Fernando Castillo. |
Dicho sea de paso se denomina la columna que Fernando Castillo escribe en varios medios impresos de Puebla y en Internet y que difunde mediante twitter. La más reciente entrega corresponde al domingo 6 de octubre, en donde señala: “Winston Churchill dijo una vez que: “Una nación que intente prosperar a base de impuestos, es como un hombre con los pies en una cubeta, tratando de levantarse tirando del asa”. Y es que, las reformas, tan cacaraqueadas, no nos han llevado a ningún lado. En la educativa, los maestros, en muchos estados del país, siguen sin dar clases y no los corren. Toman ciudades y han logrado que el gobierno reconozca a la CNTE como un interlocutor válido, al que le han dado dinero y le han prometido lo que no pueden cumplir. Basta ver que desde gobernación se dan instrucciones para formar mesas de diálogo en los estados, para atender las peticiones de los maestros”.
El
rumbo que ha tomado esta administración federal, parece ser el camino de
regreso a épocas oscuras de nuestra historia.
La
brújula del presidente, está orientada por el retroceso.
Preciso,
porque lo creo necesario, que al hablar de brújula, no tengo intención de
referirme a las declaraciones de Peña Nieto de que Tamaulipas está en el Océano
Pacifico o de que Monterrey es un estado.
El
presidente dijo, no hace mucho tiempo, que: “El Gobierno de la Republica se ha
propuesto realmente, impulsar una agenda transformadora para el país, porque lo
que no podemos es mantener una condición pasiva, una condición estática
mientras el mundo está cambiando”.
Eso
podría ser el rumbo marcado pero se está recorriendo un camino en sentido
contrario.
Enrique Peña Nieto. |
Es
cierto que el mundo está cambiando, pero los cambios que se proponen en nuestro
país, no son en la misma dirección.
Enrique
Peña Nieto, propone un financiamiento público, por la vía del déficit, cuando en
Europa ha quedado demostrado que presupuestos deficitarios les dificultaron
salir de la crisis de 2009 y hoy luchan por limitarlo o erradicarlo.
Todas
las reformas que se impulsan en el mundo, en materia fiscal, llevan por
principales condiciones, el combate a la corrupción, a la evasión y a la
elusión fiscal.
La
propuesta del presidente, a diferencia del resto del mundo, fomenta la
informalidad, pues elimina los pocos controles que se obtuvieron en la
raquítica reforma del gobierno de Calderón; no combate la evasión ni la
elusión, ya que no aparecen nuevos instrumentos que permitan la coordinación de
las autoridades hacendarias y las entidades financieras para localizar
capitales no declarados ni para lograr el cobro de contribuciones no
liquidadas.
Por
la otra parte, la de la honestidad gubernamental, a casi un año de iniciada
esta administración, la Secretaría de la Función Pública trabaja con un
encargado de despacho, al no haberse conformado la Comisión Nacional
Anticorrupción, dado que el PRI, el partido del presidente, pretende restarle
facultades al órgano proyectado en el senado. El titular del ejecutivo, se ha
convertido en protector de la corrupción.
A
eso, podemos sumarle lo infame de la propuesta de Reforma Hacendaria, basada
exclusivamente en un afán recaudatorio.
El gobierno quiere más dinero y no importa de dónde lo saque.
Mientras
el mundo lucha por el empleo, cuando las tasas de desocupación son
elevadísimas, no es posible que en vez de dar estímulos fiscales a los medianos
y pequeños empresarios, los que generan un importante número de empleos,
se les incrementa la tasa del Impuesto
Sobre la Renta.
Por
supuesto que es necesario un seguro de desempleo – somos el único país de la
OCDE que carece de el - pero lo más
importante es no perder fuentes de trabajo. Enrique Peña Nieto, se comporta
como el tipo que asegura su coche solo para irlo a estrellar en la esquina.
Durante
años se ha planteado la necesidad de ampliar la base gravable, erradicar la
informalidad, e incentivar la economía, pero nada de eso, que como candidato
defendía, parece importarle al hoy presidente.
Se
le quita al ciudadano la posibilidad de
construir un patrimonio, al gravar con IVA los pagos de las hipotecas, además
de que, en un verdadero atraco al trabajador, se reasignan 3/5 partes de la
cuota de vivienda pagada por el empleador.
