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13 de febrero de 2013

Los adoradores de Chávez y lo irremediable

Eduardo Holguín

El tema obligado de éstos días es el anuncio de la abdicación al papado de Joseph Ratzinger, tema al que se refiere también el colaborador de Milenio Diario Laguna Eduardo Holguín pero en referencia a Hugo Chávez, el enfermo Presidente de Venezuela quien se encuentra en un hospital de Cuba afectado según todos los indicios por una enfermedad terminal.

A diferencia de Joseph Ratzinger, quien al sentirse incapacitado para cumplir con sus obligaciones renunció al papado, Hugo Chávez, o lo que queda de él, sigue siendo presidente de Venezuela a pesar de su degradado estado de salud.
Hugo Chávez
Aunque el estado de salud que más debería preocupar a los venezolanos es el de la economía de su país. Y es que están a punto de enfrentar “su peor pesadilla”, la misma que sufrimos los mexicanos como consecuencia de la irresponsabilidad y frivolidad con la que manejaron la política fiscal y monetaria los populistas Luís Echeverría Álvarez y José López Portillo. 
Para los adoradores de Hugo Chávez (abundan en La Laguna) los analistas que han hecho la “crónica de un desastre anunciado”, versión Venezuela, son una réplica de los que en el México de los setentas “Jolopo” calificó como “predicadores del desastre” y “enanos del tapanco”. 
Luís Echeverría Álvarez
Refiriéndose a aquellos economistas, neoliberales, que, supuestamente manipulados por los intereses del imperialismo, se atrevían a predecir la debacle económica en la que terminó cayendo nuestro país, con las consecuencias que todos conocemos: hiperinflación, devaluaciones recurrentes, caída del poder adquisitivo, pérdida de reservas, huida de capitales, altísimas tasas de interés. Una terrible dinámica de causas y efectos que empiezan a experimentar los residentes de Venezuela. La inflación es superior al 30% anual, la reciente devaluación del bolívar fue de 47%, los productos básicos escasean en los anaqueles, los mercados negros han establecido sus reales y el dólar no se consigue por menos de 20 bolívares a pesar de que oficialmente un bolívar es igual a 0,15865 dólar.
José  López
Portillo y Pacheco
Las cosas no pintan bien para la República Bolivariana, pero tampoco para las economías que más temprano que tarde no podrán seguir girando en su órbita energética. Cuba, por ejemplo, que se beneficia de precios blandos del petróleo o Argentina que goza de tarifas preferentes de los hidrocarburos.
Digo más temprano que tarde, porque así como Hugo Chávez, más temprano que tarde, no se salvará de la “ley de la vida” y morirá irremediablemente, la economía de Venezuela no se salvará de las leyes económicas, mismas que desconocen de dogmas e ideologías políticas. Por más que así lo deseen los adoradores de Hugo Chávez.
columnadragones@yahoo.com

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