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9 de diciembre de 2016

Cuento corto de Alejandro Tovar Medina

En la columna Al Larguero de El Siglo de Torreón, el experimentado cronista deportivo Alejandro Tovar Medina publicó el pasado 04 de octubre el cuento corto que reproducimos. Trata acerca de un hipotético juego, en el cielo, entre Las Chivas de Guadalajara y El Atlético de Bilbao. El Ingeniero De La Torre intenta conformar un trabuco que garantice la derrota de los españoles.

El Ing. De la Torre, preocupado, seguía con mil dudas para formar el equipo. Le faltan dos zagueros y para bien de sus familias y de ellos mismos, Sepúlveda, Villalobos, Sevilla y Quirarte, están bien vivos y ni modo de pedirlos prestados. El "Viejo" Tolán, masajista de siempre, llega para aconsejar al técnico del Chiverío en el cielo, porque allá mismo enfrentan al Atlético de Bilbao.
-Calma, Javier. Invité a Lupe Ibarra, aquel brioso defensor central del Toluca que fue asesinado a balazos en Guadalajara, en plenitud de vida. Está interesado y bueno, pues también es paisano, ¿qué te parece, ingeniero? Tú eres el jefe, tú decides. Pedro Nuño está medio gordito pero puede jugar de central y corremos a Ibarra por izquierda, pues maneja bien ese perfil".
"Tubo" Gómez
-No me disgusta la idea y tal parece que no tenemos alternativa pero me inquieta que los españoles tienen una delantera famosa, de grandes jugadores, comenzando por el temible goleador que es Zarra, ¿estuviste viendo sus entrenamientos como te indiqué?.-
-Claro, nadie me conoce y pude ver todos sus movimientos. Ellos dependen demasiado del tal Zarra, que es el jefe. Él dice lo que se hace y lo que no se hace. Él pone las reglas".
-Se lo dejamos a Jaime López, para que lo detenga, por las buenas o por las malas".
-¿Y ya tienes ahora sí la idea de cómo formará el equipo?
-Bueno, pues vamos con Jaime "Tubo" Gómez en el arco. Irán Chicho López, Pedro Nuño, Jaime López y tu recomendado, Ibarra, en defensa. Y que Dios nos ayude con esos monstruos".
-No pasa nada, ingeniero, somos el campeonísimo. Tenemos un equipazo. Acuérdate".
-Pienso que el medio campo será vital para detenerlos. Van Juan Jasso, Panchito Flores y Pepito Martínez. Quiero que el Bigotón se meta entre Nuño y Jaime para apoyarlos con el tal Zarra.
-Otra vez Zarra, Javier-.
-Claro que tengo presente al goleador. Se llama Telmo Zarraonandía Montoya (1921-2006) fue un goleador de cepa, aunque sé bien que está enemistado con Pichichi, como que no pueden jugar juntos. Zarra prefiere estar con su delantera mítica y aunque aquél es también un símbolo, pues dos figuras no pueden verse con simpatía, comprenderás. Lo has visto por años tú también.
-Yo le temo más a un tal Rafael Moreno. Lo vi entrenar y es una flecha. Se tira a las bandas y entra en diagonal. Maneja los dos perfiles, hace goles. Es un chico delgadito, bien parecido.
-Tolán querido. Ese Moreno es Pichichi, nada menos.
-Y adelante, ¿quién va, Javier?
-Vamos con Salvador Reyes, Héctor Hernández y Pina Arellano-.
-Pensé que pondrías a Muciño en vez de Arellano-.
-No, es nuestra arma secreta para el segundo tiempo, por Chava o Héctor-.
Llega "Pato" Gómez, hermano de Jaime, hombre de prensa mil años en el Guadalajara, trae unas cervezas encima, como que algo anda celebrando. El partido es a la noche y habrá lleno seguro en el estadio de San Pedro, en esta tierra de privilegio donde los muertos, viven.
-Ya tengo el ataque del Atlético de Bilbao, Javier. No debemos preocuparnos.
-¿Y quiénes son?
-Son Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza. En la banca va un tal Rafael Moreno.

