Buscar este blog

9 de abril de 2016

202 sampetrinas hicieron retemblar en su centro la tierra misma

El 18 de mayo de 1963 inició un suceso que llenó de vergüenza a Coahuila cuando 202 mujeres de San Pedro de las Colonias realizaron una marcha de protesta en la que a pie recorrieron mil kilómetros para protestar ante el entonces presidente de México Adolfo López Mateos. 
La marcha al principio trataron de evitarla gobernantes y funcionarios de Coahuila encabezados por el General Raúl Madero, pero el valor y tenacidad de las sampetrinas logró el apoyo y simpatía de los pobladores de las ciudades por las que iban pasando, incluso damas de Monterrey que llevaron a las manifestantes agua, comida, alimento, sombreros y calzado.
Conocida como la caravana del hambre una mayoría de los medios intentó denigrar a las participantes y atribuir la marcha a comunistas y fuerzas retardatarias y solo algunas publicaciones como la revista Impacto, El Sol del Norte, La Opinión, El Norte, El Universal, La Voz de la Calle y la Revista Reporter cubrieron con objetividad y veracidad el suceso.
Las mujeres retornaron en triunfo a San Pedro, luego de que las recibió el Presidente Adolfo López Mateos y les resolvió favorablemente la totalidad de los puntos de su pliego petitorio.
A esta "Caravana del Hambre" se refiere el libro 202 sampetrinas hicieron retemblar en su centro la tierra misma, escrito por Gabriela Gutiérrez Medellín.
Mi interés personal en el asunto se debe a que la realización de la "Caravana del Hambre" sacudió conciencias en México y en el país y a que uno de los reporteros que cubrió el movimiento desde que inició hasta su conclusión como enviado especial de La Opinión fue mi padre Eduardo Elizalde Escobedo.
Otros periodistas que en su momento escribieron a favor y en contra de la marcha fueron Ignacio Quiroz M, Armando Fuentes Aguirre "Catón", Julián Calleros, Alejandro Saborit Irigoyen, Víctor Cepeda Rangel "El Mago" y otros que permanecen anónimos porque su crónica apareció sin el crédito correspondiente.
Finalmente me siento obligado a hacer mención al conductor del espacio radiofónico La Voz Amiga cuya señal se podía recibir en una parte del recorrido y quien estuvo alentando durante los once días de la marcha a las mujeres, dignas de admiración por su coraje, valentía y sacrificio.