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3 de septiembre de 2013

Miguel Riquelme y SIMAS

Víctor González Avelar.
Nadie ignora en Torreón que el SIMAS ha sido botín lo mismo para gobiernos priístas que panistas y aunque durante algún tiempo esa paraestatal operó con números negros en el pasado reciente se convirtió por el saqueo al que se le sometió en una “vaca muy ordeñada”, particularmente durante los últimos cuatro años y mientras se mantuvo como responsable de la contraloría a Mario Cepeda Villarreal. El texto corresponde a la columna Mirando a fondo que escribe para El Siglo de Torreón el abogado Víctor González Avelar, tiene mucha razón el columnista cuando habla de los numerosos vicios que existen en SIMAS, principalmente el relacionado con la opacidad en su manejo.

Enlace: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/908992.miguel-riquelme-y-simas.html

Miguel Ángel Riquelme.
NADA MÁS IMPORTANTE para una población que sus servicios de agua potable y drenaje. De la eficacia de éstos dependerá primordialmente el nivel de desarrollo de una comunidad. Ha tenido diversos sistemas institucionales para el abastecido del vital líquido. En una época fue el propio municipio quien manejó los servicios. También fue en un tiempo una empresa privada la operadora; pero estos últimos años ha sido el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas por sus siglas) el organismo descentralizado por servicios responsable de dotar de agua potable a los habitantes de esta ciudad, a su industria.
POR DESGRACIA HA SIDO durante las dos últimas administraciones municipales, que Simas se volvió en organismo ineficaz. En él reina la opacidad, el no rendimiento de cuentas y lo peor, parece secuestrada por un pequeñísimo grupo de burócratas. ACTUALMENTE ESTÁ al frente de Simas un respetable ciudadano torreonenses que no obstante sus esfuerzos y dedicación, no ha podido con los deshonestos. Ese pequeño grupo perfectamente identificado, pero fuertemente posesionado que ha venido comiendo los recursos de Simas que son de todos los torreonenses. ES PÚBLICO Y NOTORIO que el pago de las facturas a proveedores y contratistas de Simas, está sujeto a cobros porcentuales que van del 15% hasta el 20% sobre el valor de la propia factura a pagar.
Este sistema fue manejado los primeros tres años por conducto de un señor Mario Cepeda Villareal excontralor de Simas y actualmente premiado con la Dirección de Desarrollo Social del Municipio. Se asegura que este personaje es quien recaudó de manera obligatoria y coercitivamente los porcentajes a proveedores y contratistas. Es de aclarar, que todo esto lo toleraban los proveedores, porque en las facturas y presupuestos ya incluían esos porcentajes de extorsión. Todo esto sucedió por la falta de vigilancia y celo administrativo de algunos de los miembros del Consejo de Administración.
A Simas le deben cantidades millonarias por usuarios que se niegan a pagarle y Simas por su parte no puede cobrarles. Uno se preguntaría: ¿De qué privilegio, canonjía o exención gozan esos señores? ¿Porque razón unos tienen que pagar y otros no? ¿Cómo es posible que de un padrón de 190 mil usuarios, solamente 90 mil paguen el consumo y el Consejo no haya hecho nada para corregirlo? Es increíble que una empresa que vende agua de manera monopólica y sin competencia alguna se encuentre en números rojos.
Pero también hay otros, especialmente en las colonias populares y otras no tan populares, que tampoco pagan el agua, ni siquiera con una cuota mínima o simbólica.
Eduardo Olmos Castro.
A LA FECHA SE HAN venido mencionando algunos nombres para ocupar la gerencia general de Simas, entre ellos, el de dos personas que indiscutiblemente representan los intereses de alfalferos y lecheros de la región. Este grupo ya logró apoderarse del control del agua de la Presa Lázaro Cárdenas y además, del manejo y disfrute de más del 80% de los pozos profundos o norias en operación (la mayoría sin medidores). Ellos inventado un nuevo concepto agrícola o rural hasta ahora inexistente: El Aquafundio.
Poner en manos de este pequeñísimo grupo el 100% de toda el agua de la Comarca Lagunera de Coahuila (para la alfalfa, para las vacas, para el consumo humano y la industria) sería sumamente peligroso desde cualquier punto de vista político, económico o social.
SIMAS DEBE responder a los motivos y razones que la crearon; necesita estar encabezada por una Dirección General enérgica y con un nuevo Consejo de Administración vigilante, sin miedo a que los corran ni tampoco miedo a renunciar que pueda detener el deterioro de su patrimonio; que no permita le roben cables, tubería o equipo; que tenga los pantalones para cobrar lo que se le debe; es necesario un Consejo de Administración celoso que se preocupe del destino de Simas y en donde no se confundan consejeros con contratistas ni vendedores de productos o servicios con funcionarios para hacer una verdadera limpieza desde arriba hasta abajo. NO SE PUEDE NI DEBE tolerar, seria cínico, que un pequeño grupo de deshonestos piense que la solución a sus problemas económicos personales, los de sus hijos o los de sus nietos los puede resolver saqueando a Simas. POR SUERTE AÚN EXISTEN muchos elementos capaces y honestos dentro de la empresa y en su consejo; pero para renovarla y sacarla de su postración, será necesario que Miguel Riquelme convoque a otros torreonenses ya probados, honestos y con verdadero espíritu de servicio. Reconstruir Simas fue una de las demandas más sentidas de la ciudadanía que votó por Riquelme, pero también de la que no voto por él. ES POR ELLO QUE MIGUEL RIQUELME deberá tener muchísimo cuidado cuando proponga al nuevo Gerente General de Simas y cuando sugiera Consejeros.

