Fernando Urbano Castillo. |
En un país como México los partidos políticos no llegan a acuerdos, hacen negocios, es la conclusión a la que llega el abogado poblano Fernando Urbano Castillo en su columna Dicho sea de Paso, que se publicó el pasado domingo 27 de octubre en el espacio digital www.e-consulta.com y en donde comenta un dicho del ex presidente Adolfo López Mateos acerca de la revolución mexicana.
Estoy
seguro que Adolfo López Mateos, nunca se dio cuenta de la gran verdad que
encerraban sus palabras cuando dijo que: “La Revolución Mexicana fue la
revolución perfecta, pues al rico lo hizo pobre, al pobre lo hizo pendejo, al
pendejo lo hizo político y al político lo hizo rico”.
Lo
más sorprendente es que a poco más de un siglo de iniciado el movimiento
revolucionario, continúen vigentes esos efectos, pues los políticos se siguen
haciendo ricos, al tiempo que a los ricos los hacen pobres y a los pobres mejor
no le platico.
A
partir de lo visto en las sesiones del Senado de la República de la semana
anterior, ha quedado claro que la miscelánea fiscal que se aprobó por los
diputados, transitará por un camino alfombrado en la cámara alta.
Lo
que, para algunos, fue la última esperanza de que alguien fuera sensato y
advirtiera los riesgos de aprobar las medidas fiscales que adoptaron, se
extinguió.
Y
en este mundo, donde ya no existen los hechos, solo las interpretaciones las cosas
quedaron claras:
Primero,
que hay un viejo PRI y un nuevo PRD y que en esta nueva política, no se buscan
acuerdos; se hacen negocios.
Adolfo López Mateos. |
La
reforma hacendaria es un fiasco, lleva cuentas alegres hechas al filo de la
madrugada. Lejos de lo afirmado por el presidente Peña Nieto, ni elimina
privilegios, ni será motor de crecimiento.
Una
verdadera reforma fiscal, lo comenté hace tiempo en este espacio, debe de crear
un Estado fuerte y eficiente, que propicie el desarrollo de una economía
competitiva, capaz de generar crecimiento sostenible, con unos servicios
públicos de calidad que garanticen la igualdad de oportunidades y combatan
cualquier forma de injusticia y exclusión social.
La
miscelánea lograda con los votos del PRI, PV y PRD, solo pone grilletes a una
economía que apenas si se mueve. Está demostrado que en ninguna parte del mundo
se sale de la recesión aumentando impuestos para incrementar el gasto
corriente.
Se
afecta a la clase productiva, la que genera empleos y genera riqueza, y se
afecta sobre todo a la clase media.
El
problema no es si los ricos van a pagar más y los muy ricos todavía más, el
problema son las repercusiones que eso tendrá en el encarecimiento de la vida
del ciudadano y el cierre de puestos de trabajo.
Maquiavelo
dijo: “todos los estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han
tenido el cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación ni al pueblo al
descontento”. Aquí, todo eso sucede.
Nicolas Maquiavelo. |
Si
bien necesitamos un seguro de desempleo, lo primero es que no se sigan perdiendo
puestos de trabajo.
El
impacto del aumento del ISR al sector de la maquila, del 17.5% al 30%, sumado a
la implementación del IVA a las importaciones temporales será brutal. Detendrá
inversiones y sin duda, hará cerrar empresas que seguramente se trasladaran a
otros países donde, incluso tienen tasa cero.
Eso
es parte de lo que no ve el presidente.
A
casi un año de gobierno y cuando se impulsa una reforma exclusivamente
recaudatoria, no existe preocupación por apresurar el funcionamiento de los
nuevos órganos anticorrupción, que vigilen y por lo menos nos ilusionen con que
el dineral que nos están quitando, no llegará al bolsillo de políticos
corruptos ni amparará la celebración de oscuros negocios.
Theodore
Roosevelt afirmó que: “La primera tarea del arte de gobernar es destruir ese
gobierno invisible, contaminar esa alianza terrible entre los negocios
corruptos y los políticos corruptos”. Más lamentable que el hecho de nombrar en
la SEDESOL a la ex amante de Carlos Ahumada, es que al descubrir un manejo
faccioso de la secretaría, el presidente diga: “No te preocupes, Rosario”.
Esa
corrupción, sostiene negocios ilegales en el sector energético, en el sector
financiero y es la causa de un gran número de muertos en los desastres
naturales.
El
PRD, se está mostrando más priista que los priistas, y en el Senado de la
República, votaron, incluso, en contra de que las reservas que hicieron el PAN,
PT y Movimiento Ciudadano, de diversos artículos de la Ley Aduanera y el Código
Fiscal, fueran siquiera discutidos. La izquierda del país es ahora la siniestra
del presidente.
El
PRD adoptó una actitud mezquina, su venta fue completa, diputados y senadores.
Protegiendo la informalidad y por unos cuantos millones, se unió a un PRI qué,
en unos cuantos meses, dejó claro que no olvidó nada y que no aprendió nada.
"La Güera" Leonardo Rodríguez Alcaine. |
Todos
los nacidos desde 1970, sólo hemos vivido en crisis y después de tantas, la
incipiente clase media que se reconformó a partir del año 2000 es demasiado
vulnerable para hacerla objeto de la codicia gubernamental.
Peña
Nieto y su aliado amarillo están fortaleciendo sin querer, al que es su enemigo
declarado, Andrés Manuel López Obrador y a si Movimiento de Regeneración
Nacional, el cual tampoco será una solución a los problemas del país, pero que
adquiere popularidad al buscar convertirse en lo que Urrich Beck llama “El
poder de los impotentes”.
Priismo
y perredismo, son el tipo de políticos, descritos por el Papa Francisco, que:
“A la gente la empobrecen para que luego voten por quienes los hundieron en la
pobreza”.
Saldrán
los pseudoizquierdistas a decir que los impuestos no tocan a los pobres, sin
embargo, la realidad es una pérdida de empleos, freno de inversiones y aumento
de precios, eso no nos lo cuentan, ya lo vimos y ya lo vivimos. Los perredistas
han aprendido a lavarse las manos con agua sucia. No los engañaron, se dejaron
engañar y no han comprendido que, como decía Milton Friedman, “Uno de los más
grandes errores es jugar a las políticas y programas por sus intenciones, en
lugar de por sus resultados”. Ni uno ni dos pesos más al refresco, acabarán con
la obesidad, igual que el impuesto al tabaco no acabó con los fumadores.
No
podemos cobrar más impuestos al trabajo para subsidiar el no trabajar.
Mientras
no se amplíe la base gravable, los impuestos al contribuyente cautivo solo
frenan el crecimiento y acrecentan la brecha de la desigualdad, hay más
desempleo y menos crecimiento. El gobierno se equivoca, los impuestos a la
riqueza, aumentan la pobreza.
Prometió
el presidente una verdadera Reforma Hacendaria, al final demostró que, como lo
dijo Leonardo Rodríguez Alcaine, “El chiste no es orinar; el chiste es hacer
espuma”.
La
izquierda que hoy se vendió, la que presumía una inquebrantable fe juarista,
hoy debería recordar las palabras del Benemérito: “Los hombres son nada, los
principios lo son todo”.
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