Fernando Castillo. |
Fernando Castillo, director general de Ibarra, Castillo y Santander abogados es autor de la columna Dicho sea de paso que se publica en varios medios impresos poblanos, así como en Internet, el presente texto corresponde a su entrega del pasado 29 de septiembre.
Decía Napoleón Bonaparte, que el poder
radica en
la apariencia del poder.
http://www.e-consulta.com.mx/opinion/2013-09-29/que-le-juega-el-presidente
Sin
duda, el Presidente de la república, en estos ya diez meses de ejercicio, ha
logrado mantener una máscara de legitimidad y reconocida autoridad, que le ha
servido para presentar sus iniciativas, sin embargo, tal parece que juegan al
gobierno, mientras los hechos nos demuestran que en realidad no gobiernan.
Uno
de los principales defectos de la gestión de Enrique Peña Nieto, lo constituye
el abuso del instrumento llamado “Pacto por México”.
Peña
Nieto insiste en tener más de un problema para cada solución, o tal vez, la
única solución que ha planteado y que es la mesa de este hibrido creado con las
dirigencias del PAN y el PRD. Al PRI no lo contamos porque solo es una rama más
del ejecutivo.
El
pacto por México, no es una solución, por la simple razón de que no es un
espacio institucional de negociación política y eso lo hace blanco fácil de los
ataques. Doy por descontado que es un órgano bien intencionado, sin embargo, en
los sistemas democráticos se gobierna con la ley y no con buenas intenciones.
Enrique Peña Nieto. |
Enrique
Peña juega al presidente y su gabinete juega a los funcionarios, pero cuando
hay graves problemas, como la oposición de la CNTE a la Reforma Educativa,
juegan a las escondidas, con la honrosa excepción del Secretario de
Gobernación.
En
la semana pasada, es el panismo defenestrado, el panismo calderonista, es el
que ha mostrado mayor congruencia, en la clase política, al darle, por una
parte, forma legal a uno de los grandes compromisos del pacto, la reforma
política.
Y
es que el más grande de los problemas del país se llama corrupción. Esa
corrupción que se ha llevado ya a los organismos y procesos electorales, al
punto de que, por un lado se dejó sin sanción la compra de votos con la
avanzada tecnología de los monederos electrónicos y por otro le permite a un
ciudadano estar en campaña durante ocho años cuando menos, sin que se le
fiscalice en sus gastos.
Y
bueno, ya ni decir del uso de las delegaciones de las dependencias federales
como entes de operación político-electoral, como fueron usados en las más
recientes elecciones federales y locales en los dos últimos años.
Acción
Nacional, retomó muchos de los postulados del ahora llamado “Grupo Corderista”
y los integró a la propuesta de reforma, que sustenta la necesidad de una
segunda vuelta electoral, para dar legitimidad al vencedor, crea la figura de
gobiernos de coalición, que es una institucionalización de figuras como la del
Pacto por México, que completado con la ratificación del gabinete por parte del
legislativo, transforma el sistema político, recobrando la naturaleza del
congreso como el foro de la discusión política. Dejar de ser una comparsa, para
ser un contrapeso.
Crear
un nuevo órgano electoral, activo y eficaz, que conduzca elecciones justas e
independientes en cada rincón del país, desapareciendo los brazos electorales
de los gobernadores, es decir, los órganos estatales electorales.
El pacto por México. |
Por
otra parte, el panismo, como principal grupo opositor, dio muestras de estarse
reagrupando y cambiando liderazgos, con lo que cambiaran los contrincantes en
el juego de Peña Nieto.
Muchas
veces en la política, el mensaje es el mensajero. Y así hay que leer que la
intervención del PAN en el senado de la republica el día de la comparecencia de
Luis Videgaray, fuera a cargo de Ernesto Cordero.
Significativo,
porque es una muestra de que, aun sin estar en la coordinación parlamentaria,
será un personaje con mucho peso en la negociación de las reformas Energética y
Fiscal, (las cuales, muy probablemente sean retrasadas hasta la discusión de la
política, tal y como lo solicita el PAN) y es un liderazgo que, dada sus
propias ambiciones, no será manejable desde Bucareli y ni siquiera desde Los
Pinos.
Ya
dio muestras, en esa misma comparecencia, de su postura respecto a la reforma
fiscal. Simplemente, si saben contar, no cuenten ni con él ni con los suyos.
Defendiendo
su labor, como secretario de hacienda de Felipe Calderón, hizo fuertes críticas
a la gestión de Peña Nieto, muy fundadas algunas.
Y
es que, nadie con tres dedos de frente, entiende como en diez meses pasamos de
ser un país con bajo crecimiento -como lo dejó Calderón- a un país con nulo
crecimiento, al borde de la recesión. Pasamos de estar mal a estar peor.
Y
menos se entiende que, en esas circunstancias, se pretenda aumentar la carga
impositiva a la clase media, para que el gobierno, con la habilidad de un
carterista, obtenga más dinero para gastar mal y de manera oscura.
Porque
hemos pasado del “Te lo firmo y te lo cumplo”, a las excusas mediocres de que
todo es culpa de los Estados Unidos.
Es
increíble que en un gobierno tecnócrata, no se den cuenta de que esa reforma
hacendaria, es asesina, (aun y con los paliativos de la seguridad social
universal y el seguro de desempleo), porque acaba con los emprendedores, mata
el empleo y, en un acto de gatopardismo político, solo cambia de nombre a los
regímenes especiales; fomenta la informalidad y de manera alguna combate la
elusión y la evasión fiscal.
El
gobierno de Peña Nieto, no gasta cuando debe hacerlo, es tan mala su gestión
que, parafraseando a Milton Friedman, si lo pusiéramos a cargo del desierto del
Sahara, en cinco años habría escasez de arena.
Si
se trata de generar riqueza y regresar a la ruta del crecimiento, hay que
disminuir impuestos a la clase media y no legarle deuda a nuestros hijos.
El
problema en el juego del presidente es que se hace con sus reglas y con su
balón.
La
democracia exige diálogo y discusión. Conversar con quienes piensan como él en
el Pacto por México, no es dialogo político, es solamente jugar al té o jugarle
al loco.
Peña
Nieto debe apurarse a cambiar de juego, pues como decía Napoleón: “Un gobierno
nuevo tiene que deslumbrar y sorprender; cuando deja de brillar, cae”.
LUCRO.
Dijo el Presidente que nadie va
a lucrar con la desgracia.
Si
los donativos de la sociedad civil, se etiquetan con logos de los gobiernos
estatales y en la reunión de evaluación, su gabinete presumía a ver quién hizo
más, el chiste se cuenta solo.
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