Fernando Ramírez López. |
Hoy
sabemos que nuestro país vive en su seno contradicciones que han sido acuñadas
a lo largo de su devenir histórico, la pobreza como factor endémico insoluble y
la actuación permanente de las hienas en el poder político, manifiestan su
incapacidad por ceder un ápice de sus meandros y propósitos.
Por Fernando Ramírez López
Para
Ernesto “Che” Güevara por su ejemplo en la lucha social, a 46 años de su
sacrificio un lejano 9 de octubre en la montaña boliviana.
“No vale la pena ahora volver sobre esos entusiasmos, fervores,
decepciones, iluminaciones; en cambio,
si es bueno repetir que la modernidad, como todo lo que es la historia,
es una realidad evanescente; nada queda de ella sino, cuando algo queda, unos
instantes vivos, unas cuantas palabras más allá y más acá de las fechas”
Octavio
Paz. Unidad, modernidad, tradición.
Octavio Paz. |
Hoy
sabemos que nuestro país vive en su seno contradicciones que han sido acuñadas
a lo largo de su devenir histórico, la pobreza como factor endémico insoluble y
la actuación permanente de las hienas en el poder político, manifiestan su
incapacidad por ceder un ápice de sus meandros y propósitos.
Enfrentamos
como nación subdesarrollada el reto de la avaricia de los señores del capital y
una democracia enferma, porque ha sido alimentada para servir a unos pocos y no
a la mayoría.
Casi
todas las sociedades contemporáneas,
incluyendo a las del primer mundo, están perdiendo la confianza en el
orden político y en los políticos. Este hecho ha servido con frecuencia para
alimentar a las fuerzas reaccionarias que tratan de canalizar el resentimiento
popular para convertirlo en fundamentalismo religioso o en nacionalismo
ascendente.
La
corrupción del dinero emerge como símbolo de la disolución de la confianza en
la democracia. La reedificación de la confianza puede comenzar solo cuando los
políticos y la clase política demuestren rectitud y autoridad moral en su
comportamiento.
Ernmesto "Che" Güevara. |
Esta
es la gran tarea que aguarda a las sociedades en ascenso democrático para los
próximos años. El talón de Aquiles de la reforma económica que aglutina a la
hacendaria es político. No es lo mismo controlar el gasto público, que
lograr que aumenten las exportaciones, o
elevar la productividad. Se requiere en todo caso combinar la negociación, la
persuasión y la creación de condiciones estructurales para la reorganización
integral.
Es
necesario, sobre todo una actitud de equidad, el gobierno debe aceptar su papel
poco agradable de captador de impuestos, no es mejor ni más importante que
cualquiera de las funciones de los miembros de la sociedad civil.
El
sistema político, sobre todo hoy día, no tiene idea de este tipo de actuación,
su gran problema es que todo lo que hacía por obra y arte de su autoridad está
plenamente cuestionado, en un momento donde la sobrecarga impositiva no cuenta
con la aprobación colectiva.
Si
el gobierno actúa hábil e inteligentemente podemos pensar en un mejor país para
el futuro. Pero cuando casi todos los ámbitos de la vida nacional se encuentran
minados, esta tarea parece de suyo casi imposible, es decir lograr elevar la
tasa de empleo, mejor educación, alimentación adecuada, salud oportuna y un
buen nivel de ingresos de la población se considera poco posible.
El
gobierno ha propuesto una reforma económica – hacendaria, no a causa de su gran
vocación democrática, sino que las presiones sociales están resultando
incontenibles y no desea poner en riesgo su frágil estabilidad política.
Lo
que ahora debemos preguntarnos no es si se intentará una profunda reforma
política sino cómo se resolverá el problema político, efecto colateral del
cambio fiscal y económico, ya que sin dicha resolución la recuperación integral
es imposible.
Se
ha discutido lánguidamente, sobre la vinculación entre la reforma política y la
reforma económica. El debate sobre el cambio del sistema político es por demás
prolífico, aunque en muchos sentidos es más idealista que realista, se refiere
mucho a las razones y posibilidades de cambio, más que al deseo de cambio. La
discusión se ha sesgado hacia la parte electoral que es más visible, porque en
las últimas elecciones demostró el gobierno que ahí se encuentra lo más burdo
de su actuación y donde más éxitos ha tenido.
