Hay cruceros de la ciudad que constituyen un serio peligro para los peatones, sin que las autoridades municipales y de tránsito hagan nada para terminar con esa situación que puede ser el origen de tragedias, sobre el particular comenta JOSÉ MARÍA MENA RENTERÍA en la columna PALABRAS que semanalmente escribe para el presente medio al grado de que se puede calificar de INTRÉPIDOS a los peatones que se atreven a cruzar de un lado a otro del arroyo, en sectores como el localizado en el bulevar Revolución entre las calles Enrique C. Treviño y Carmen Salinas de ésta ciudad de TORREÓN, COAHUILA.
Intrépidos son los peatones que en Torreón retan a la muerte cuando osan cruzar el arroyo del bulevar Revolución entre las calles Enrique C. Treviño y Carmen Salinas, área de ubicación de la Clínica No. 16 y el Hospital de Especialidades No. 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS).
El tramo hace confluencia con las calles antes citadas y las denominadas Julián Carrillo, Fernando Salinas y Magdalena Mondragón, trayecto -por el bulevar Revolución- de más de 500 metros en los que el peligro acecha porque si de vehículos automotrices se trata, por allí lo mismo transitan autos, camionetas, camiones de carga de toda dimensión, trailers y autobuses de transporte urbano y suburbano.
A escasa altura, cables de conducción de energía eléctrica, telefónicos y de señales televisivas penden de uno a otro lado del bulevar y son continuamente arrancados por las “cajas” de pesadas unidades cuyos choferes manejan por ese perímetro como si fueran por carretera.
Quienes la llevan de perder son los que a pie, en ese tramo, cruzan el bulevar ; lo mismo los que pueden caminar sin dificultad que las personas que utilizan bastón o andador para desplazarse, o bien, discapacitados como los que a los nosocomios citados son llevados en
silla de ruedas.
Conducción irreponsable de vehículos a velocidades inmoderadas contra la lentitud de quienes van a pie. Obviamente que los peatones, intrépidos sin tener la menor intención de serlo, son los que llevan las de perder arrollados por goriloides del volante conductores de vehículos como les viene en gana porque ninguna autoridad sanciona, “rol” en el que destacan los choferes de transporte urbano y suburbano, eternamente acicateados por los tiempos que deben hacer en sus rutas.
Quién dude de tales hechos no tiene más que deambular por el bulevar Revolución a la altura de las instalaciones del IMSS. Allí, el arroyo es de los cafres del volante que mínimo, deben considerar a los peatones algo así como entusiastas del arte de Cúchares expertos en “torear” vehículos mediante contorsiones corporales que envidiaría la misma Tongolele. Señores de la autoridad, ya basta. Pónganse a trabajar.
mena_josemaria@|hotmail.com
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