Ya
catalogado como el peor de los peores alcaldes de Torreón, el actual Eduardo Olmos
Castro deja muchos saldos
y promesas incumplidas de acuerdo con el texto de Arturo
González González,
quien colabora en el medio regional El Siglo de Torreón.
Eduardo Olmos Castro
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Desde
los primeros meses de la actual administración fue evidente la corta estatura
de Eduardo Olmos como alcalde. Sin controles efectivos, sin autoridad entre sus
propios allegados, en el ayuntamiento se conformaron áreas donde la
discrecionalidad y la ocurrencia se convirtieron en norma y directriz. La
Tesorería Municipal, a cargo de Pablo Chávez, es una de ellas. A pesar de las
críticas y las exigencias de un sector de la ciudadanía, el manejo de los
recursos del erario es un páramo cubierto de espesa niebla.
Los
directores se lamentan una y otra vez por la falta de recursos para cumplir con
su función. El tesorero aplica un recorte presupuestal de 40 por ciento en
áreas tan sensibles como servicios públicos y desarrollo social, por ejemplo
(ver http://t.co/7KJTcWWhTd). La desconfianza priva entre ellos y aún así se
atreven a pedir a la sociedad un voto de confianza. ¿En quién vamos a confiar:
en los directores que acusan al tesorero o en el tesorero que acusa a los
directores? Y en medio de este zafarrancho, el Cabildo, supuesta máxima
autoridad de la ciudad, se encuentra acotado por los intereses personales y
gremiales de los regidores.
La
Tesorería, controlada por Pablo Chávez, ha manejado un presupuesto cuatro veces
mayor al utilizado por la dependencia en la pasada administración. Al finalizar
el cuatrienio, la Tesorería habrá gastado 1,495 millones de pesos
(http://t.co/3LgavXEwfg). La pregunta obligada es ¿en qué se fue ese dinero? La
respuesta del responsable de las finanzas de la ciudad no se sostiene ni con el
más somero análisis de la realidad. Según él, el pago a proveedores de todas
las dependencias justifica en parte el elevado monto de su presupuesto
(http://t.co/92AfrxtQPO). Pero el común denominador de su “estilo” de
administrar ha sido el retraso en el cumplimiento de los compromisos
financieros. Comisión Federal de Electricidad (http://t.co/JU9yyqFz), la
empresa concesionaria del servicio de limpieza (http://t.co/eKniKOgVKf), la
compañía controladora del sistema de alumbrado (http://t.co/cD6uN2TYXr), Cruz
Roja (http://t.co/z0irYHs8lT), organizaciones de la sociedad civil
(http://t.co/0xprDe4nFp), Cuerpo de Bomberos (http://t.co/OCToGkOawO) y otras
empresas proveedoras y contratistas (http://t.co/TqB6C9ir) son sólo algunos
ejemplos.
Numerosas fallas en las obras realizadas.
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Otra
parte del argumento del porqué ha crecido el presupuesto de la Tesorería pasa
por la emisión de certificados de promoción fiscal, la cual, según Chávez, es
una estrategia para registrar mayores ingresos y así obtener más
participaciones federales. Pero mientras el gasto operativo de la dependencia
se ha cuadruplicado, dichas participaciones apenas han aumentado en un 10.9 por
ciento, según el reporte más reciente de Fitch Ratings, al cual me referiré más
abajo.
Y
mientras recorta presupuestos de otras áreas y retiene pagos a empresas y
asociaciones, la Tesorería ha gastado en medio año más de dos millones de pesos
en asesorías de despachos cuyas labores y beneficios la ciudadanía desconoce.
Pero no sólo eso. A decir del director de Informática, Luis Fernando Gallardo,
la base de datos de la Tesorería está saturada y en dos años no ha pagado la
licencia por el uso de equipos de cómputo. Y según el funcionario, esto último
podría derivar en embargos (http://t.co/FwzSdc1EFb). Nuevamente la pregunta:
¿qué está haciendo el tesorero con los ingentes recursos que año con año
recibe?
Grandes baches por toda la ciudad
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Ante
las prolongadas ausencias del alcalde, el tesorero se asume como celoso
vigilante del manejo de los recursos de todas las direcciones. Pero valga la
sentencia de Juvenal: Quis custodiet ipsos custodes? ¿Quién vigila a los
vigilantes? En teoría, la Contraloría Municipal, encabezada por Lauro
Villarreal, otro de los grandes hoyos negros de la administración. ¿Dónde están
los resultados de las auditorías que debieron aplicarse a las áreas de
Parquímetros, Alumbrado Público, Semáforos, Transporte y la misma Tesorería?
