Del artículo que me hizo llegar Jesús M. Moreno Mejía, se concluye que
conceptos como Patria, Patriotismo, Independencia y Soberanía los tenemos muy
difusos pues solo se trata de falacias muy convenientes para los poderosos que
manejan a México desde el exterior. La reflexión me parece muy interesante, por lo
que la comparto con ustedes.
Requerimos de una auténtica soberanía, pues la que vivimos hoy la tenemos
erosionada.
J.M.M.M
No se necesita
ser analista sociopolítico o economista para llegar a una conclusión inequívoca
de la situación que hoy vivimos en nuestra amada Patria: Requerimos de una
auténtica soberanía para poder salir del hondo bache (si no es que de un
profundo pozo), del cual será muy difícil escapar pues estamos constantemente
sojuzgados por el poder político y económico nacional, que a su vez obedece los
mandatos de quienes controlan el mundo occidental.
Para entender
mejor nuestro planteamiento, comencemos por referirnos al hecho de que desde
nuestra tierna infancia escuchamos de nuestros padres, profesores y libros de
texto gratuito, así como, posteriormente, en los discursos políticos, la
palabra sagrada: Patria, referida a nuestro país, nación o república.
Francisco I Madero |
Y agrega que el
término patria “sólo sirve para encubrir la maraña de intereses y posturas
ideológicas del político que lo pronuncia. Y
aunque no pueda definirse la palabra patria, (siempre) toca las fibras
de la sensibilidad de muchos. Los significados son difusos y equívocos, pero
funcionales, y los políticos lo saben. Ya habrían renunciado a hablar de la
patria si no fuera así”.
Cuanta verdad
hay en lo afirmado por el doctor Hernández Jaimes, y confirmado por
historiadores y analistas sociopolíticos, como ocurre con el también doctor
Sergio A. Corona Páez, cronista de Torreón, al referirse a lo que él titula
“Día de la Mexicanidad” en contraposición a lo que popularmente conocemos como
“Día del Grito de Independencia”.
El artículo de
Corona Páez sobre este tema es bastante interesante, pero no lo vamos a
reproducir tal cual. Sin embargo asegura que la independencia por la que
lucharon los insurgentes pronunciados en contra de las autoridades de la Nueva
España, se logra el 27 de septiembre de 1821 por haberlo considerado
conveniente para el alto clero de aquel entonces, pues España planeaba en 1820
(en el llamado Trienio Liberal, movimiento opositor al régimen absolutista
impuesto por Fernando VII) la desaparición de las corporaciones religiosas, con
la pérdida total de sus bienes, fueros y poder.
Enrique Peña Nieto |
Sin embargo,
posteriormente, vino la debacle de la Iglesia Católica en México con las Leyes
de Reforma, que decretaban en esencia la nacionalización de los bienes del
clero y separación del Estado-Iglesia. Pero en lo relativo a la instauración
del sentimiento patrio, el gobierno lo empezó a utilizar para sostener los
intereses del tambaleante poder de los liberales, en virtud del embate de las
naciones extranjeras (Francia y Estados Unidos de América, especialmente), por
lo que lema fue: “Salvemos a la Patria”.
En suma:
¿Debemos celebrar el sentimiento abstracto de patriotismo? O bien debemos
instaurar, como bien dice el cronista Corona Páez, el “Día de la Mexicanidad”,
pues carecemos de una verdadera soberanía nacional al estar supeditados a los
caprichos del poder político y económico en turno, y no sólo el de nuestros
gobernantes, sino a los líderes trasnacionales que controlan las finanzas
mundiales.
Donald Trump |
Y más
recientemente, y de manera humillante, se le ordenó a nuestro presidente
Enrique Peña Nieto recibiera al candidato republicano Donald Trump, haciendo
quedar mal no sólo a él sino a México por las consecuencias de esa mala
decisión, pero quedando bajo relieve que EPN solo actúa como mandatario de los
poderosos extranjeros y no de los mexicanos, que somos sus mandantes.
¿Democracia?
Otra palabra hueca en nuestro entorno, pues en México nos domina la
partidocracia, donde la alternancia es una falacia pues todos los líderes
políticos sólo trabajan por sus propios intereses o los del grupo al que
pertenecen. ¿O usted qué opina?
¡Hasta la próxima!