8 de diciembre de 2016

Responsabilidad familiar, es por lo que deberíamos manifestarnos… y cumplir

La intención del gobierno de autorizar los matrimonios homosexuales causó enfrentamientos de quienes apoyan la modalidad y quienes se oponen porque consideran como único el “modelo tradicional”, formado por una pareja heterosexual y sus hijos y excluyen otros tipos de familia, en la que los integrantes pueden ser consanguíneos o no. El debate al respecto ocasionó numerosas manifestaciones y protestas instigadas por distintas iglesias, principalmente la católica. El texto aproducido en septiembre es de la autoría de Jésus Máximo Moreno Mejía.

La responsabilidad es antes que la usanza
Parafraseando a P.  Hindenburg

Dos organizaciones antagónicas se manifestaron públicamente en la Ciudad de México el pasado mes de septiembre en defensa de sus ideas: unos por la denominada familia tradicional y otros por el matrimonio igualitario. Los dos con puntos de vista muy respetables, pero inadmisibles ya que olvidaron que  existen dos valores que están por encima de las costumbres y la equivalencia: la Libertad y la Responsabilidad.
La unión de un hombre y una mujer con el fin de procrear hijos es considerada una institución en todo el mundo, pero en la actualidad han surgido ideas modernas que no compaginan con lo anterior, como es la alianza de dos personas de un mismo sexo con finalidades similares al matrimonio tradicional, incluyendo la crianza de infantes.
Juzgar el comportamiento ajeno es parte de la condición humana y en ocasiones elevamos nuestro pensamiento a nivel de dogma, sin considerar que no todos razonamos igual y descalificamos en ocasiones la opinión de otras personas, equivocadas o no.
La Libertad es la facultad natural que tiene el ser humano de obrar de una manera o de otra, o sea el libre albedrío, que el mismo San Agustín identificó como “la libertad concedida al hombre para tener los méritos requeridos (para ser bueno o no), no por necesidad sino por su libre voluntad”.
Ahora bien, hasta hace no muchos años las personas que nacían con tendencia homosexual tenían “que vivir en el closet”, ya fuera reprimiéndose voluntariamente o por decisión de sus familiares (en primera instancia sus padres, hermanos, tíos o tutores).
Sin embargo, demostrado está que el homosexual nace como tal (no se hace), pues las hormonas que rigen su comportamiento ya están presentes en el feto a través de sus glándulas, desde el hipotálamo a través de la glándula pituitaria (hipófisis), y por consiguiente no se trata de una enfermedad sino una condición de vida, y por lo tanto es su particular naturaleza, según lo establecen las investigaciones del Dr. Simón Le Vay, neurocientífico y neurobiólogo británico-estadounidense, dedicado al estudio de la homosexualidad humana.
Desgraciadamente, hay grupos homofóbicos que niegan las bases científicas del porqué de la homosexualidad, y en cambio es ésta (para ellos) una “desviación o una depravación” de dichos individuos, y por extensión de las mujeres lésbicas (que en realidad son homosexuales, pero del género femenino por sus condiciones anatómicas y fisiológicas).
Entendemos que el problema de no reconocer los matrimonios igualitarios tiene otras ángulos a considerar, pues la palabra matrimonio en su correcta acepción es la unión de un hombre con una mujer, pero al complementarse con el adjetivo igualitario, entraña entonces una parecido a la institución matrimonial, que incluso propugna por una igualdad social.
En nuestro estado se reconoció civilmente a las de uniones igualitarias como un Pacto Civil de Solidaridad, pero derogándose éste en 2014 en el Código Civil de Coahuila (el primero en reconocer ese tipo de anexión de personas de un mismo sexo en todo el país), para dar paso a la figura jurídica denominada Sociedad de Convivencia, equivalente al matrimonio de un hombre y una mujer, e incluso con la libertad de decidir la posibilidad de procrear un hijo por algún método científico o bien adoptar menores en su seno. 
Por cierto, en la Ciudad de México también se reconoce el matrimonio igualitario, no así en otras entidades del territorio nacional, y de ahí que se luche por no ser a nivel nacional.
Uno de los principales motivos de protesta de quienes no están de acuerdo con los matrimonios igualitarios, es la posibilidad de tener niños a su cuidado ya sea por adopción o por haberlos procreado mediante algún método de reproducción no convencional, pues hay quienes han expresado su temor de que esos infantes “sean pervertidos” o de ser criados en un ambiente diferente a lo tradicional, “volviéndolos unos inadaptados”, según lo aseguran.
Definitivamente que lo anterior es un pensamiento negativo, pues se prejuzga a dichas parejas, sin detenerse a considerar que existen matrimonios heterosexuales (o sea entre un hombre y una mujer), que no educan responsablemente a sus hijos: induciéndolos a cometer delitos graves y/o bien a prácticas perversas, tales como robar, agredir a personas, mentir para obtener ventaja, etc., y por consecuencia absteniéndose de enseñarles el camino correcto; a que se aparten de los vicios y de las malas compañías; a comportarse con decoro y a no ceder a bajas pasiones o a vicios.
De toda esta situación existe un sinnúmero de ejemplos, por lo que entonces debe pugnarse por lograr que todos los padres de familia, heterosexuales y homosexuales, se comporten responsablemente en su misión de educadores en lugar de participar en grupos homofóbicos, por encargo de personas e instituciones con ideas retrógradas.
En suma, luchemos por erradicar el lastre que nos mantiene en una maraña de anti-valores, que incluye la corrupción que padecemos en todos los niveles de nuestra sociedad y no sólo a nivel de la clase política (si bien hay un buen número de estos que destacan), pues con el manejo de consciencias sólo se logrará seguir manteniendo la ignorancia que nos imponen los poderosos en su provecho, sin poder avanzar a favor de la sociedad en general.
En suma, comencemos siendo verdaderamente responsables de nuestros actos, cumpliendo con todo aquello que nos corresponde hacer en lo individual, por nosotros mismos, por nuestra familia y por la comunidad en la que vivimos local, regional y nacionalmente.
 ¡Hasta la próxima!

