Ante la carencia de logros de la
administración federal el presidente Enrique Peña Nieto se vio obligado a recurrir al plagio en ocasión de su IV Informe, durante los 65 años que estoy a unos
días de cumplir, nunca hubo en México un Primer Mandatario tan cuestionado y con tan bajos niveles de popularidad, sobre el
tema escribió su columna Metáfora
Ciudadana el
académico Luís
Alberto Vázquez Álvarez que
dominicalmente se publica en El
Siglo de Torreón y
que les comparto al considerarla de interés.
"Saludar con sombrero ajeno es un auténtico plagio".
Hace tres días
los mexicanos recibimos el mensaje de Enrique Peña Nieto sobre el informe
presidencial con la misma credibilidad que una mujer maltratada, tundida,
humillada, recibe las frases de perdón de su marido golpeador que le jura y
perjura que ya jamás volverá a humillarla; simultáneamente le pide un caldito
bien picoso para curarse la cruda, ropa limpia y que lave la que trae puesta
con manchas de lápiz labial que no usa ella; todo esto mientras grita y bofetea
a sus hijos avisándoles que él espera la llegada de un amigo suyo que ha
insultado feroz y constantemente a esa familia; pero que ahora los necesita
para lograr su ambición.
Enrique Peña Nieto |
1982; José López
Portillo lloraba por el peso mexicano y aseguraba que "ya nos saquearon.
México no se ha acabado. Ya no nos saquearán", mientras nacionalizaba la
banca y permitía el surgimiento de una elite de burócratas que se convertirían
en multimillonarios y años más tarde alcanzarían la gloria de ser rescatados
por el FOBAPROA que aún nuestros nietos seguirán pagando.
Lo válido de los
ejemplos anteriores, es que esos dos presidentes, muy infames, pero valientes,
enfrentaron cara a cara a pueblo y congreso, informaron de los problemas que el
país vivía y no se escondieron. En 2016 el informe presidencial se ha
convertido en "un saludar con sombrero ajeno" lo que es un auténtico
plagio. Como promoción a este cuarto informe Peña Nieto presume lo que no es
suyo; y no existe el menor interés o asomo por evitar que éste se descubra. La
multitud de comerciales que se transmiten en radio y televisión, utilizan a
mexicanos, como Luisa que ganó un concurso en España por ella misma, pero que,
como todo plagio, al salir en él el presidente hablando de cosas buenas y no
decir que éstas se lograron con esfuerzo ajeno al apoyo gubernamental, indican,
indubitablemente, que fue gracias al gobierno que lo logró. Similar situación
ocurre con los triunfadores en robótica, quienes logran importantes logros, una
vez más, por si mismos, pero que al caer dentro de la promoción del informe de
gobierno, el presidente se los apropia, para su gloria personal.
José López Portillo |
El supuesto
cambio de modelo de informe, resulto un fraude, Peña Nieto dijo que pasaría del
monólogo al diálogo; pero si analizamos el tiempo ocupado por su voz de los 142
minutos en los que estuvo con 396 jóvenes "invitados"; mismos que
nadie supo cómo fueron seleccionados: =algunos medios aseguran que son
priistas, yo no quiero insultarlos y mejor dudo=; pero muchos resultaron ser
beneficiarios de programas sociales federales; otros trabajan en el gobierno;
hubo hasta regidores de SLP. Salvo el último, los demás realizaron preguntas
cómodas. Llama la atención que siendo "jóvenes" no se preocuparon por
otros jóvenes, en especial de los de Ayotzinapa. Peña Nieto hablo mínimo 123
minutos, bajo el supuesto de que el moderador y quienes
"cuestionaban" se hubieran tardado un minuto en cada una de las 23
preguntas a las que respondió el presidente. Un diálogo donde un interlocutor
habla el 84% del tiempo, es soliloquio despótico.
Gustavo Díaz Ordaz |
Yo creo en los
jóvenes, este talk show peñista al estilo Laura Bozo no modifica mi visión de
la juventud; creo que millones de profesionistas si realizaron su tesis con
honestidad y, como Ex A Tec, claro que pondero la validez de las maestrías y
doctorados del ITESM; "Una golondrina no hace verano"; y
contrariamente a eso, en todos los casos, los "errores metodológicos"
como experiencias fraudulentas, si se cuentan y cuentan mucho.
En tanto que
esto acontece, los mexicanos seguimos esperando que, en medio de esta mar
procelosa, pudiera surgir un alma caritativa que encendiera una luz, que
prestara una brújula, vamos que al menos hiciera sonar fuerte una alarma,
porque vamos a un acantilado y no se ve que vaya a darse un giro en el timón;
entre la soberbia y la necedad, se continúa rumbo al fracaso social, económico
y político.
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