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16 de enero de 2011

Hombre y circunstancia

En su columna CAPITOLIO que se publica en varios medios de COAHUILA el analista político GERARDO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ comenta acerca de los antecedentes que se han dado en los relevos de gobernadores interinos, pues no en todos los casos la situación ha sido como la que se presentó el reciente 03 de enero, cuando HUMBERTO MOREIRA VALDÉS dejó su cargo para buscar ser el Presidente Nacional del PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL, la entrega se titula HOMBRE Y CIRCUNSTANCIA.

Óscar Flores Tapia se refugió en su rancho “La Gloria Escondida”, de Parras, luego de renunciar al gobierno, el 11 de agosto de 1981. Cierto día, después de una charla enciclopédica con un grupo de amigos, vino la despedida. A los pocos minutos dos de ellos regresaron, demudados. Con la mirada entre extrañada y fulminante que tan bien dominaba, preguntó: “¿Qué los trae tan deprisa? ¿Acaso pensaban que iba hacer lo mismo que ‘Nacho’? Vayan y vuelvan cuando quieran”. La anécdota me la contó en medio de una paella preparada por su esposa Isabel, en misma “La Gloria...”.
El aludido era Ignacio Cepeda Dávila, primer gobernador electo para un periodo de seis años, quien, tras una discusión con el presidente Alemán en Los Pinos, regresó a Saltillo a suicidarse, el 22 de junio de 1947. También fue la primera víctima mortal del centralismo, desde que el PRI postuló en el 29 a Nazario Ortiz Garza. La democracia permite ahora morir políticamente varias veces; y a los gobernadores, confrontarse con el presidente de la República sin temor a represalias personales.
En este nuevo contexto, Humberto Moreira es el primer gobernador que deja el cargo por voluntad propia. En su caso, para emprender vuelos más altos y desembarazar la sucesión estatal. Su lugar lo ocupará Jorge Torres, secretario de Finanzas y Desarrollo Social en los extremos de su administración. Pese a su circunstancia y a la inquina del presidente López Portillo, Flores Tapia tuvo hasta el final arrestos para proponer sustituto y lograr que Francisco José Madero, con cuyo padre —el general Raúl Madero— había colaborado, recibiera el visto bueno. El favorito de José de las Fuentes, gobernador electo, era otro. Tras la muerte de Cepeda, el Congreso nombró dos interinos para no convocar a nuevas elecciones: Ricardo Ainsle Rivera y Paz Faz Riza. El 6 de junio de 1948, el alemanista Raúl López Sánchez asumió como gobernador sustituto. Dentro de unas horas, el tercero que registre la historia del estado será el saltillense Jorge Torres. López Sánchez y Madero, suplentes de Cepeda Dávila y Flores Tapia, eran de Torreón, aunque nacidos en Guerrero, Coahuila, y San Antonio, Texas. La Laguna dejó de pesar hasta en relevos cortos. Además, ¿con quién?
Diferentes épocas, distintos actores, nuevas circunstancias, a las que sin duda ha contribuido la alternancia en Los Pinos. Recuerdo la mañana del 11 de agosto de 1981 que Roberto Orozco Melo acudió, con la entereza del funcionario leal y la rabia contenida por el amigo que la presidencia imperial había sacrificado, depositar en el Congreso la carta de renuncia y leer un comunicado enjundioso. Ante la saña de un sector de la prensa, el secretario de Gobierno replicó: “Ustedes lo han condenado”. A los diputados que la tarde previa sollozaron ante Flores Tapia, el gobernador los atajó. “Sean hombres”.
David Aguillón, operador eficaz y pieza clave del proyecto político en curso, presentó al Congreso la licencia del gobernador Moreira para separase del cargo. No era día 15 ni 13, pero los idus actúan a su favor. En la capital del país, de donde “Nacho” Cepeda regresó a Saltillo a quitarse la vida, lo espera la presidencia del PRI. Y cerca de la sede de Insurgentes y Violeta, Enrique Peña. Así se escribe la historia.
gerardo.espacio4@gmail.com

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