalde respecto a que no conocía la gravedad del problema
plantea cuestionamientos más serios. ¿Cómo es posible que un político que no
tenga el conocimiento suficiente de la realidad a la que se va a enfrentar
logre convertirse en la máxima autoridad de una ciudad? ¿Cómo fue que se dio la
infiltración total de la corporación por parte del crimen organizado? En
términos llanos: ¿quién “vendió” la plaza a la delincuencia? Y hoy, cuatro años
después, ¿cómo es que no existe ni una sola comparecencia de los exfuncionarios
de primer nivel responsables de tal situación?
Los
efectos de la operación del hampa en la ciudad, la inoperancia de las
autoridades y el desconocimiento aparente de quien gobernó la ciudad cobraron
una factura muy alta a la sociedad. Asesinatos masivos, desapariciones,
secuestros, robos, extorsiones. La ignorancia que el alcalde confiesa respecto
a la situación de la ciudad al momento de asumir el cargo ¿lo exime de todas
las atroces consecuencias? La respuesta, como siempre, la tiene la ciudadanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.