Eduardo Holguín. |
Ante el intento de los maestros adheridos a la CNTE de imponer con el chantaje de la violencia su oposición a la Reforma Educativa y a su eventual evaluación Eduardo Holguin pregunta mediante su columna Bizhunter que se publica en Milenio Diario Laguna y en el periódico Vanguardia de Saltillo, si en el futuro las leyes que México requiere se van a legislar en la calle o en los organismos adhoc de los que disponemos, como son el Congreso de la Unión, los Congresos Locales de los Estados o los Cabildos en cada uno de los Ayuntamientos.
La
pregunta es sencilla pero no por eso deja de ser pertinente: de aquí para
adelante, ¿en dónde se va a legislar, en la calle o en el Congreso?
En esta
semana –esperamos que mañana– tendremos más elementos para contestarnos dicha
pregunta; considerando, que el Senado dejó para este martes la discusión en
comisiones de la minuta de la Ley del Servicio Profesional Docente. De acuerdo
a Emilio Gamboa quedará votada y aprobada, por la Cámara Alta, el día de
mañana. Esperamos que así sea, porque no soy el único que, después de los lamentables
acontecimientos sucedidos en semanas pasadas, ha puesto en duda la capacidad
del Estado para garantizarnos que las importantes iniciativas de ley federales,
contempladas en la agenda del Pacto, se ventilen, se debatan, se aprueben o no
se aprueben, en donde debe ser: en el Congreso de la Unión. Único órgano
facultado por nuestra Constitución para detentar el Poder Legislativo Federal.
Celebramos
sobre manera que la Cámara de Diputados haya aprobado, el lunes, con 390 votos
a favor y 69 en contra, la Ley General del Servicio Profesional Docente, que
contempla evaluaciones para la plantilla de profesores en México. Pero más
celebraremos que con la aprobación del Senado se concluya un proceso
legislativo que incrementará sustantivamente los indicadores de educación de
nuestro país.
Si en
el Senado es aprobada la ley en referencia se dará un paso fundamental hacia el
imperio de la ley en México, hacia la eliminación del chantaje político, la
eliminación de influencias fácticas y meta constitucionales, la eliminación de
eso y aquello que merma, en territorio azteca, la necesarísima gobernabilidad.
Sí algo
han puesto en jaque, en peligro, los rijosos y minoritarios maestros de la CNTE
es al mismísimo Estado, a sus instituciones, a las necesarísimas normas de
conducta, principios jurídicos, regulaciones, estatutos, que los mexicanos
hemos diseñado, consensado, aprobado en nuestro Congreso. Un Congreso que es de
todos nosotros, que nos representa a todos nosotros, y no solamente a grupos,
grupúsculos, que pretenden hacernos creer que las leyes pueden, o deben,
escribirse en las banquetas, en las calles, en las plazas públicas.
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