Jacobo Zabludovsky. |
Jacobo Zabludovsky. Se graduó como licenciado en Derecho en la Facultad de
Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México el 21 de julio de 1947. Inició actividades periodísticas en 1946
en Cadena Radio Continental como
ayudante de redactor de noticieros. En 1947 ingresó en la XEX-AM, como Subjefe de Servicios Informativos. En 1950, al empezar la
televisión en México,
inició la producción y dirección del primer noticiero profesional de la
televisión Mexicana y desde entonces, ininterrumpidamente dirigió y presentó
telenoticieros hasta el 30 de marzo del 2000, fecha en que renunció a Televisa. "24 horas", probablemente
el noticiero con mayor audiencia en México en su tiempo, desaparece cuando Emilio Azcarraga Jean decide hacer cambios en el noticiero
estelar, supliendo a Jacobo Zabludovsky por Guillermo Ortega.
Antes
de cumplir un año de presidente Enrique Peña Nieto hizo chuza con todos los
mexicanos de la lista “Forbes”.
Nos
lo habían pintado como muñequito de sololoy, producto de la televisión, invento
de los poderosos, títere de los ricos, niño bonito manejable, vacío debajo del
copete, inmaduro y débil. ¿Sí? Pues, ¡oh sorpresa: no lo conocíamos! Después de
más de 20 años de gobiernos apapachadores de los rich and famous bastan once
meses para descubrir la película inesperada: llegó un sheriff discípulo de John
Wayne y metió en cintura a los cowboys de negro, los bajó del caballo y les
dijo quién manda. Y calladitos se ven más bonitos. Derribó todos los palos de
una vez y con una sola bola.
Empezó
con Carlos Slim, el más rico de los ricos no sólo del rancho sino de todo el
oeste. Le redujo su sistema de telefonía al 50% del mercado. Le afectó también
en sus negocios mineros al establecer un impuesto del 7.5% sobre las utilidades
de operación, equivalente a gravar el ingreso bruto, no el neto, que sería
menor. Y no le han concedido el canal de televisión abierta al que públicamente
aspira.
Hablando
de mineros, Germán Larrea y Alberto Bailleres, los grandes del negocio, pagarán
el impuesto del párrafo anterior aunque lo consideran ruinoso. En el caso de
Bailleres, dueño también de El Palacio de Hierro, la carga es mayor porque
sobre metales preciosos (Bailleres es el principal productor de plata en el
mundo) el impuesto no es del 7.5% sino del 8 por ciento.
Emilio Azcarraga Jean. |
El
año próximo se licitarán dos cadenas de televisión abierta frente a Ricardo
Salinas Pliego y Emilio Azcárraga Jean, quienes, por si fuera poco, no podrán
transmitir anuncios de merengues y chicharrones a la hora del auditorio
infantil, golpe heredado del nocaut al cártel de la comida chatarra: Lorenzo
Servitje, de Bimbo, pagará 8% de impuesto a menos que le baje a la causa de la
obesidad y la diabetes. Y a los embotelladores de Coca Cola y Pepsi les carga
un peso por litro de sus menjurjes, a pesar de la campaña sin precedentes,
gasto inútil en defensa sus ganancias.
Germán Larrea. |
Peña Nieto cambió la política de vivienda financiada desde siempre por un Infonavit que enriqueció a “desarrolladores” hasta ubicarlos entre los súper magnates, fabricantes de casas inhabitables, con materiales de deshecho, agrietadas antes de acabarlas, sin más agua que las humedades de sus paredes y a tres horas del sitio de labor de los empleados cautivos. Dijo “hasta aquí” y quebraron los tres más grandes constructores de basura: Geo, Homex y Ara. Supongo que esta medida es consecuencia inmediata de las quejas de quienes se acercaron a él durante su campaña electoral. Un ejemplo, entre muchos, de empresarios ricos y empresas pobres.
Ricardo Salinas Pliego. |
Alberto Bailleres. |
Mientras
el PRD hacía política, el PAN hacía rabietas: abandonaba la negociación, que,
no por eso interrumpida, sólo continuó sin la derecha que se quedó a la luna de
Valencia.
Los
gobiernos suelen decepcionar porque en su lucha por lograr el poder siembran
ilusiones convertidas después en faltas. Eso ocurre las más de las de las
veces. En nuestro caso ha sido al revés: una campaña hábil de sus enemigos
políticos enanizó las dimensiones del candidato del PRI y minimizó las
esperanzas. De ahí el asombro: por primera vez en más de dos décadas el Estado
no recoge las migajas del banquete de los poderosos, sino pone en orden la
cocina.
Seguramente
no todo es positivo. En otros planteamientos de su administración hay profundos
desacuerdos. Pero el alquiler del boliche apenas empieza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.