Buscar este blog

2 de agosto de 2016

Muro no. Reforma si: Hillary

La obtención de la candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos por Donald Trump, representa que penda la Espada de Damocles sobre el mundo y la única que puede impedir la presencia de un nuevo Hitler en el escenario internacional es la candidata republicana Hillary Rodham Clinton, esposa del ex presidente norteamericano William Jefferson Clinton. En la reanudación de Minutero Político se ocupa Juan Elizalde Lara del tema electoral de los Estados Unidos de América, que por razones obvias afecta a la totalidad de las naciones del orbe.

“No construiremos un muro… Construiremos un camino a la ciudadanía para millones de migrantes que contribuyen a nuestra economía”, se comprometió Hillary Rhodam Clinton al aceptar el pasado jueves la candidatura del Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos de América.
El suceso resultó histórico, pues es la primera ocasión que una mujer tiene posibilidades reales de conquistar el gobierno de la nación más poderosa de la tierra; pero antes deberá superar el arraigado machismo que prevalece entre los habitantes del país del norte.
La tarea que le espera de aquí al 8 de noviembre a la ex Secretaria de Estado no es sencilla, pues tendrá que enfrentar la patanería y rudeza excesiva de su oponente del Partido Republicano, el empresario Donald Trump.
Pero saldrá avante como ha ocurrido en ocasiones anteriores en que a base de temple, enfrentó con decisión crisis familiares y políticas, incluso la eventualidad del naufragio de su matrimonio cuando su esposo Bill era el presidente de los Estados Unidos.
Hillary defendió durante en el discurso de aceptación de la candidatura demócrata, la necesidad de una Reforma Migratoria en los Estados Unidos, iniciativa que espera haga crecer la economía del país.
Aseguró que no construirá muros que separen la frontera con México y que privilegiará en cambio vías para la naturalización de millones de inmigrantes que contribuyen a la economía y calificó de “inhumanas” las deportaciones.
Enfatizó Clinton “Estados Unidos precisa de cada uno de nosotros para que aportemos nuestra energía, nuestros talentos, nuestras ambiciones para que nuestra nación sea mejor y más fuerte”.
Aseguró que en la Casa Blanca, ella será “la presidenta de demócratas, republicanos e independientes. Para los que tienen que esforzarse, para los que progresan y para los que son exitosos. Para los que han votado por mí y los que no. Para todos los estadounidenses”.
Agregó que la economía del país aún no está en el nivel de excelencia en que podría estar, y que por ello numerosos estadounidenses sienten que han quedado rezagados.
Le dio la razón a sus conciudadanos que se sienten frustrados y furiosos porque piensan que la economía no está funcionando de la forma que debiera.
Pero negó que los norteamericanos tengan miedo. Acusó: “Trump busca que los estadounidenses teman al futuro para que se tornen ciegos ante los peligros del mundo contemporáneo”.
“Él quiere que tengamos miedo del futuro y tengamos miedo los unos de los otros”. Agregó: “No tenemos miedo. Vamos a crecer ante el desafío, como siempre lo hemos hecho”.
La candidata se refirió también al “racismo sistémico” que sufren las comunidades negra y latina en EU y prometió una reforma del sistema judicial y un mayor control de las armas. “Tenemos que curar las divisiones en nuestro país”.
En la parte final de su discurso Clinton se mofó de la visión expuesta por Trump en el sentido de que puede resolver todos los problemas y dijo que EU “no es un país donde una sola persona tiene todo el poder” y descalificó a Trump para que se le confíen los códigos de las armas nucleares.
Rechazó la demócrata que su oponente sepa –cómo el asegura- “más que los generales sobre el Estado Islámico” y negó que Donald Trump esté calificado para ser el comandante en jefe del país. Y le respondió: “No Donald, no sabes”.
“Pierde la compostura a la mínima provocación. Cuando un periodista le pregunta duramente. Cuando es desafiado en un debate. Cuando alguien protesta en un acto”.
“Imagínenlo en el Salón Oval enfrentando una crisis real. Un hombre que muerde el anzuelo con un tuit no es un hombre al que podamos confiarle las armas nucleares”.
Definitivo: Clinton es la mejor calificada para ser elegida como presidenta de los Estados Unidos. Desde hoy al 8 de noviembre, pende sobre la humanidad la espada de Damocles. Es real el peligro de un triunfo electoral de Donald Trump.
Al candidato republicano se le teme más por su discurso de odio que por su populismo, así que, a contener la respiración y a esperar que no se nos anuncie el 9 de noviembre el peor de los acontecimientos que podrían ocurrir.

