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3 de febrero de 2016

¿Qué nos depara el 2016 en lo social, político y económico?

Jesús Máximo Moreno
Mejía.
Basta navegar por twitter o facebook para percatarse de que nuestro México es la nación más ignorante y desinformada del mundo por lo resulta sumamente negativa la percepción de los que nos espera ante un nuevo año y por lo que en lugar de una percepción optimista el pronóstico es pesimista tal como le ocurre a Jesús Máximo Moreno Mejía cuando habla de lo que vendrá en el naciente 2016.

“El ánimo se pierde cuando todo nos es adverso…
Frank Crane

            Debería invadirnos el optimismo al iniciarse el 2016, pero de nueva cuenta la ansiada ilusión de que todo mejorará, desaparece y hace perder el ánimo al común de la gente, pues no vemos cambios positivos en el ámbito social, en el político y el económico de nuestro vapuleado país.
Sin embargo, Frank Crane (a quien citamos en el epígrafe parcial de este artículo) señala que cuando todo es adverso es el ánimo el que requerimos, lo que equivale a “tener que seguir remando contra corriente”.
Evitando entrar en discusiones técnico-pedagógicas, nos concretamos a opinar que la educación en México ha sido un rotundo fracaso en cada sexenio, al grado tal de que según un reciente estudio internacional califica a nuestra nación como la más ignorante del mundo.
De nada nos sirve que presumamos estar inmersos en la globalización en materia de tecnologías de la información, la que aparentemente está al alcance de una gran mayoría (celulares, tablet, internet), pues irónicamente la desinformación prevalece si no existe una efectiva educación en el hogar y en la escuela.
Un estudio de Ipsos Mori Social Research Institute, titulado “Las percepciones no son la realidad: cosas en las que el mundo se equivoca”, basado en encuestas realizadas en 33 países con preguntas tan generales como estar enterados de las últimas noticias en materia de obesidad, inmigración, religión y pobreza, tomando en cuenta indicadores nacionales al alcance de todos en internet y en instituciones públicas de educación
Los resultados de ese estudio fueron desastrosos para México, pues encabezamos la lista de los países con mayores índices de desinformación e ignorancia sobre la realidad de la nación.
Y es que la ignorancia no se mide solamente por los conceptos que adquirimos en la escuela y las universidades, sino que se mide por la curiosidad para indagar sobre el mundo que nos rodea, conocernos a nosotros mismos y el lugar que habitamos.
En lo político también andamos mal, pues sólo nos conformamos con criticar todo lo que hacen los gobernantes (por lo regular en beneficio propio o de su partido; nunca actuando por el bien común), sin proponer soluciones concretas, y en el peor de los casos adoptando la postura cómoda de dejar hacer, dejar pasar.
Cierto es que hay organizaciones no gubernamentales (ONG’s) que realizan tareas tales como la búsqueda de la transparencia en el manejo de los recursos públicos, de la defensa de los derechos humanos, etc., pero su actuación no es apoyada por la mayoría de los ciudadanos, antes bien están éstos a que les otorguen “apoyos” (dádivas) a cambio de ir a aplaudir y echarle “porras” al político en turno.
Por cierto, si a finales de 2015 hemos visto actividades tendientes a la obtención de una candidatura para gobernar su estado, su municipio, e incluso la nación, en este 2016 las acciones se redoblarán, tanto por parte de los partidos políticos más destacados como por las agrupaciones “políticas” que sólo buscan allegarse algo de los recursos que otorgan las instituciones electorales.
En anterior colaboración nuestra, publicada en diciembre, se comentaba que cuando menos había una veintena de “calefactos” (que en el argot político significa: aspirante con muchas ganas de llegar a ser nominado), sin embargo la cifra irá creciendo a partir del presente mes en Coahuila.
Incluso a nivel nacional, a dos años y medio de la sucesión presidencial, ya existen precandidatos (son candidatos hasta que se oficialice su nominación) que en algunos casos se consideran como “seguros” por parte de su partido político, como es el caso del eterno aspirante Andrés Manuel López Obrador.
Por lo que hace al problema económico, nos circunscribiremos a comentar que la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) está teóricamente en quiebra, pues tiene una serie de lastres que la han hecho retroceder financieramente, con todo y las reformas estructurales (energética y fiscal).
Por un lado están los ingresos del producto, los que han caído estrepitosamente al fijársele un precio internacional cada vez más bajo, independientemente de sumarse una disminución paulatina y sistemática de la producción de crudo.
La combinación de la caída de precios y de producción ha generado un desplome en los ingresos de Pemex. Y si a lo anterior agregamos que tiene también una estructura abultadísima de costos por el descomunal número de empleados (130,000) y de jubilados (85,000), el problema de la paraestatal es sumamente grave.
La crisis de Pemex, incluso, está arrastrando a los proveedores, quienes tienen un continuo retraso para el pago de sus facturas (hasta 180 días en muchos casos), pero para “agilizar” los adeudos se ideó un esquema mediante el cual Nafinsa paga las deudas, pero para ello se descuenta entre un 5 y un 6 % a cada una de las facturas.
Y para que referirnos a la corrupción que impera en Pemex, lo mismo a nivel empresarial que sindical, lo que origina que la paraestatal esté hundiéndose cada vez más y que no sea un atractivo para los inversionistas, en caso de querer privatizarla.
Todo lo anterior son muestras de cómo andamos en materia social (con un índice de pobreza cada vez mayor), en lo político y en lo económico, de manera que cada quien interprete lo que nos espera para este año nuevo, sobre todo porque nadie hace nada para “enderezar el barco”, comenzando por el presidente Peña Nieto.
¡Hasta la próxima!