5 de diciembre de 2016

Certeza y seguridad

En lo que va del Siglo XXI el gobierno federal no le ha podido dar a los ciudadanos ni seguridad pública ni certeza política, tal es la realidad que padecemos los mexicanos y de lo que nos habla el articulista René Delgado Ballesteros en la entrega de su columna Sobreaviso correspondiente al sábado 15 de octubre del presente año. Delgado es colaborador de varios medios entre otros los pertenecientes a Grupo Reforma, así como El Siglo de Torreón de cuyo portal en internet tomamos el presente texto.
       
Durante dieciséis años, tantos como lleva el siglo, el gobierno no ha podido dar seguridad pública ni certeza política a la ciudadanía. Tan simple y tan grave como eso.
La alternancia del priismo y el panismo en el Poder Ejecutivo no le ha significado a la ciudadanía una alternativa. Gane uno u otro, el resultado final es el de la incertidumbre política y la ausencia de gobierno. Gane uno u otro, la fiesta del crimen persiste, a veces, incluso amenizada por la orquesta de las policías, enajenándole -robándole, podría decirse- a la sociedad hasta la capacidad de asombro frente a la tragedia de cada día.
A ese déficit se agrega otro ingrediente tan nocivo como los otros: la corrupción. La alternancia sin alternativa provoca la voracidad sobre los recursos públicos. Ante la posibilidad de no repetir, la ocasión es una y, entonces, hasta para robar se ha perdido el estilo.
Desde luego, los partidos disocian los problemas, niegan los vasos comunicantes entre ellos. Rechazan que la falta de gobierno favorezca al crimen y, a la vez, genere bandas de funcionarios ansiosos por llenarse los bolsillos.
Hoy, el agravamiento de la situación perfila la crisis sexenal sufrida infinidad de veces.
***
El expresidente Ernesto Zedillo detectó, hacia la segunda mitad de su mandato, el problema.
La poco estudiada alternancia en el Poder Legislativo (1997) inauguró la era del gobierno dividido: el Poder Ejecutivo en manos de un partido y el Poder Legislativo en manos de otro u otros partidos. El beneficio supuesto no se dio. La división no arrojó un sano equilibrio entre los poderes y, por lo mismo, se desvaneció la confección de acuerdos que le dieran perspectiva al país, a partir de una acción concertada de gobierno. La inmadurez de los partidos, fortalecidos artificialmente y enriquecidos con las prerrogativas, y la mezquindad de sus dirigentes por encontrar, en la circunstancia, la posibilidad de cristalizar su ambición y aspiración personal, vulneró la hipótesis.
Ese descuadramiento, inserto en la crisis financiera, social y política heredada por el salinismo, desestructuró la política de seguridad y fortaleció al crimen organizado. Ahí encontró su origen la Policía Federal Preventiva, cuyo concepto, diseño y desarrollo original, apenas duró el resto del sexenio zedillista.
***
Desvirtuada la oportunidad del gobierno dividido, tres años después se dio la otra alternancia, la
del Poder Ejecutivo.
