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8 de diciembre de 2013

La indiferencia nos puede costar muy cara

Fernanda de la Torre.
Neteando con Fernanda se denomina la columna que publica en Milenio Diario Laguna la periodista Fernanda de la Torre, en la presente entrega que se publicó el 24/11/2013 escribe acerca del costo que tendremos que pagar por nuestra indiferencia ante el deterioro ambiental de nuestro planeta.

Tristemente, a la hora de pensar en el planeta, tal parece que todos tenemos otras prioridades. Hace unos meses el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC, por su sigla en inglés), determinó que el planeta se está calentando y que este calentamiento es ocasionado por la actividad humana. Podría pensarse que una declaración de esa naturaleza, aunada a los daños causados por fenómenos climáticos recientes —como Ingrid, Manuel y el tifón Haiyan en Filipinas—, tendrían un lugar preponderante en los medios de comunicación, llevaría a los gobiernos a tomar decisiones urgentes respecto a la mitigación de emisiones y a la sociedad a estar muy pendientes de que efectivamente lo hagan. Sin embargo, la realidad es otra. Para muestra basta un botón: La Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP19) en Varsovia, que debió haber sido un paso importante para un futuro sostenible, finalizó sin mayores avances en el tema de reducción de emisiones.
Juan José Guerra Abud.
Como bien dijo el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud, en su mensaje ante delegados de más de 195 países y funcionarios de organismos internacionales, el calentamiento global "es el reto más importante que enfrenta actualmente la humanidad y como países debemos asumir este desafío como lo que es: una emergencia ambiental que no reconoce fronteras, razas ni intereses económicos o políticos". Señaló, además, que los fenómenos climáticos extremos no van a esperar a que los gobiernos del mundo acuerden una mejor manera de enfrentar el cambio climático.
Ante la falta de compromisos de los países participantes, y como un medio de hacer conciencia en la sociedad que tienen que presionar a sus gobiernos para que actúen, el jueves 21 de noviembre los representantes de Organizaciones no gubernamentales internacionales como Greenpeace, Oxfam y WWF, se retiraron de la COP19. Es la primera vez que las principales ONG's ambientalistas dejan una Conferencia de las Partes.
De acuerdo con un comunicado enviado por la WWF, las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron límites históricos este año, y el Protocolo de Kioto, único instrumento internacional vigente, solo regula 15 por ciento de las emisiones generadas por los países a escala mundial. Omar Vidal, director general de WWF-México/Arrecife Mesoamericano manifestó: "La COP19 de Varsovia debería haber sido un paso importante en la construcción de un acuerdo climático global para mantener las emisiones de gases de efecto invernadero en niveles manejables y evitar los peores impactos del cambio climático; sin embargo, las malas noticias son que en la COP19 no se han dado los avances necesarios y hasta en algunos temas ha habido retrocesos".
El miércoles pasado, durante la presentación del libro de Telmex Mamíferos del Mundo, escuché al doctor Gerardo Ceballos, coautor del escrito, decir unas palabras que me movieron profundamente: "Hemos forzado a los sistemas biológicos a un punto sin retorno, somos la primera y tal vez la última generación que tiene la posibilidad de parar y revertir los daños al planeta. Ya no hay tiempo para que lo hagan nuestros hijos. El deterioro es más veloz que las proyecciones científicas".
Más claro, ni el agua. Es nuestra responsabilidad actuar y hacerlo ya. Si no actuamos ahora será imposible hacerlo después. Es responsabilidad de nuestra generación tomar al toro del cambio climático por los cuernos, no podemos mantenernos indiferentes a éste. Si decidimos dejar el problema para futuras generaciones, probablemente ya no tenga solución. Los fenómenos no van a esperar a que los gobiernos se pongan de acuerdo y a que nosotros nos parezca oportuno. Es el momento de involucrarnos en el tema del cambio climático: informarnos, reducir nuestras emisiones y presionar a nuestros gobiernos para que tomen medidas al respecto. Eso sí, hay que ser congruentes para tener la fuerza moral de hacerlo. No podemos exigir nada a los gobiernos si tenemos nuestra propia casa llena de foquitos navideños, si desperdiciamos el agua, si no nos ocupamos de reforestar, etc. En un planeta con 7 mil millones de habitantes, lo que hace cada uno de nosotros cuenta y tiene consecuencias.
Quizá el error está en pensar que hay que actuar para "salvar al planeta". No es precisamente el planeta quien está en peligro. A los científicos les queda claro que la Tierra con el tiempo se va a recuperar de los efectos del cambio climático, de lo que hay duda es que nosotros, los humanos, podamos seguir existiendo en el planeta ya que los impactos serán severos y afectarán a todos. Por ello, es necesario que revisemos las soluciones disponibles y empecemos a usarlas. Cuanto antes, mejor. La indiferencia frente al cambio climático, puede costarnos la vida, literal.
fernanda@milenio.com
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