Ex presidentes rumbo al 18

El proceso electoral del reciente 6 de junio dio la voz de arranque para el proceso electoral de 2018 aunque previamente, en 2017, habrán de realizarse elecciones locales en varias entidades entre las que se encuentran Coahuila y el Estado de México.
Con demasiada anticipación los aspirantes a candidatos asoman la cabeza y de manera informal adelantan el proselitismo, principalmente Andrés Manuel López y Margarita Zavala quienes de acuerdo con varios muestreos aventajan en MORENA y el PAN.
Ha llamado la atención al calor de la pre contienda el hecho de que tres ex presidentes hagan caso omiso de una regla no escrita de nuestra política para irrumpir ruidosamente en el escenario nacional.
Se trata del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el hoy sin partido Vicente Fox Quesada y el priísta Carlos Salinas de Gortari.
El que los tres políticos opinen sobre la próxima presidencia del país no tendría nada de malo pero –repito-, el silencio de los ex presidentes en política nacional había sido una regla no escrita siempre observada.
De hecho en otros países democráticos los ex no solo opinan, frecuentemente retornan y toman el poder como lo ilustran los ejemplos recientes de Putín en Rusia y Michelle Bachelett en Chile.
En los Estados Unidos Bush padre ocupó la presidencia durante dos períodos y varios años más tarde Bush hijo también despachó desde la Oficina Oval, en Argentina luego de que concluyó el mandato de su marido, Cristina Fernández ocupó la Casa Rosada.
En México no debería sorprendernos que en cuanto mexicanos con derechos políticos a salvo, cualquiera participe en los procesos electorales aunque quien lo haga haya ocupado en fecha cercana o lejana el máximo cargo de gobierno.
De nuevo el ejemplo más cercano que tenemos al alcance es el de los Estados Unidos, donde los ex presidentes realizan campaña a favor de sus partidos, o acaso ¿Obama no hizo proselitismo por la hoy candidata Hillary Clinton?.
Otro tanto se puede decir de Bill Clinton, que no dudó un momento para apoyar a su esposa, o los Bush para impulsar la pre candidatura de su consanguíneo Jeff Bush.
Es algo normal en los países de tradición democrática. En México no ocurría por el temor a la polarización política y a la violencia que podría irrumpir en los diferendos electorales.
La  coyuntura para esto se dio con la intención de Margarita Zavala de que el Partido Acción Nacional la postule a la Presidencia de México. En el pasado habíamos tenido candidatas desde la oposición, pero nunca con la posibilidad real de triunfar.
Zavala declaró que si su partido no la impulsa será candidata independiente, pero ya es un hecho que aparecerá en la boleta electoral del 2018. El ex presidente Calderón no dudó en apoyar a su esposa lo que criticó el también expresidente Vicente Fox.
Según Fox los ex presidentes no deben meter su familia a la política, olvidó que estando en ejercicio pretendió que lo sucediera Martha Sahagún incluso distrayendo dinero del erario, para la creación de la fundación Vamos México
Ricardo Alemán, autor de la columna Itinerario Político que se publica en Milenio, asegura que un eventual triunfo electoral de Hillary Clinton favorece las aspiraciones de Margarita Zavala, quien junto con su esposo Felipe constituye el principal activo político del PAN.
Ignoro si los mexicanos estamos listos para elegir una presidenta, sé en cambio que Margarita Zavala es una mujer con capacidad, que independientemente de los logros de su marido ha labrado su propia carrera política.
El principal obstáculo aunque no irremontable que se opone a su triunfo, es el acendrado machismo de los mexicanos, una situación no muy distinta a la que deberá enfrentar Hillary Clinton en los meses por venir. 
Carlos Salinas de Gortari es el tercero de los ex presidentes que rompe la regla no escrita del silencio, pero en su caso el objetivo parecen ser los populistas, principalmente los que se ubican al norte de la frontera como Donald Trump.
Su irrupción es forzada por la intención declarada por el candidato republicano de derrumbar el Tratado de Libre Comercio entre México, los Estados Unidos y el Canadá y que Salinas tiene como uno de los principales logros de su gobierno.
También acomete contra Andrés Manuel López Obrador, el más encarnizado de sus oponentes políticos y con quien comparte la designación de “el innombrable”. Pero además sigue siendo un “peligro para México”.
Resumiendo: en lo personal no votaría por ninguno de los dos aspirantes que llevan la delantera en la carrera presidencial del 2018, pero me agrada que una mujer tenga reales posibilidades de ser electa presidenta de México.
Tampoco votaría por independientes cómo los que se mencionan: Jaime Rodríguez, Jorge Castañeda, Pedro Ferriz y Carmen Aristegui, ni considero opción a tricolores como Miguel Ángel Osorio Chong.
Nunca me ha convencido el PRD, menos todavía el “verde ecologista”, entonces la única opción es Margarita Zavala, por la novedad de su género y porque honestamente, entre los proyectos que se mencionan es a mí juicio la más preparada y calificada.
Hasta aquí la entrega, en la próxima hablaré de los que quieren ser candidatos al gobierno de Coahuila que los hay de dulce, chile y manteca. Son demasiados aspirantes pero la cantidad no es necesariamente garantía de calidad.
La cita es muy pronto, aquí en las redes sociales y en mi revista en línea www.hoyacontecerdelalaguna.blogspot.com ,  mientras tanto pórtense mal y cuídense bien.

