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7 de septiembre de 2016

Ahora resulta que EPN apoya a los candidatos presidenciales de EUA

Lo mismo que otros analistas del acontecer nacional y local Jesús M. Moreno Mejía se muestra desconcertado acerca de los motivos por los que el gobierno de México invitó a Los Pinos al impresentable Donald Trump. Luego de ocurrido el suceso la administración federal ha fracasado para explicar las intenciones de Enrique Peña Nieto al recibir al xenófobo candidato del Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América.

“No es prudente contraer alianzas con políticos que tengan más fama que fuerza”
                          Nicolás Maquiavelo

Enrique Peña Nieto
Inesperada visita que realizó Donald Trump, candidato del Partido Republicano de los Estados Unidos de América, a la residencia presidencial de Los Pinos el pasado 31 de agosto, a invitación expresa del presidente Enrique Peña Nieto, obedece a que este decide apoyar  a los aspirantes a ocupar la Casa Blanca del vecino país del norte, incluyendo aquel que nos valora como escoria y, por lo tanto, nos insulta.
El anuncio de que estaría Trump en la Ciudad de México el miércoles 31 de agosto fue sorpresivo, pues se conoció la especie una noche antes, seguramente para evitar actos de protesta que se hubieran producido a nivel nacional de conocerse con antelación dicha visita, pues dicho individuo se ha declarado acérrimo enemigo de los latinos avecindados en su país, y en especial los mexicanos.
Peña Nieto reveló que la invitación no fue en exclusiva al candidato republicano, sino también a Hilary Clinton, candidata del Partido Demócrata, quien al parecer no se ha prestado al juego de intereses de su contrincante, asegurando el mandatario mexicano que su intención no era intervenir en el proceso eleccionario de EUA, sino intercambiar opiniones en torno a temas de interés común, previo a las votaciones presidenciales estadounidenses en noviembre próximo.
Las protestas no se dejaron esperar en todos los sectores de nuestra patria cuando el indigno y antipático visitante ya estaba en tierras mexicanas, mismas que abandonó casi de inmediato tras de su entrevista privada con EPN, a fin de que no resultara dañado en su “honorabilidad”, pues sabe que es considerado persona non grata en nuestra patria.
El candidato republicano confirmó su intención de que se construya un muro a lo largo de la frontera norte de nuestro país, confirmándolo al llegar a Phoenix, Arizona, donde recalcó lo que desde hace tiempo ha venido repitiendo: que esa valla será con cargo a nuestro país, “el 100 % …ellos aún no lo saben (en tono irónico), pero lo pagarán”.
Donald Trump
“¿A qué diablos vino Trump?” Se pregunta el comunicador y analista José Cárdenas en uno de sus artículos, y dentro del mismo señala que el candidato estadounidense aprovechó su visita para hacer campaña a su favor “y restregarnos otra vez que cancelará el Tratado de Libre Comercio (TLCAN por sus siglas en inglés)” una vez que llegue a ser presidente de Estados Unidos de América.
Fue muy listo Trump el aceptar venir a México a invitación expresa de EPN, si bien éste dijo que no sólo la formuló al candidato republicano, pues también le propuso venir a nuestro país a Hilary Clinton, quien hasta el momento de redactar esta entrega no se sabía si vendría, pero de seguro no lo hará por no estar dispuesta a hacer ese mal juego político de nuestro presidente.
El caso es que Trump “chamaqueó” a Peña Nieto, dejando a este “mal parado” en simpatía (de por sí ya muy bajo en materia de aceptación en los últimos meses), y no sólo a nivel nacional sino ante los ojos críticos del mundo entero.
Los yerros de EPN han ido en aumento, pero no es dable en él a reconocerlos. Tal vez por ello ordenó llevar a cabo una intensa campaña previa a su Cuarto Informe de Gobierno, titulada “Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, la cual se enfoca en hacer ver los logros de quienes participan en los “spots” radiofónicos y televisivos.
 Menciona en esa la campaña que el beneficio o el logro personal se le debe a dependencias gubernamentales, engrandeciendo a estas por la calidad de sus servicios, a sabiendas que las mismas no cumplen al 100 % su función, por ejemplo el Seguro Popular, las instituciones académicas que preparan profesionistas (tal vez en referencia a la Universidad Panamericana que le otorgó el grado de licenciatura a EPN).
Tal vez le faltó (pues no he estado al pendiente de todos los “spots”) referirse a la formación de deportistas de alto rendimiento, y que por tal motivo confirmó en su cargo a Alfredo Castillo como presidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y del Deporte (Conade), quien ante los diputados federales lamentó los pobres resultados de nuestros representantes en la pasada Olimpiada en Río de Janeiro, “por el bajo presupuesto” asignado a esa dependencia.
Merece comentarios aparte el descubrimiento hecho a su tesis presentada para la obtención del título de Licenciado en Derecho, por la Universidad Panamericana (a la cual la gente ha rebautizado como “Universidad Patoamericana”, en directa referencia a que es una “Universidad Patito”, o sea de segunda o tercera calidad).
Hillary Clinton
También merece comentarios por separado el antes mencionado Cuarto Informe de Gobierno, entregado al Congreso el mismo día que se redacta esta colaboración, bajo un nuevo formato en la que EPN hace notar la importancia de los jóvenes.
Sin embargo, podemos adelantar que Peña Nieto no puede ignorar en su informe los resultados económicos negativos en el cuarto año de su administración (a pesar de las anunciadas Reformas Estructurales que se suponía arrojarían importantes beneficios a la nación y su crecimiento), así como venirse dando una constante presión inflacionaria, el dólar fluctuando pero cada vez más caro y un Producto Interno Bruto (PIB) muy bajo.
Pero volviendo a la invitación que el presidente hiciera a Trump. ¿Cuál fue el logro para México? Porque se suponía que vendría a pedir perdón por agredir a los mexicanos y no a utilizar al gobierno de Peña Nieto para aumentar su popularidad, que ya empezaba a decaer en EUA en las últimas semanas, por parte de seguidores y a algunos militantes del propio Partido Republicano.
Creemos que se nos quedó el maleficio de dar al extranjero lo que ellos buscan de nosotros, y por eso les abrimos la casa, los llamamos amigos (aunque nos haya insultado o menos preciado), como ocurrió hace más de 400 años con Hernán Cortés y posteriormente con el archiduque Maximiliano.
“El pueblo que desconoce su historia, está condenado a repetir sus errores”, dicen los historiadores, y hoy en pleno siglo XXI nuestro presidente invita a quien no se cansa de seguir diciendo que los latinos, y en especial los mexicanos, somos gente despreciable y que habrá de cobrarnos un muro infranqueable, como el que dividió en dos a Berlín por muchos años.
Las protestas por esa “metida de pata” de nuestro presidente habrán de seguir en los próximos días, pero ya no tienen caso pues resulta ser algo que no tiene remedio. La bofetada ya nos la dio Trump, y no sería raro que tengamos que ofrecer la otra mejilla para con otro extranjero, pues nuestros gobernantes no acaban de aprender, y mucho menos reconocer, de sus frecuentes yerros que tanto nos perjudican en nuestra dignidad. ¿O usted qué opina, amable lector?
¡Hasta la próxima!