El
problema político de la reforma económica es que ya se hizo todo lo que se
podía hacer desde arriba, lo que falta por hacer es persuadir a sindicatos,
empresas y consumidores, incentivándolos; pero no se les puede obligar a
cambiar de pronto, a pagar más impuestos en el seno de la recesión económica
que se vive, a pensar en la productividad, a invertir, en fin a transformarse
en lo que idealmente debemos ser.
Si
la reforma económica depende de lo que hagan millones de actores individuales,
el problema para organizarlos va a ser extraordinario. La pregunta es si ante
incapacidad gubernamental, se tendrán los elementos para hacerlo exitosamente.
El
pacto peñanietista con el PRI, PAN y PRD es una ventana del proceso político
que tiene lugar para observar los avances de la reforma económica, así como las
dificultades por venir.
Una
economía moderna y próspera no puede depender solamente de lo que el gobierno
resuelva, por lo que el supuesto éxito de la macroeconomía como referencia de
éxito en el manejo de las finanzas públicas, es necesario que se refleje en los
medianos y pequeños empresarios, pero sobre todo en los bolsillos de los
consumidores.
El
gobierno ahora se enfrenta a un dilema cada vez más difícil, todo lo que ha
construido en los últimos años podría venirse abajo por la presión que ejercen
las organizaciones y los causantes.
En
lugar de aprovechar la oportunidad de conducir el cambio del país, sobre todo
porque el éxito de la reforma económica obliga a hacer profundos cambios
políticos, el gobierno se empeña en darle vida a una reforma energética
problematizada y que amenaza con desestabilizar la frágil barca del cambio
global.
En
un momento cuando el gobierno ha reconocido plenamente la existencia del
hambre, la pobreza y la criminalidad existente, en lugar de plantear respuestas
socialmente integrales, sigue apoyando el crecimiento de los grupos
empresariales más grandes como es el caso de TELEVISA y CARSO.
Su
opción n o es mantener el sistema político tradicional y seguir dejando que
gobernadores y presidentes municipales, impunemente se aprovechen del
presupuesto y sigan endeudando a sus localidades; su opción es generar el
cambio inmediato y gradual.
Hoy
todo se cuestiona, desde el modelo educativo hasta el exceso de asignaciones
económicas a los partidos políticos y la sobre representación de legisladores
en ambas cámaras.
Es
necesario dejar que el cambio camine por sí mismo asumiendo todas las
consecuencias que pudieran resultar, o en liderarlo para darle forma a un nuevo
sistema político. Sin embargo la economía va a obligarlo a definirse en un
futuro nada lejano, pues la reforma económica va a atorarse y nada va a poder
impedirlo, al menos que el gobierno ceda y entienda la existencia de nuevos
interlocutores que tienen voz y presencia.
El
significado de la avaricia no solamente se observa como defecto de carácter,
sino como medio de manipulación para ganar más dinero que hace que los
gobernantes en turno presionen, para entregar el petróleo a inversionistas
extranjeros, lo cual no solamente es mal visto, sino que puede convertirse en
el tsunami que arrase con todo.
Mario Benedetti. |
Ganar
dinero por medio de manipulaciones legislativas, inflar o disminuir el valor de
los bienes, adquisición de fuertes préstamos respaldados por documentos
falsificados, contribuye a generar increíbles colapsos y que han llegado a
costar a la población miles de millones de dólares.
Los
miembros de esta generación no solamente en México, sino en sociedades
altamente desarrolladas están pagando las consecuencias de políticas de gobierno
egoístas y mal planeadas, como es el caso de Japón, la Unión Americana y gran
parte del mancomún europeo. Nuestro deber es al menos intentar generar un nuevo
modelo social, limpio por excelencia de violencia y crimen.
Mientras
tanto hagamos nuestras las palabras de Mario Benedetti cuando dice: “No te
rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus
sombras, enterrar tus miedo, liberar el lastre, retomar el vuelo”.
Celular: 871 163
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