Fernanda de la Torre. |
Neteando con Fernanda se
denomina la columna que publica en Milenio Diario Laguna la periodista Fernanda de la Torre, en la presente entrega que se publicó el 24/11/2013 escribe
acerca del costo que tendremos que pagar por nuestra indiferencia ante el
deterioro ambiental de nuestro planeta.
Tristemente,
a la hora de pensar en el planeta, tal parece que todos tenemos otras prioridades.
Hace unos meses el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático
de la ONU (IPCC, por su sigla en inglés), determinó que el planeta se está
calentando y que este calentamiento es ocasionado por la actividad humana.
Podría pensarse que una declaración de esa naturaleza, aunada a los daños
causados por fenómenos climáticos recientes —como Ingrid, Manuel y el tifón
Haiyan en Filipinas—, tendrían un lugar preponderante en los medios de
comunicación, llevaría a los gobiernos a tomar decisiones urgentes respecto a
la mitigación de emisiones y a la sociedad a estar muy pendientes de que
efectivamente lo hagan. Sin embargo, la realidad es otra. Para muestra basta un
botón: La Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre
el Cambio Climático (COP19) en Varsovia, que debió haber sido un paso
importante para un futuro sostenible, finalizó sin mayores avances en el tema
de reducción de emisiones.
Juan José Guerra Abud. |
Como
bien dijo el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José
Guerra Abud, en su mensaje ante delegados de más de 195 países y funcionarios
de organismos internacionales, el calentamiento global "es el reto más
importante que enfrenta actualmente la humanidad y como países debemos asumir
este desafío como lo que es: una emergencia ambiental que no reconoce
fronteras, razas ni intereses económicos o políticos". Señaló, además, que
los fenómenos climáticos extremos no van a esperar a que los gobiernos del
mundo acuerden una mejor manera de enfrentar el cambio climático.
Ante
la falta de compromisos de los países participantes, y como un medio de hacer
conciencia en la sociedad que tienen que presionar a sus gobiernos para que
actúen, el jueves 21 de noviembre los representantes de Organizaciones no
gubernamentales internacionales como Greenpeace, Oxfam y WWF, se retiraron de
la COP19. Es la primera vez que las principales ONG's ambientalistas dejan una
Conferencia de las Partes.
De
acuerdo con un comunicado enviado por la WWF, las emisiones de gases de efecto
invernadero alcanzaron límites históricos este año, y el Protocolo de Kioto,
único instrumento internacional vigente, solo regula 15 por ciento de las
emisiones generadas por los países a escala mundial. Omar Vidal, director
general de WWF-México/Arrecife Mesoamericano manifestó: "La COP19 de
Varsovia debería haber sido un paso importante en la construcción de un acuerdo
climático global para mantener las emisiones de gases de efecto invernadero en
niveles manejables y evitar los peores impactos del cambio climático; sin
embargo, las malas noticias son que en la COP19 no se han dado los avances
necesarios y hasta en algunos temas ha habido retrocesos".
El
miércoles pasado, durante la presentación del libro de Telmex Mamíferos del
Mundo, escuché al doctor Gerardo Ceballos, coautor del escrito, decir unas
palabras que me movieron profundamente: "Hemos forzado a los sistemas
biológicos a un punto sin retorno, somos la primera y tal vez la última
generación que tiene la posibilidad de parar y revertir los daños al planeta.
Ya no hay tiempo para que lo hagan nuestros hijos. El deterioro es más veloz
que las proyecciones científicas".
Más
claro, ni el agua. Es nuestra responsabilidad actuar y hacerlo ya. Si no
actuamos ahora será imposible hacerlo después. Es responsabilidad de nuestra
generación tomar al toro del cambio climático por los cuernos, no podemos
mantenernos indiferentes a éste. Si decidimos dejar el problema para futuras
generaciones, probablemente ya no tenga solución. Los fenómenos no van a
esperar a que los gobiernos se pongan de acuerdo y a que nosotros nos parezca
oportuno. Es el momento de involucrarnos en el tema del cambio climático:
informarnos, reducir nuestras emisiones y presionar a nuestros gobiernos para
que tomen medidas al respecto. Eso sí, hay que ser congruentes para tener la
fuerza moral de hacerlo. No podemos exigir nada a los gobiernos si tenemos
nuestra propia casa llena de foquitos navideños, si desperdiciamos el agua, si
no nos ocupamos de reforestar, etc. En un planeta con 7 mil millones de
habitantes, lo que hace cada uno de nosotros cuenta y tiene consecuencias.
Quizá
el error está en pensar que hay que actuar para "salvar al planeta".
No es precisamente el planeta quien está en peligro. A los científicos les
queda claro que la Tierra con el tiempo se va a recuperar de los efectos del
cambio climático, de lo que hay duda es que nosotros, los humanos, podamos
seguir existiendo en el planeta ya que los impactos serán severos y afectarán a
todos. Por ello, es necesario que revisemos las soluciones disponibles y
empecemos a usarlas. Cuanto antes, mejor. La indiferencia frente al cambio
climático, puede costarnos la vida, literal.
fernanda@milenio.com
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