Giro en la historia nacional que Vicente Fox redujo a una cuestión de turno, sin interesarse en convertir esa alternancia en una alternativa, dando lugar a un nuevo régimen político. Con sacar a los priistas, el viejo régimen resplandecería. No fue así, salieron los priistas, no entraron los panistas y Vicente Fox hizo de la popularidad el colmo de su dicha en Los Pinos, un rancho sin sembradíos.
A su vez, los gobernadores priistas pasaron del sentimiento de orfandad que les dejaba ya no contar con uno de los suyos en la Presidencia de la República al júbilo de ya no tener por qué responder de su actuación a un poder central. Celebraron el neocaciquismo regional y la balcanización de la política. En el desvertebramiento del poder central sin figurar otro, el crimen halló nuevos espacios y, no sólo eso, en más de un gobernador encontró un nuevo socio. Aunado a ello, el factor externo en el campo de la seguridad -el atentado contra las Torres Gemelas- cambió por completo el mapa, la mecánica y la dinámica del crimen nacional y transnacional. Y, además, la voracidad del grupo en turno en el poder se desató. Si permanecer no era seguro, ni modo de perder la oportunidad de enriquecerse.
***
Llegó, entonces, el turno de Felipe Calderón.
Un político de talla chica, receloso y desconfiado que, por lo mismo, nunca comprendió por qué llegó a cruzarse al pecho la banda tricolor. Carecía de legitimidad y el crimen organizado, a su parecer, le ofrecía el rostro del enemigo común que, al declararle la guerra, favorecería la unidad nacional en su entorno.
Renunció a la política y se fue a la guerra sin conocer al enemigo, haciendo de la ocurrencia su estrategia; reduciendo la investidura presidencial a la casaca de un comisario, diestro en dar palos de ciego; y haciendo del campo de guerra, laboratorio de ensayos de la DEA. Asumido el rol, ni atención le prestó al súbito enriquecimiento, vaya que había petrodivisas, de más de un colaborador.
Boyante el crimen y la corrupción, ni luces del gobierno.
***
La expectativa generada por Enrique Peña Nieto duró poco: dos años a lo sumo.
Después de darse el marco jurídico para emprender las reformas estructurales, el gobierno no sólo no apareció... sino desapareció. No supo esclarecer los señalamientos de corrupción que recaían sobre la cabeza y los miembros de la administración, no supo frenar la violación de los derechos humanos, no supo calibrar la resistencia frente a las reformas y, en el colmo de la adversidad, el entorno económico lo vulneró. Incluso, el logro de cambiar la percepción de la inseguridad se desvaneció ante el peso de la necia realidad.
Hoy, de nuevo, al panorama lo pinta la incertidumbre política, la fiesta del crimen, el hartazgo frente a la corrupción y, algo más, el diseño del recorte presupuestal a partir no sólo de la emergencia económica sino de la urgencia político-electoral en puerta.
El gobierno no aparece y la administración de los problemas se tropieza.
***
Resurge el clamor de acotar el crimen y la corrupción, de dar certeza. Dieciséis años después, no pueden responder sacando nuevos o viejos trucos de la chistera del engaño. El país reclama rediseñar el régimen en su conjunto, sólo así se repondrá el horizonte.