¿Dónde ha estado el alcalde para poner orden en su equipo?
Mientras
esperamos las respuestas, la presidencia municipal ha aumentado impuestos como
el de alumbrado público con el fin de tener los recursos suficientes para,
supuestamente, invertirlos en la modernización del servicio
(http://t.co/RKNt2NVV), que es el que más quejas ciudadanas recibe
(http://t.co/0E64f5x8xq). De los 20 millones de pesos proyectados para este
año, únicamente han sido erogados 300 mil (http://t.co/ZChJrnb3ik). El dato
habla por sí solo.
En
varias ocasiones la administración de Eduardo Olmos ha argumentado que hacerse
cargo de la obra de la Gran Plaza y su estacionamiento subterráneo ocasionó un
desequilibrio en las finanzas. Pero ¿por qué, entonces, aceptó el ayuntamiento
que se le endosara la responsabilidad de una costosa obra surgida del capricho
del exgobernador autoexiliado, Humberto Moreira, y que no contaba con el
consenso de la ciudadanía? ¿Es acaso la alcaldía de Torreón una dependencia más
del gobierno de Coahuila y no un gobierno soberano como marca la Constitución?
Otro
tema escabroso es el de la nómina municipal. Por lo menos en tres ocasiones el
ayuntamiento anunció que ejercería recortes en el gasto de servicios personales
en aras de contar con más recursos para la inversión pública y hacer frente a
sus compromisos financieros. La realidad es que la famosa estrategia de
austeridad nunca se aplicó. Las cifras así lo revelan. En 2010 se gastaron en
promedio 41 millones de pesos al mes en la nómina. En 2012 el promedio mensual
fue de 49 millones. Para este año se proyecta que sean 50 millones mensuales
(http://t.co/5OMz45o9Lv). Hay que decirlo con todas sus letras: en este rubro,
como en muchos otros, la presidencia municipal ha mentido a la ciudadanía.
Puesto
este engaño en evidencia, ¿cómo creerle al gobierno de la ciudad cuando dice
que la deuda municipal no es tan grande como lo reporta la síndica de
vigilancia, Natalia Virgil? Ella habla de cerca de mil millones de pesos. La
Tesorería ha asegurado que dejarán adeudos por no más de 155 millones. ¿Cuánto
le falta para llegar a esa cifra? ¿Cuál es el estado real de la deuda
actualmente?
Y
con todo ese gasto de nómina y deuda, la gestión de Olmos está reprobada por la
ciudadanía, como lo revela el estudio de opinión pública de mayo pasado del
Barómetro de México Avanza: 5.8 es la calificación del actual ayuntamiento
(http://t.co/RoqZ43O1vz). Pero si de evaluaciones se trata, en enero de este año
la firma Fitch Ratings colocó en perspectiva negativa la calificación AA (mex),
que significa alta calidad crediticia y que había mantenido por años el
ayuntamiento, “debido a una limitada generación de ahorro interno y un
debilitamiento en la posición de liquidez” (http://t.co/L8VctP3Z).
De primer mundo el proyecto de la
Presidencia, lo contrario en los hechos.
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En
resumen, el ayuntamiento actual ahorra poco y tiene menos liquidez, y aunque
cuenta con un presupuesto mayor al de la administración anterior, su gasto de
nómina crece más que el de inversión pública (http://t.co/qJovSKR0).
En
este sentido, las obras que, cuando se le critica, tanto presume la alcaldía
como grandes logros en su propaganda —para la cual, dicho sea de paso, gasta
más de lo permitido por la ley (http://t.co/eFZ4kCrKYt)— dejan mucho a desear.
Ahí está, por ejemplo, el Bosque Urbano, del cual hablaré en un artículo
posterior. Porque así como se debe someter al escrutinio público la labor y los
argumentos del tesorero, también es menester revisar lo hecho por cada uno de
los encargados de las direcciones municipales, quienes más que víctimas, como
intentan asumirse, son cómplices de las fallas de esta administración.
Por
lo pronto, a la luz de lo dicho en este artículo, huelga decir que Miguel
Riquelme, próximo alcalde de Torreón, si en verdad busca el bien común como él
dice, debería estar muy preocupado por las finanzas municipales que serán
responsabilidad suya a partir del primero de enero de 2014.
Dialoguemos
en Twitter: @Artgonzaga
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