Al Larguero

Alejandro Tovar medina
en 1975.
Reportero de fina prosa y muchos conocimientos Alejandro Arcadio Tovar Medina es el autor de la columna Al Larguero, que semanalmente se publica en El Siglo de Torreón regularmente con temas relacionados con el deporte a excepción de los últimos dos martes en que se refirió a trabajadores de medios de comunicación entre otros Higinio Esparza, Carlos Robles Nava, Alejandro Saborit, Eduardo Elizalde, Arturo Cadivich y otros que en el pasado desde El Siglo y La Opinión realizaban con maestría la crónica de la vida cotidiana de La Laguna. Alejandro tiene razón. Los comunicadores de hoy carecen de una profesionalización que incluya la actualización y el estudio permanentes. Lo paradójico es que se trata de personas egresadas de escuelas de comunicación donde les inundan el cerebro de teoría pero no de las herramientas indispensables para una buena práctica del periodismo donde nunca están demás la observación de la ética, la gramática y La ortografía.


Los Reporteros

En el periodismo, hacen falta a muchos la profesionalización adecuada, que incluyen la actualización y el estudio permanentes, con una total observación de la ética y una actitud de mayor cercanía con la personalidad del detective de películas antiguas al estilo de Humprey Bogart, porque el reportero debe ser eso, un investigador de tiempo completo que actúa como los turistas, indagando y preguntando todo, teniendo la inquietud de conocer las razones de los hechos.
Carlos Robles Nava.
Muchos de los alumnos actuales de la carrera (con algunas excepciones) confían la vida y la profesión a la tecnología, maravilla moderna que pone al mundo de cabeza y lo desnuda en un minuto, porque Internet y teléfonos multiusos dominan la escena y la misma existencia de muchos chicos que sudan cuando no los tienen a la mano, porque más que un medio enriquecedor del estudio, complemento del trabajo y auxiliar importante, se convierte en esclavista.
Aquéllos que son convencidos de que las historias están y suceden en la calle, en el campo de acción, que logran definir que no pueden ubicar reportajes dignos frente a una pantalla de PC y que a ésta acudirán cuando vayan a la segunda etapa, luego de investigar y conseguir los datos necesarios para escribir, ésos habrán dado un paso adelante en su estudio, trabajo y en su vida misma.
Higinio Esparza.
Los que estudian deben amar los libros porque leer es lo más básico para un periodista, lo mejor y lo más importante es leer, leer y leer. La lectura da el conocimiento, da al estilo literario, proporciona la riqueza en el manejo del idioma, el vocabulario para cada momento, la cultura general que hace mejores a todos los hombres, los hace dueños del escenario donde se mueven.
Hay reporteros que lo son por naturaleza. Aquí mismo su amigo vio un par de grandes: Carlos Robles e Higinio Esparza que por muchos años dieron su cátedra diaria en una profunda realización del oficio. Sin computadoras, sin teléfonos móviles milagrosos, sólo con el intelecto de su conocimiento, su habilidad para las relaciones y su inteligencia. Con una sola hoja de máquina doblada a la mitad y lapicero. Veían al funcionario de pies a cabeza, conversaban sólo haciendo unas cuantas anotaciones, el resto lo llevaban dentro, como si poseyeran una bolsa para acumular acciones y emociones en su cerebro especial.