El precio de la desigualdad

Enrique Martínez Morales.
Acerca de temas económicos escribe con mucha autoridad en la columna Punto de inflexión el economista Enrique Martínez Morales que en el presente texto se refiere a la tesis del Premio Nobel de Economía  2001 Joseph Stiglitz en el sentido de que: “…los mercados no han funcionado como el capitalismo lo predica y no han sido ni eficientes ni estables; los sistemas políticos no han sabido corregir esas fallas por lo que han fracasado también; y los sistemas políticos y económicos son fundamentalmente injustos. Estas condiciones se alimentan entre sí y generan un círculo vicioso”. Martínez Morales colabora entre otros medios en Zócalo de Saltillo y en Milenio Diario Laguna, de donde se tomó el presente texto hoy lunes y que puede consultar directamente en el enlace puesto a continuación.


Joseph Stiglitz.
Desde la entronización de Adam Smith en el solio del pensamiento económico a finales del siglo XVIII sus teorías basadas en el “laissez faire, laissez passer” y en su famosa “mano invisible” se convirtieron en la piedra angular de construcción de los sistemas capitalistas.
Muchos han sido sus críticos y detractores cuya memoria en el historial económico queda reducida al tamaño del éxito y aceptación de sus teorías. Uno de los grandes, sin duda, fue el multireferido Keynes, cuyas aportaciones sobre la conveniencia de la intervención del Estado en la economía pudieron sacar a Estados Unidos, y al mundo, de una Gran Depresión que amenazaba con cambiar el equilibrio internacional de poderes.
Otro grande es Joseph Stiglitz. Es economista norteamericano, merecedor del Premio Nobel de Economía en 2001 y galardonado con un sin fin de reconocimientos, uno de ellos la Medalla John Bates Clark. Cuenta con decenas de doctorados “honoris causa” otorgados por las principales universidades y en 2008 fue el economista más citado del mundo.
Considerado como neokeynesiano, ha dirigido sus baterías en contra de la globalización, el libre mercado y la creciente desigualdad, cuyo precio ha sido altísimo para las sociedades de todos los países; así lo refiere en su último libro, cuyo título es el del presente texto.
La dura tapia de sus críticas es soportada en tres sólidos pilares: los mercados no han funcionado como el capitalismo lo predica y no han sido ni eficientes ni estables; los sistemas políticos no han sabido corregir esas fallas por lo que han fracasado también; y los sistemas políticos y económicos son fundamentalmente injustos. Estas condiciones se alimentan entre sí y generan un círculo vicioso.
Adam Smith.
Stiglitz estuvo recientemente en nuestro país a invitación de Alfonso Romo, exitoso empresario mexicano con el que comparte ideas e ideales, participando en un par de enriquecedores foros.
A pesar de ser reconocido por sus críticas a los modelos económicos prevalecientes, Stiglitz nos dejó con ánimo esperanzador al afirmar que “nunca me había sentido tan optimista sobre el futuro de México como hasta ahora”, haciendo referencia a las reformas en las que con denuedo y afán se trabaja, así como por las formas políticas que han prevalecido.
Con las reformas propuestas México va a corregir en gran medida su sistema político, reduciendo muchas de las fallas que dan al traste con la eficiencia, como lo son la existencia de externalidades, asimetría en la información, sobrerregulación, monopolios y sus altas barreras a la entrada. Nuestro país requiere de mayores recursos para que el gobierno ejerza una intervención óptima y necesita extraer los energéticos del subsuelo, tener un país rico con habitantes pobres de nada nos sirve. Menos fallas de mercado, más eficiencia y mayor igualdad.
Buenas y esperanzadoras noticias para nuestro México. No hay nada más sagrado que el interés de la Nación, hagamos votos por que las fuerzas políticas lo antepongan al suyo.

