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16 de abril de 2013

38 municipios; 150 candidatos

Fidencio
Treviño Maldonado

Colaborador en varios medios regionales, entre ellos la revista Siglo Nuevo que catorcenalmente publica El Siglo de Torreón, Fidencio Treviño Maldonado toca el tema del proceso electoral de Coahuila donde según sus cálculos habrá unos 150 candidatos, pero se queda corto pues podría ser si nos referimos únicamente a la posición de alcalde. Hay que recordar que también se elegirán ayuntamientos, en los que según el municipio es mayor o menor el número de sus integrantes.

Como si el horno estuviera para bollos o para cocer pan francés, como si el hambre estuviera de vacaciones o gastar polvora  lanzando cuetes de alegría por la seguridad que campea, y ante este panorama resulta que ahora en Coahuila los puestos para elección popular están en oferta y hasta en remate. Son 38 municipios de los que se compone Coahuila, algunos muy chicos, Abasolo, Escobedo, Hidalgo, Progreso, Lamadrid, entre otros que no por ser chicos en población tienen menos candidatos y en  otros municipios medianos son 4 los candidatos y no se diga de los 10 municipios grandes que tienen hasta 6 u 7  aspirantes  a la silla municipal, total que hay candidatos (no pre) hasta para formar un desfile, entre varios colores y formas. 
Esto más que una elección, es sin duda una fiesta que cada día se esta choteando y todo por y con el teje y maneje de la lana del pueblo. Con el cuento de la mentada democracia, los diferentes tentáculos o dependencias del IFE a nivel Estado en Coahuila abre las puertas para que se anoten los que le de su regalada gana y por eso es un verdadero desmadre. Algunos de los partidos chicos  y nuevos de los 13 que hay en Coahuila y con poca presencia,  son simples paleros del sistema y eso en nada ayuda a la mentada democracia, más cuando estos partidos "de mentiras" no pueden ni siquiera ir sólos , es decir se juntan o casan por mientras con un partido de los grandes  (PAN Y PRI, ya que el PRD tiene menos presencia), le llaman coalición y se cuelan para recibir las migajas en caso de que el candidato al que se unieron gane, ahí los ganones son los lideres o presidentes de esos partidos de mentiras. ¿Para que tener un pinchurriento partido politico si no puede competir en una elección interna en su Estado?, pues para mamar y seguir dando topes en la chiche presupuestal.
Pues pronto los postes, bardas, la radio y los lugares en que  puedan pagar anuncios con  figuras, frases y promesas y se verán los variados rostros con sonrisas congeladas para el lado que se voltee. Todos los candidatos dicen tener la verdad absoluta, arreglar lo desarreglado y componer lo descompuesto, traer la felicidad al pueblo, darle seguridad a los ciudadanos y desde luego llevar la luz en esta época de oscuridad. Son muchos los candidatos, bastantes los que  luchan por buscar beneficios e inclusive gastar o invertir dinero para lograr el objetivo, el IPEC o sea el IFE hace que no mira el dinero tirado o mal gastado en la precampaña y en la campaña, pero hay que entender que al pueblo en su mayoría lo impusieron así, a la gente jodida con una despensa, tarjeta, camiseta, lonche o gorra se entretiene, hay otros que ya piden vales de gasolina, vales para tiendas o supermercados y dinero y tambien existe apoyo en estos candidatos por parte de los grandes empresarios, de las constructoras y proveedores, ellos al final son los ganones. Más de 150 candidatos en Coahuila son muchos, sobre todo  en un Estado en donde la pobreza avanza inexorable y es aqui en donde se cumple el aforismo aquel de que CAMPAÑAS RICAS, EN UN PUEBLO POBRE.
Sugerencias y comentarios; kinotre@hotmail.com

Atentado en Bostón

Hasta el momento, se desconoce el nombre de quienes se encuentran detrás del atentado en Bostón. Las imágenes fueron tomadas de Youtube.




El pajarito poderoso

Roberta Garza

No obstante el desastre económico dejado en Venezuela por el régimen de Hugo Chávez, independientemente del proceso electoral realizado el pasado domingo, lo cierto es que votó un considerable porcentaje de la población y lo mismo allá que acá los procesos electorales los gana quien tenga mayor número de votos, así sea uno solo. Del tema se ocupa la regiomontana Roberta Garza en su semanal colaboración para los diarios de Grupo Milenio.

Por Maduro votaron 7,505,338 venezolanos. Por Capriles, 7,270,403. El perdedor no ha reconocido el resultado adverso y demanda un recuento voto por voto, casilla por casilla que, aun en caso de concedérsele (Maduro anunció que, por él, adelante), no sé si le servirá de algo: el aparato del Estado movilizó sus amplios recursos humanos, económicos y policiales en una arrolladora campaña, quizá legal pero sin duda ilegítima, para mover el voto a favor del candidato oficial.
No que sea asunto menor quién se convierta en presidente pero el detalle que quiero señalar aquí es que, a pesar del pajarito místico, del cáncer y de los terremotos enviados por el imperio, de los anaqueles vacíos, de los cortes de luz, de la escasez de medicamentos, de una infraestructura en ruinas, del dispendio de la riqueza petrolera de la nación con fines electorales —sí, sabemos que en Venezuela se ha acotado la pobreza y el analfabetismo, pero igual ha sucedido en otros países de la región donde, además, han construido mecanismos productivos sustentables a costos considerablemente menores y sin empeñar la viabilidad de una economía tan estática y estatista que tiene sus reservas de oro en China porque le debe hasta los chones, y cuya moneda vale cerca de tres veces menos en el mercado negro lo que vale oficialmente en los bancos—, del discurso enconoso, religioso y polarizante, del autoritarismo, de la tremenda inseguridad, de la prevalente opacidad —según Transparencia Internacional, ocupa el escalafón 165 de los 174 que hay en el mundo—, corrupción e ineptitud oficiales y de los infinitos complós, paranoias y acusaciones sin pruebas, cerca de la mitad del país votó, con entusiasmo y enjundia, por la continuidad de ese régimen.
Las mágicas y milagrosas bienaventuranzas chavistas las cantó también Dolores Padierna cuando dijo querer justo eso para México, con AMLO en la Presidencia, en su visita a Caracas hace un par de semanas. Nada que, abierta o encubiertamente, no hayan dicho muchos otros afines al tabasqueño. Por eso le damos el premio al humor summa cum laude a Maduro, ayer, cuando reconoció su triunfo frente al Palacio de Miraflores afirmando que una elección cerrada no tenía por qué ser indicativa de inestabilidad, citando como ejemplo a la izquierda de López Obrador que en la elección de 2006, en México, “respetó los resultados” lográndose la paz y la concordia en el sexenio de Calderón.
¿Será esto, en verdad, la democracia?
Twitter: @robertayque