Enrique Martínez y Morales. |
El
tema del medio ambiente ocupa en aquel país un lugar primordial en su agenda.
La semana pasada el Presidente Obama se
dirigió a su nación para anunciar los avances en la consecución de la tan
añorada independencia energética. Puso especial énfasis en las energías
renovables y los estándares establecidos para hacer más eficientes los motores
de combustión interna.
Enrique Martínez y Morales. 25/11/13. Milenio Diario Laguna.
Los gobiernos tienen dos formas para alcanzar sus objetivos de política pública: el premio o el castigo; “pan o palo”, en los términos utilizados por el historiador Enrique Krauze. Lo más eficiente es el uso estratégico y responsable de ambos.
Muchos
países, incluido México, cuentan con una legislación que limita o prohíbe
ciertas emisiones contaminantes, imponiendo altas multas a quien las viole con
“el fuete castigador”. Estados Unidos presenta datos interesantes al respecto.
Veamos su caso.
La
Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha publicado
estimaciones reveladoras: para el 2020 los costos de cumplir con la norma
regulatoria de emisiones contaminantes le costará a la economía (empresas
principalmente) ¡65 billones de dólares al año!
Esto
es, en promedio, una pérdida de 450 dólares anuales para cada familia
norteamericana, en forma de menores ganancias, sueldos más bajos o precios más altos.
Sin
embargo, la misma Agencia calcula beneficios para la economía por el orden de ¡2
trillones de dólares anuales!, principalmente en mejoras en la salud, reducción
en los costos de los seguros, y el gasto gubernamental y privado en atención
médica.
El
tema del medio ambiente ocupa en aquel país un lugar primordial en su agenda.
La semana pasada el Presidente Obama se dirigió a su nación para anunciar los
avances en la consecución de la tan añorada independencia energética. Puso
especial énfasis en las energías renovables y los estándares establecidos para
hacer más eficientes los motores de combustión interna.
Una
solución económica, generadora de estímulos correctos y propuesta en el
Protocolo de Kioto, es la de los “Bonos de Carbono”.
Barack Obama. |
En
cambio, hay otras empresas que pueden mejorar sus procesos contaminantes de
forma menos onerosa. El mercado de Bonos de Carbono es un mecanismo
internacional por el cual la empresa contaminante paga a la que deja de
hacerlo.
Este
mecanismo ha sido poco utilizado en nuestro país. Y no es que a los mexicanos
nos importe menos el medio ambiente. Pero debemos resolver primero los
problemas y encrucijadas encaradas por los países más avanzados desde hace algunas décadas, y que irresponsablemente
habíamos venido posponiendo por comodidad política, como es el caso de las
reformas estructurales.
El
éxito económico no está peleado con la conservación del medio ambiente. Sólo es
cuestión de utilizar con sabiduría y equidad “el palo” y otorgar los estímulos
correctos.
Los
mercados harán el resto.
emym@enriquemartinez.org.mx
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