Mira nomás, cómo te pusieron...

Roberto Orozco Melo.
En la columna Hora Cero que se publica en varios medios regionales y de Coahuila el abogado y político Roberto Orozco Melo toca el tema de los nombres que parecen apodos y que en otras épocas les eran aplicados por los padres, a personas que por su escasa edad en ese momento no podían defenderse y debieron cargar durante toda su vida con un nombre que parecía burla. El comentario se publicó el sábado 31 de agosto en el periódico regional El Siglo de Torreón, aunque el columnista participa también en El Diario de Coahuila y los medios impresos de Grupo Zócalo.

Enlace: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/908373.mira-nomas-como-te-pusieron.html

Descarte usted la fuente de inspiración mediática a la que acuden algunas familias para bautizar a sus descendientes femeninos con apelativos de personajes telenoveleros, como los clásicos Yesenia, Esmeralda o Colorina de los años sesenta, setenta y ochenta; o el nobiliario y evocativo Leididí de los noventa, y aun habrá muchos padres de familia que tendrán que llevar una vida de apostolado en busca de indulgencias, si quieren evitar la flama eterna por tan terrible falta cometida. ¿El pecado?... Imponer a sus hijos, con premeditación, alevosía y ventaja, un nombre que portarán toda la vida como sobrenombre.
Con mi primo Crisóstomo, mi amigo Saturnino y mi colega Cayetano, solía departir en la Ciudad de México, y en la casa que habitaba, en las calles de Tepic y Tonalá, doña Leonor --la señora que me asistía--, me escuchó gritar por teléfono: -- "¡Éitale, Cayetano.. .arréate a Saturnino y a Crisóstomo!". Una severa amonestación fue lo que recibí: -- "¡Aquí no se permiten groserías, joven! ¿No ve que tengo criaturas muy chiquitas? ¡Más respeto!...".
Entonces, frecuentábamos La Mundial, aquella alegre cantina, punto de reunión favorito de los periodistas que trabajábamos en los diarios vecinos de la calle de Bucareli. Pero nomás nos veían cruzar el dintel de la puerta, y se dejaba oír la detonación del disparo verbal y expansivo: "¡Ahí vienen Orozco y sus tres palabrotas!".
La Región Centro de Coahuila es prolífica en personas con nombres singulares. Hay Ovidios, Idilios, Augurios, Heliodoros, Aldegundos y muchos otros apelativos de resonancia única. En la ciudad de Monclova compitieron varias veces por la Presidencia Municipal tres conocidos y queridos ciudadanos: eran don Mardoqueo Ramos y los licenciados Policarpo Cárdenas y Telémaco Zertuche. Buenas personas los tres --no faltaría más--, disfrutaban con magnífico humor la rara coincidencia de llevar vocativos altisonantes nada comunes y corrientes.
Al acudir al Comité Ejecutivo Nacional del PRI para plantear sus intenciones políticas, en la oficina del presidente los atendió una secretaria mal encarada: "¿De parte de quién?" --les preguntó--, a lo cual, uno de ellos repuso con resignado arrojo: --"De parte de Mardoqueo, Policarpo y Telémaco, de Monclova...". La señora, que en ese momento no estaba para juegos, endureció aún más el gesto y les gritó: -- "¡Miren, señores, yo no estoy aquí para perder el tiempo! ¡O me dicen bien sus nombres o los mando sacar de la oficina!".
¿Otro caso? El profesor Candor Guajardo iba a ser gobernador de Coahuila allá en los años obregonistas; pero la división entre los diputados independientes y los adictos al gobernador en funciones se hizo presente. Y al ver ese nombre en la terna, Álvaro Obregón la desechó de inmediato: "¡A quién (...) se le ocurre que alguien llamado Candor pueda ser el jefe político de un estado!".
En 1989 se firmó en la ONU la Convención sobre los Derechos del Niño, y a partir de esa fecha su legislación se ha ido adecuando. Dentro de los derechos fundamentales del infante destacan el derecho a la vida, a la salud, a una familia, a tener un nombre y una nacionalidad... Habrá que anotar en la agenda de las próximas adecuaciones la adición de un inciso al capítulo correspondiente al nombre. Porque, ¿le parece a usted justo que a una criatura indefensa le sea impuesto contra su voluntad, y para toda la vida, un apelativo que para muchos suene a apodo, broma o improperio? El que así proceda no tiene nombre...