Salinas, Calderón y Fox, metidos al 2010

En su entrega de la columna Itinerario Político que se publica en Milenio Diario el periodista Ricardo Alemán hace un análisis de la incursión de los ex presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Carlos Salinas en el proceso electoral del 2018. Coincido totalmente con la exposición del colaborador de Grupo Milenio al que numerosos lectores de tendencia radical han calificado de “sepulcro blanqueado”. El texto apareció publicado el viernes 29 de julio del presente año y aquí lo comparto con mis seguidores del blog y de Facebook.

En Chile, Michelle Bachelett regresó al poder presidencial sin grandes problemas, en Perú, la hija del repudiado ex presidente Fujimori siguió los pasos de su padre, sin suerte. En Rusia el ex presidente Putín tejió su regreso desde antes de concluir su primera gestión.
En Estados Unidos, la familia Bush –padre e hijo- llegó a la Casa Blanca y la esposa del ex presidente Clinton, la señora Hillary, es candidata presidencial. En México, el “otro innombrable, López Obrador, busca el puesto presidencial por tercera vez consecutiva.
Y vale el recuento memorioso porque en México, tres ex presidentes –altamente polémicos- ya son parte del paisaje cotidiano de las peleas, los acomodos y componendas, rumbo a la presidencia de 2018; proceso que arrancó desde el 6 de julio pasado.
Y si bien no es nuevo –y tampoco debiera sorprender a nadie- que los ex presidentes Salinas, Calderón y Fox sean parte del activismo político del 2018 –sea en sus respectivos partidos, sea al margen de la política partidista- lo cierto es que existen escenarios impensables en la sucesión presidencial mexicana.
1. Lo más llamativo de la novedosa participación de los ex presidentes mexicanos en 2018, es que, por primera ocasión en la historia, una mujer cuenta con posibilidades reales de convertirse en presidenta.
Pero además, -no sería la primera mujer candidata-, no solo será otra mujer que aspira a la candidatura presidencial por el PAN, sino que Margarita es la esposa del ex presidente Calderón, con todo los que ello signifique.
Lo más curioso es que con la señora Zavala no solo se replicaría en México el fenómeno de la aspirante presidencial Hillary Clinton, sino que una eventual victoria de la candidata demócrata catapultaría las posibilidades electorales de la esposa del ex presidente Calderón; reputado estratega electoral que “sabe cómo hacerlo”. Y es que, hoy por hoy, los Calderón son el mayor activo político y electoral del PAN.
2. El segundo en saltar al ruedo de la sucesión se llama Vicente Fox, quien hace todo por aparecer, por influir… pero sin más suerte que la de su atracción mediática. Y es que Fox –por ejemplo- es dueño de un grupo político limitado y por ello el arranque de su activismo mandó un claro mensaje a los Calderón, al salir en defensa de la candidatura presidencial de Margarita Zavala.
Sin embargo, Margarita y Felipe no cacharon el guante –no lo tomaron en cuenta-, y la reacción del guanajuatense fue de rudeza extrema: descalificó a Margarita y a Felipe.
3. Y apenas el pasado miércoles, en Guerrero, reapareció Carlos Salinas, controvertido ex presidente que, en sus primeras declaraciones, enseñó sus cartas. Salinas parece comprometido en la lucha contra los populistas allende la frontera norte –en especial Donald Trump, el candidato presidencial republican-, quien se ha propuesto derribar el TLC-, una de las joyas de la corona del salinato.
Pero lo más importante de la reaparición de Salinas y su incursión al proceso electoral del 2018 es que al parecer llegó el tiempo de la venganza política de Salinas contra su feroz adversario, el mesías tropical conocido como AMLO.
Y es que, en efecto, cuando Salinas arranca su activismo político contra el populismo del señor Trump –y contra el intento de derribar el TLC-, en realidad iniciará un activismo contra el populismo “del otro innombrable”, el señor López. Es decir, Salinas aplica el refranero popular en su vertiente de “escucha Juan para que entiendas Pedro”; “¿Escucha Donald, para que entiendas Andrés?”.
4. Por lo pronto, el ex presidente Zedillo participa con su silencio.
Al tiempo.