Llegaban a redacción y hacían bromas y comentarios. Cuando iban a la máquina, dejaban ahí toda aquella carga acumulada apoyándose en esa hojita, como acordeón mágico. Los jóvenes los veíamos hipnotizados porque eran como los jugadores astros, que saben qué hacer con la pelota para llegar al gol.

Los Reporteros II (Para Rafael Saborit, con un abrazo)

Eduardo Elizalde Escobedo.
Se comentaba hace una semana de la clarividencia de Higinio Esparza y Carlos Robles, gente inolvidable de El Siglo, periodistas por naturaleza, indagadores de la noticia con la posesión de una mirada de turista incansable y una memoria fotográfica, sin contar nunca ni por asomo de las maravillas que los profesionales del medio actual tienen, solamente con el aplomo de su oficio.
Enfrente de ellos estaban dos más que poseían la llave de los sueños, con el color y calor de su prosa obtenida con su intuición fuera de serie y su apego a buscar razones dentro de sí mismos, eran Arturo Cadivich y Eduardo Elizalde. El primero era fino en cada uno de sus movimientos, tenía clase para hablar y para dejar impresas las expresiones de un enterado que se mostraba esmerado en el trato al protagonista, al hecho, al amigo y desde luego al pulso de su máquina.
Elizalde era quien vivía con ligereza y alegría a la vez, él mostraba su estilo como la llamarada eterna del dragón, porque tenía ante sí cada caso de policía que desarrollaba con un estilo volcánico y novelizado, con los detalles del relator que ha pasado horas investigando, con el celo del profesional que no olvida los puntos finos ni desdeña los aspectos mínimos.
Con respeto para todos porque hemos visto muchos pero Alejandro Saborit era un estelar por inteligencia y estilo, porque abanderaba un formato que él mismo implantó, fue un adelantado a su tiempo y exhibía una clase que muchos no podían entender, pues era el galope de un corcel que superaba el tirón de vista de aquellos lectores comunes que no poseían el nivel cultural necesario.
Saborit, se fue demasiado joven, cuando no alcanzaba su punto de madurez, aún cuando para entonces ya le quedaba pequeño el nivel local. Luego le siguieron Cadivich y Elizalde, maestros a quienes debemos tanto y seguro que en la tierra del nunca jamás siguen escribiendo en su propio periódico. Robles e Higinio por fortuna viven mostrando su clase, no aceptan lo que su viejo admirador declara, sin darse cuenta de que fueron ejemplo de varias generaciones.
Conviene saber del pasado de este medio, de sus protagonistas que fueron figuras en un tiempo donde no existían maravillas como los teléfonos multifacéticos, ni las grabadoras, ni el internet, solamente la actualización, la lectura, el trabajo, la perseverancia y el apego a un oficio con la bandera de la inteligencia y el talento para jugar el ajedrez del periodismo sin tablero de por medio, sólo con la luz de quien escribe el testamento del pirata.
arcadiotm@hotmail.com