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René Delgado Ballesteros.
Muy pertinente el comentario de René Delgado Ballesteros, quien en su columna Sobreaviso que apareció publicada el pasado 31 de agosto en El Siglo de Torreón hace un llamado no a dar un golpe de timón sino a recuperar el rumbo, oportunidad que tiene el presidente de la república Enrique Peña Nieto al completar nueve meses de gobierno y rendir el primero de seis informes. El columnista colabora entre otros medios en los de Grupo Reforma, en El Universal y el ya mencionado El Siglo de Torreón.


Enrique Peña Nieto.
No, no es cosa de dar un golpe de timón. El punto es recuperar el rumbo o, dicho de otro modo, volver a los básicos. No es algo sencillo, exige humildad y capacidad de rectificación, pero es fundamental si se pretende avanzar con el menor número de fracturas posibles.
La idea de que todo es correrse a la derecha, integrar una mayoría parlamentaria, alistar el tolete y asumir los costos políticos y sociales -quizá, hasta económicos- es una tentación con filos peligrosos, sobre todo, a tan sólo nueve meses de haber iniciado un gobierno por seis años. Por esa vía, en la formalidad, las reformas quedarán aprobadas pero, en la realidad y en el mejor de los casos, será un problema aplicarlas... de llegarse a aplicar.
Felipe Calderón Hinojosa.
En la historia inmediata, está la experiencia de Felipe Calderón. Al inicio de aquel sexenio, no faltaron quienes aplaudieron a rabiar la valentía, el coraje y la firmeza del mandatario al decidir aventurarse a una guerra sin estrategia contra el crimen. Los porristas luego lo abuchearon y, apenas pudieron, se deslindaron de él, dándole la espalda. Esa guerra concluyó en el fracaso de una administración incapaz de erigirse en gobierno y, lo peor, en un baño de sangre. Una sangría, una violencia y una inseguridad de la cual el país aún no se repone.
Gustavo Madero.
Caer en la tentación de sacar las reformas con prisas y a como dé lugar tiene por telón de fondo uno rojo: el peligro de sumar a la violencia criminal, la violencia social y, en la espiral -como advierte la situación en Michoacán y Guerrero-, perder la noción de quién es quién en la confrontación y, en la confusión, sepultar la posibilidad del gobierno y arrastrar al país de nuevo al reino de la incertidumbre.
***
¿Cuáles son los básicos? ¿Cuál la posición original del timón? ¿El origen y el propósito del gobierno?
En condición electa, el presidente Enrique Peña acumuló un capital político superior al construido durante la campaña. Festejó con discreción la victoria, sin hacer del adversario derrotado la piñata de la fiesta. A partir del triunfo, entendió correctamente que si bien podía hacer suyo el canasto de las posiciones bajo control tricolor, más fuerza le daba incluir en el reparto a corrientes distintas a la suya tanto en el Poder Legislativo como en el Ejecutivo. Cuando advirtió que su mariscal de campo confundía al equipo, sumó a otro para contar con dos brazos y no sólo con uno.
Michoacán Incendiado.
A esas operaciones que, en meses, modificaron la percepción que de él se tenía, agregó otras. Evitó -quizá, hasta el exceso- hacer del fracaso y la corrupción del calderonismo motivo de cacería y, así, acercarse al panismo lastimado por el propio calderonismo. Leyó bien la oportunidad de aproximarse a la izquierda perredista, a partir de la salida de Andrés Manuel López Obrador de esa organización. Retiró con discreción del aparador político a quienes a la postre ocuparían posiciones de primera línea en su equipo. (En esto, colocó cuñas de más.) Supo de la importancia de reponer protocolos y liturgias, propias de quien ostenta y ejerce el poder.