Un adiós desde la Ghandi


El cantautor michoacano Juan Gabriel falleció en septiembre y las autoridades culturales decidieron poner a disposición de los deudos el Palacio de Bellas Artes, para que se le rindiera un homenaje póstumo. Nuestra amiga Lilia Margarita Rivera Mantilla cubrió el evento y desde la entrada principal de la librería Ghandi despidió al cantante.

Mi intención no era llegar hasta Bellas Artes para inclinarme respetuosamente ante la urna que contenía las cenizas de Juan Gabriel, sabía que el lugar iba a estar repleto de gente, miles aunque no sabía cuántos miles llegarían a ser. Quería comprobar eso por mí misma, cuánta gente llegaría hasta la Avenida Juárez por su propia voluntad. Madero estaba atiborrada como es común a esas horas de la tarde, casi las siete de la tarde noche; pensé que encontraría aún más personas según me acercara al Eje Central, así fue pero todos cruzamos la avenida en orden para acercarnos a nuestro hermoso palacio de mármol. A la entrada, se colocó el escenario en donde se presentarían varios cantantes a rendirle, por medio de sus propias composiciones, un breve homenaje a Juan Gabriel. Orquesta, mariachis, coros, bailarines, luces, audio, pantalla panorámica; exactamente como en cualquier concierto, como si de pronto fuera a aparecer el compositor.
El mejor sitio para poder ver de lejos la enorme pantalla, lo encontré en la escalinata de entrada a la librería Gandhi –en la acera de enfrente, justo en la misma dirección al escenario-, puedo decir que los empleados se portaron muy amables con todos los allí reunidos.
Cuando ya estaba bien instalada en mi privilegiado puesto de observación, empezó el colorido y lucido cuadro en donde excelentes bailarines danzaban al compás de “México es católico, político, pacífico, verídico, histórico…”; muy bien, todos los presentes nos sentíamos muy orgullosos de vivir en México y tener todas esas características que describe la canción. Después la pantalla mostró el rostro de Lucía Méndez, quien interpretó Para qué me haces llorar. Confieso que cuando la cámara la enfocó, pensé que era algún artista transgénero y que el movimiento LGBT de la Ciudad de México también se hacía presente en el homenaje, pero era la cantante que en una época anduvo arrastrando cadenas. Excelentes músicos, orquesta y mariachis, lograron que nos olvidáramos de las desentonadas voces de Lucía y de Pablo Montero. 
Excelentes los cantantes que siempre acompañaron a Juan Gabriel en los coros. Como si su jefe estuviera presente, cantaron con el alma y con el cuerpo, igual que si el fallecido compositor estuviera al frente de ellos y todos siguiéndolo con sus voces y coreografía. A mí también se me movieron involuntariamente los pies, cuando interpretaron canciones con ese arreglo tan característico de *Magallanes-chachachá, que tenían muchas piezas del añorado cantante.
El cielo se iba oscureciendo y aparecía más y más gente, y más y más voces coreaban las canciones de Juan Gabriel. Y miraba a los diferentes grupos. Me hacía gracia y me conmovía: una abuela de mi edad, con sus hijos treintañeros y estos con sus propios hijos, cantando juntos Caray, Me gustas mucho y la muy de moda: Gracias al sol. No pude evitar bailotear un poco, recordando a mis Creedence cuando preguntaban, “have you ever seen the rain?”
Como en alguna otra ocasión, en situación semejante, miraba con curiosidad y atención para todas partes, y a pesar del espectáculo que toda la gente seguía animosa y emocionada, empecé a caer en ese ensimismamiento en donde me coloco cuando algo me hace reflexionar y echar a andar la imaginación, aunque en este caso era más bien calcular, pronosticar.
