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Federico Ramos Salas. |
El artista plástico y empresario Federico Ramos Salas que cada catorce días escribe la columna Ganar – Ganar en Milenio Diario Laguna habla de como a cualquier sitio que volvamos la vista encontramos miseria, violencia, ignorancia, frustración y otros males nacionales que generan “ciudadanos mediocres, ciudadanos pasivos, ciudadanos cómodos, poco exigentes ante las autoridades, quienes apáticas solo alcanzan a verse el ombligo y con ello, al bajar la vista, dejan de ver el horizonte, pero simulan que no saben qué pasa a su alrededor, pues ellos también se sienten cómodos”.
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Miseria. |
Para donde volteemos a cualquier dirección de
los cuatro puntos cardinales, vemos mayormente miseria, violencia, ignorancia,
frustración… querrá decir que algo estamos haciendo mal como sociedad; ya no se
diga como gobierno. Al Norte, educación sin calidad, lo que debería ser la
estrella polar, la que nos dirige a buen puerto, no aparece en el firmamento
por la oscuridad de la noche; al Sur, ausencia de estado de derecho.
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Violencia. |
No hay
para donde voltear. Todo se arregla, se negocia, la ley se aplica para un lado
o para el otro, al mejor postor; al Este, impunidad, el paraíso de los
malandros de todo tipo, de cuello blanco y de overol, de la alta sociedad y de
los sectores políticos, pero también de los desamparados por el manto del
bienestar, cuya única cobija, por lógica negra y contundente, es arrimarse a
las filas del mal, de la delincuencia, que aporta para ellos un pedazo de pan a
cambio de un futuro cercano de perdición y finalmente de muerte; al Oeste, del
lado contrario, a 180 grados de distancia, la corrupción, que con sus grandes
brazos alcanza a cubrir los cuatro puntos cardinales, como síntesis de la
desgracias de un pueblo que se acoge e estos ejes brutales.
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Ignorancia. |
La consecuencia de todo esto: ciudadanos
mediocres, ciudadanos pasivos, ciudadanos cómodos, poco exigentes ante las
autoridades, quienes apáticas solo alcanzan a verse el ombligo y con ello, al
bajar la vista, dejan de ver el horizonte, pero simulan que no saben qué pasa a
su alrededor, pues ellos también se sienten cómodos.
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Frustración. |
La tuerca da vueltas tercamente y aparece la
violencia, en todas sus formas, desde el abuso a los menores o las mujeres
hasta el robo hormiga o la explotación laboral, pasando por el asalto a mano
armada y la extorsión, terminando con el crimen debidamente organizado.
Pero, rectifiquemos el camino, volteemos
hacia adelante, hacia el Norte y rescatemos los valores de la convivencia entre
los humanos, propiciando y exigiendo, cada uno en su ámbito, en su comunidad,
en su colonia, en su barrio, en el ejido, la impartición de educación con
calidad. Sin ella NO hay desarrollo, sin ella NO hay progreso, sin ella NO hay
solidaridad posible y a cambio habrá injusticias y la pobreza se extenderá aún
más. Esas son las implicaciones, a mi manera de ver, de no exigirle al Estado
que ofrezca educación con calidad.
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