Federico Ramos Salas |
El
título de este artículo no se refiere a una propuesta mía (que la he hecho en
otras ocasiones) para que los políticos y los empresarios descubran finalmente
que invertir en la cultura reditúa dividendos y si no, vean el impacto que tuvo
la inauguración de la expo del pintor Botero en el Arocena, sino del título del
libro de Gabriel Zaid, poeta y ensayista mexicano de reconocido prestigio,
quien reflexiona sobre el tema, su redefinición y financiamiento, así como a
los absurdos, corruptelas e injusticias que en México se han entretejido en
torno a ella.
Su lectura es muy recomendable sobre todo para
nuestras autoridades.
Gabriel Zaid |
La
cultura, pues, “necesita de amor y perseverancia a prueba de balas; es un acto
de resistencia. Pero también necesita de otras cosas que le proporcionen un
lugar central en la sociedad, que le otorguen un espacio sólido, propio, no
secundario, en la vida pública”
Me
parece muy importante lo que dice Zaid, pues a través del libro formula
preguntas básicas que parecen no tener una respuesta clara por parte de la
sociedad y mucho menos del gobierno: ¿Por qué se pisotea a la cultura como algo
desdeñable frente a las contingencias económicas del momento?
Yo agregaría: frente a la repartición del
dinero de los contribuyentes que se orienta al gasto corriente para mantener
una burocracia inútil y a la obra pública, con frecuencia poco aprovechable
para la ciudadanía, en lugar de ello, apoyar la difusión y promoción de la
cultura.
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