Luego Enrique Peña Nieto se anotó otros aciertos. Girar instrucciones, poner las cartas sobre la mesa en su primer mensaje a la nación, anunciar a dónde iba sonó bien a los oídos y, al día siguiente, se sentó a la mesa con el conjunto de las dirigencias partidistas para suscribir el Pacto por México, rescatando una escena perdida en la memoria del desencuentro político.
Manuel López Obrador.
En esa dirección colocó el timón y, rápidamente pero sin prisas ni tentaciones, propuso -quizá, otro orden hubiera sido preferible- reformar la Constitución en el campo de la educación y las telecomunicaciones, concretando el propósito de recuperar la rectoría del Estado en esos campos y liberar a la clase política de su condición de rehén de los poderes fácticos.
Generó una cierta mística y una expectativa: sin renunciar ni subrayar diferencias y ambiciones políticas y partidistas, anteponer el interés nacional. A la mar se hizo, tomando en esa dirección el timón.
***
A partir de abril, vinieron los errores y los descalabros, luego la precipitación y ahora las tentaciones... poniendo, sin necesidad, el gobierno en prenda.
Como escrito en el Sobreaviso anterior, la falta de firmeza para aplacar las trapacerías electorales de los gobernadores le abrió el hueco al panismo que, en la denuncia de aquéllas, tomó impulso para condicionar su permanencia en el Pacto a la aprobación de la reforma político-electoral y concretar las otras reformas. Ahí se perdió la iniciativa y, luego, se precipitó el anuncio sin proyecto de la reforma energética y, de nuevo, el panismo acertó al presentar la suya y, así, establecer los términos de su apoyo a esa reforma. Todo, sin asegurar ni concluir las reformas emprendidas en el campo de la educación y las telecomunicaciones. Se abrieron otros frentes sin cerrar los primeros, casi convocando a resistir el conjunto de las reformas.
Jesús Zambrano.
A la par de los errores, el desbocamiento y -esto es importante- la desaceleración económica, la idea de encabezar un gobierno coordinado comenzó a reblandecerse y, en el triángulo Hacienda-Gobernación-Educación comenzaron a aflorar diferencias y jaloneos, mientras los grupos parlamentarios hicieron manifiesto su malestar con los dictados del Pacto.
***
Hoy, el presidente Enrique Peña Nieto está en una encrucijada que exige tomar una decisión cuyo efecto repercutirá en la posibilidad de su gobierno.
Cuauhtémoc Cárdenas.
Dar un golpe de timón para correrse a la derecha y el autoritarismo creyendo que -con la suma necesaria de votos en el Congreso y el manejo diestro del tolete en la calle- el asunto queda resuelto es un espejismo. En vez de reequilibrarse, el gobierno quedará en brazos del panismo para reproducir la historia ya conocida donde las reformas carecen del calado necesario y los compromisos y agravios neutralizan la acción de gobierno.
El punto es recolocar el timón en la posición original para recuperar el rumbo. Eso exige rectificar y, en este caso, la rectificación demanda retirar la propuesta de reforma constitucional en materia de energía, echar a andar la reforma administrativa de Petróleos Mexicanos, entrar a negociar sin enchuecar la reforma educativa y activar la economía. Exige evitar que del cúmulo de frentes abiertos se haga uno solo que, en paquete, termine por frustrar el conjunto de reformas. Exige sumar, no restar y, desde luego, hacer un sacrificio.
Si urgen las reformas, es preciso hacerlas rápido pero sin prisas, evitando provocar fracturas de muy difícil cicatrización. Exige rectificación y humildad, reflexión sin inflexión.