Fernando Royo Díaz Rivera |
Aunque ya hace muchos años los
ciudadanos dejaron de ver únicamente los que los gobernantes deseaban
actualmente quiénes están en las posiciones de mando pretenden que los veamos
vestidos con un traje fastuoso cuando en realidad están desnudos exhibiendo sus
miserias, nos dice Fernando Royo
Díaz Rivera en la columna Ganar Ganar cuya
autoría alterna con Federico Ramos
Salas y que se publica los lunes de cada
semana en Milenio Diario
Laguna.
“En
un lejano país, su Monarca se entera que unos famosos sastres están de paso por
su reino. Los convoca para que le confeccionen su mejor indumentaria. Los
sastres, luego de disfrutar los beneficios de la vida en la corte del Rey, le
comunican que han terminado su trabajo y anuncian que le han confeccionado el
traje invisible más hermoso del mundo, tan hermoso que “sólo los tontos no
pueden verlo”.
EL
Rey reúne a sus gentes, a quienes les pregunta por la belleza de su traje.
Incrédulos de ver al Rey desnudo y enterados que “sólo los tontos no pueden
verlo”, toda su corte afirma que el traje es el “más hermoso del mundo”, lo
cual convence definitivamente al Rey. Los sastres siguen su viaje con un
suculento pago por su trabajo, dejando al Rey muy satisfecho y agradecido. Así
el Rey paseaba desnudo por su palacio luciendo su traje invisible, el más
hermoso del mundo.
Un
día decide compartir la hermosura de su traje y sale del palacio para recorrer
su reino. El pueblo lo ve desnudo, pero por temor a contradecirlo, nadie dice
nada. Hasta que un inocente niño lo descubre y grita: “¡El Rey está desnudo!”
Recién
entonces el rey se mira y descubre que ha sido engañado. Le traigo a colación
esta fábula, pues siento que algo muy similar se está viviendo en esta región,
pasan las cosas y se niegan sistemáticamente.
Existe
una realidad, todos los días suceden hechos violentos y de una manera
invariable lo niegan o lo minimizan. Nos afirman que “aquí hay tranquilidad”,
cuando cualquier ciudadano de la región sabe y siente lo contrario.
Nos
dicen que el Estado es una maravilla, que si en Saltillo, que si en Monclova o
en otras regiones, pero la realidad es que aquí desde hace muchos años nada más
no llega un peso de inversión.
Que
vamos a ser la ciudad más importante del norte del país y que las autoridades
municipales son las mejores del Estado, cuando para todos es sabida su
ineptitud. Las cuentas no salen, el estado de la ciudad es deplorable, las
obras brillan por su lentitud, mala calidad o por ausencia, y lo peor, no hay
rumbo.
Sólo
los lacayos del Reyno callan y aplauden. Claro que queremos hablar bien de
Coahuila, sin embargo, lo que no queremos es engañar al Rey.
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