Es
inconcebible que las “Grandes Reformas” que prometió el presidente, sean
opuestas a la tendencia mundial. Nos piden más impuestos y una afectación a los
derechos sociales, pero se les olvidó cumplir con un programa de regeneración
de la política y un claro proyecto de futuro.
Winston
Churchill dijo una vez que: “Una nación que intente prosperar a base de
impuestos, es como un hombre con los pies en una cubeta, tratando de levantarse
tirando del asa”.
Y
es que, las reformas, tan cacaraqueadas, no nos han llevado a ningún lado.
En
la educativa, los maestros, en muchos estados del país, siguen sin dar clases y
no los corren. Toman ciudades y han logrado que el gobierno reconozca a la CNTE
como un interlocutor válido, al que le han dado dinero y le han prometido lo
que no pueden cumplir.
Basta
ver que desde gobernación se dan instrucciones para formar mesas de diálogo en
los estados, para atender las peticiones de los maestros. Cosa imposible, puesto
que sus peticiones son contrarias al mandato legal y al constitucional, además
de que un grupo fuerte dentro de la CNTE lo conforman maestros del D.F. única
entidad donde la educación no está descentralizada, ¿con quién los van a
sentar?
Decía
hace no mucho Antoni Zabalza que: “No hay acuerdo político aceptable que pueda
suspender el estado de derecho”.
Si
hablamos de Telecomunicaciones, Televisa ha interpuesto demandas, exigiendo que
DISH y AXTEL, retiren de su programación su señal abierta, ¿Pues no que estaba
“planchada” la reforma con los concesionarios?
La
financiera perdió gas y el bodrio que es la propuesta gubernamental de reforma
energética, es criticada por todos y antes de entrar a su estudio se está
tratando de entenderla.
Todas
las reformas estructurales parecen diseñadas para que todo siga igual. Con el
añadido de un mayor sufrimiento para el ciudadano.
Y
es que veamos el contexto:
Con
datos del INEGI que muestran el grave problema de inseguridad. Con más de 100
mil secuestros en 2012, que no le corresponden al periodo de Peña Nieto, pero
sin acciones para erradicar el problema.
El
mexicano es muy perceptivo, la inseguridad la siente y la situación económica
la resiente al meter la mano al bolsillo.
Grupos
anarquistas, resucitados del panteón de la comedia y que está documentado por
las redes sociales, que por lo menos el dos de octubre fueron trasladados en
vehículos militares.
Los
medios, controlados al más puro estilo de Luis Echeverría, donde se manipula la
información, o cuando menos se carga de un solo lado. El dos de octubre, hubo
violencia desmedida, por parte de civiles, policías e infiltrados del gobierno.
Es
por eso, que la propuesta de reforma política de PAN y PRD, es de urgente
resolución, porque el sistema, como está ahora, pretende regresarnos a los
tiempos más oscuros de la historia reciente de este país.
Y
debe de ser antes de analizar la cuestión energética y presupuestaria, que se
debe de discutir el cambio de sistema. Como está no nos sirve. A mi parecer, no
es oportunismo o chantaje de la oposición, es aprovechar la coyuntura.
El
antecedente de la primera carta magna del mundo (Inglaterra, 1215) fue un
movimiento que llevaba por lema “No taxation without representation”, no hay
impuestos sin representación. Es necesario que la reforma política le dé poder
al ciudadano, para controlar cómo, cuándo y cuánto se gasta de sus impuestos,
pero lo más importante, en qué se gastan. El sistema como está, permitió casos
como los de Marín o Moreira.
Mayor
control al ejecutivo por parte de un congreso que responda al interés de sus
electores y no de sus dirigencias partidistas.
Un
ministerio público independiente, profesional, que trabaje con eficacia y
eficiencia, que no pierda en los amparos por tecnicismos como en los casos Caro
Quintero y Elba Esther Gordillo.
Se
requiere la reforma política, porque el presidente que prometió luchar contra
los poderes fácticos se ha convertido en el edecán de los mismos. Peña Nieto no
ha movido nada.
Agitar
a México, no necesariamente es moverlo, al igual que sacudir las alas no
implica volar.
Síganme en Twitter: @niniodeoro
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