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5 de agosto de 2017

“Todo lo que pasa en México es por culpa del pinche Enrique Peña Nieto”

De todos los presidentes que en México han sido después de la Revolución, el menos popular es Enrique Peña Nieto a quien los mexicanos “debemos todas las chingaderas que en nuestro país ocurren”. La moda es, dice Ricardo Alemán, mentarle la madre a Peña Nieto y si alguno se atreve a hablar de lo bueno del gobierno será víctima del escarnio público y colocado en la picota de facebook y twitter, redes pobladas por la legión de idiotas lo que hace aconsejable anteponer el “pinche” a cualquier cosa que se diga de Enrique Peña Nieto, aunque el “pinche presidente” haya tenido logros que en su momento no alcanzaron ni Vicente Fox ni Felipe Calderón, o cualquier otro anterior a ellos. Los fracasos, los ridículos y los muertos no son ya ni del deslenguado ni del calderas, son del “pinche” Peña Nieto. El periodista Ricardo Alemán es autor de la columna Itinerario Político que se publica en varios medios, la entrega correspondiente al jueves 3 de agosto de 2017 la tomé de la página web del periódico Zócalo de Saltillo y sí, creo en lo personal que Enrique Peña Nieto no ha sido mal presidente, opinión que coincide con la de mucha gente que conozco, acostumbrada a usar la cabeza para algo más que para colocarse una gorra o sombrero. 

Hoy, en México, la moda y lo “políticamente correcto” es mentarle la madre a Peña Nieto.
La moda supone que en México todo está mal. ¡Y claro…! El causante de todos los males de los mexicanos se llama Enrique Peña y trabaja de presidente. Y por eso la moda de mentarle la madre.
Y ay de aquel que intente hablar de “lo bueno” en el gobierno de Peña. Ay del que se atreva a probar “las cosas buenas”, porque entonces la creciente “legión de idiotas” —a sueldo— lo tunde y no lo baja de pertenecer a la “mafia del poder”.   
Por eso, cuando en una tertulia un despistado reconoce un acierto del gobierno federal, el temerario debe anteponer la mentada de madre… “¡claro, por culpa del pinche Peña tengo chamba!… ¡chamba mal pagada…!”.
Enrique Peña Nieto
Así, por ejemplo, debemos decir que por culpa del “pinche Peña” México es uno de los países con el crecimiento más sostenido en el continente y en buena parte del mundo. Por culpa del “pinche Peña” es histórico el crecimiento económico durante 14 trimestres continuos, lo que supera los pronósticos de crecimiento de todas las calificadoras.
Por culpa del “pinche Peña” en el primer semestre de 2018 se crearon la mayor cantidad de empleos en la historia mexicana; casi 800 mil plazas, lo que se debe sumar a los casi tres millones de puestos de trabajo en cinco años. Todo un récord que pocos consiguen en el mundo. Pero, claro, es por culpa del “pinche Peña”.
También por culpa del “pinche Peña” que la reforma educativa recuperó 5 mil millones de pesos que se robaban aviadores del SNTE y la CNTE; por culpa del “pinche presidente” más de 98 por cierto de los maestros de la CNTE se han evaluado y se instauró el inglés para todos. ¡Y horror, pero por culpa del “pinche Peña” el idioma inglés servirá para la colonización del “imperialismo yanqui” a las mentes preclaras de los mexicanos!.
El “pinche presidente” es culpable de una exitosa reforma energética que, en las primeras rondas de licitación, dejó más de 20 mil millones de dólares de inversión externa y miles de empleos ya en marcha. El “pinche Peña” también es culpable de que consorcios mexicanos y extranjeros descubrieran algunos de los yacimientos petroleros más ricos del mundo.
Y el “pinche Peña”, que no habla inglés y no ha leído ni tres libros, es culpable de la más ambiciosa reforma de telecomunicaciones; esa que abarató la telefonía celular, el uso de internet y que hizo posible la mayor pluralidad en la televisión abierta y una mayor competencia en las telecomunicaciones. Gracias al “pinche Peña” hoy no se cobra la larga distancia y se acabaron los monopolios en telefonía.
Otra “chingadera” del “pinche Peña” es el éxito de las reformas fiscal y financiera que, por un lado, hicieron posible el mayor porcentaje de captación fiscal en la historia y amplió los créditos inmobiliarios a sectores vulnerables. La recaudación fiscal hoy es de las más altas en la historia, después de la reforma fiscal, producto del Pacto por México; ya que de enero a abril de 2017, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) logró recaudar 24 mil 148.2 millones de pesos. Sin duda, puras fregaderas del presidente menos popular.
Pero hay más. Luego del escándalo por la llegada de Trump al gobierno estadunidense, hoy el peso frente al dólar mantiene una paridad positiva, mientras Pemex recupera viabilidad, tiene utilidades y está más cerca el saneamiento prometido. Puras “chingaderas” del “pinche Peña”.
 El corredor industrial que va de Querétaro a San Luis Potosí es hoy una de las regiones de mayor crecimiento en el mundo. Y por culpa del “pinche Peña” las industrias armadoras y exportadoras de autos instaladas en ese corredor son de las más productivas del mundo, mientras las exportaciones de vehículos automorores colocan a México en la punta mundial. “¡Pinche Peña, carajo!”
¿Y el turismo…? Otra de las ocurrencias de ese mal presidente llamado Peña Nieto. “¡No entiende el pinche Peña”. Por su culpa, México regresó al top ten del Barómetro de Turismo Mundial, se coloca en octavo lugar con 35 millones de visitas y una derrama económica anual de 19 mil 600 millones de dólares…!”. Frente a esos datos que muchos en el mundo ya quisieran, lo menos que podemos pedir es “¡que renuncie Peña Nieto…!”.
Otro fastidio al país, producto de ocurrencias de ese “pinche presidente”, se dio cuando en días pasados la calificadora S&P mejoró la perspectiva de la deuda de largo plazo del gobierno mexicano, al pasarla de negativa a estable. Es decir, quitó la tarjeta amarilla que teníamos como país.
Y por supuesto que hay muchas otras cosas malas como la inseguridad y la violencia. Y ya hasta hay quienes hablan de “los muertos de Peña”.
Los críticos de Peña no se ponen de acuerdo. Algunos solo le acreditan cosas malas como los muertos de la violencia. Olvidan todo lo que acabamos de citar, que también está mal.
Al tiempo.