Y recordé aquel día de noviembre de 2011, cuando encontré en youtube un video de Freddie Mercury. Era aquella memorable presentación que tuvo en Wembley, en el concierto Live Aid, 1985. Más de cien mil personas coreando sus canciones y bailando al son que él les tocaba. Entonces, envié el video a mis contactos por correo electrónico y les decía en el texto: “Vean el magnetismo natural y animal de mi Freddie del alma, porque no creo que toda esa gente, que se encuentra en el estadio, sean acarreados que los presidentes de los partidos políticos de México le hayan mandado a Freddie para que le llenaran la plaza. Ahora imaginen a Peña Nieto enfrentándose a un grupo de unas cien personas y que hable, que improvise, que conteste preguntas espontáneas de los observadores, que acepte desafíos, pero sin alguien que lo esté asesorando; a que se pasma, a que inventa pretextos, a que no aguanta”. Y ¡oh, sorpresa! Un mes después en la FIL (Feria Internacional del Libro) 2011, en Guadalajara, se exhibe como un frívolo ignorante al confundir la obra de Carlos Fuentes con la de Enrique Krauze, y al no saber decir el nombre de cuando menos tres libros que hubiera leído en su vida.
Y de ahí me voy al 10 de mayo de 2012. Paul McCartney en el Zócalo de la Ciudad de México, un regalo del Día de la Madre por parte del Gobierno del Distrito Federal, entonces a cargo de Marcelo Ebrard; 200 mil personas allí reunidas, entre ellas mi hija y yo. Hubo orden y alegría durante las casi tres horas que duró el concierto. Felipe Calderón aún era Presidente de México, y el país chorreaba sangre por muchos lados.
Se calcula que en el homenaje a Juan Gabriel en Bellas Artes, en dos días, asistieron cerca de 700,00 personas; la gran mayoría gente del pueblo. Me atrevo a asegurar que todos llegaron porque así lo decidieron; no vi personas con camisas rojas con logotipos del PRI, llevando sombreros tipo charro, matracas, cornetas y todas esas cosas que forman parte del disfraz de los acarreados que contrata el partido cada año, para que le llenen la plancha del Zócalo a Enrique Peña Nieto; ahora les están ofreciendo mil pesos más comida para que formen parte de la escenografía independentista.
En casi cuatro años como presidente de México, Enrique Peña Nieto se ha convertido en el presidente más impopular de la historia del México moderno. Muchos sentimos que el país se nos deshace –no es simple metáfora- como polvorón; será porque hasta nuestro subsuelo ha sido profanado, y no solamente con la planta de algún extraño enemigo; entre la minería abusiva y el fracking despiadado, se están acabando nuestros paisajes, nuestros ríos y envenenado el agua y la tierra; a esto hay que añadirle la inestabilidad política, social y económica en que nos han metido sus estrategias erradas.
Los empleados de la Gandhi, sucursal Bellas Artes, nos piden que desalojemos la escalinata pues están por cerrar y bajarán la cortina metálica. Pasan las nueve de la noche y debo regresar a casa. Solamente tengo que caminar una cuadra para llegar al paradero del trolebús. Mientras camino a la esquina de 16 de septiembre, alcanzó a escuchar que empiezan a cantar Querida. Y me lleno de gusto y hasta de cierto orgullo, porque respecto al futuro de Juan Gabriel, la **Casandra que habita en mí no se equivocó y fue escuchada.
Hace 44 años pude ver y escuchar a Juan Gabriel en un lugar de fiestas no muy concurrido, lo vi muy de cerca y hasta una canción me dedicó. Hoy me tocó estar muy alejada de la urna que contiene sus cenizas, porque miles de personas estaban delante de mí. Acerté. Un día sería tan famoso que me iba a ser muy difícil verlo y escucharlo cantar.
Lilia M. Rivera Mantilla
corima_laguna@hotmail.com
Septiembre de 2016

*Eduardo Magallanes. Músico, compositor y arreglista musical de la gran mayoría de las composiciones de Juan Gabriel.

**Casandra. Hija de Prìamo y Hécuba, reyes de Troya. Deseaba tener un don especial, el de la profecía. Imploró a Apolo para que se lo concediera, éste le puso por condición que le entregara su amor; Casandra aceptó, pero una vez poseedora del don, renegó del amor forzado hacia Apolo. Este la maldijo sentenciándola a conocer los sucesos por venir –casi siempre infortunados- pero sin que sus advertencias fueran escuchadas y mucho menos creídas.