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19 de abril de 2013

Jorge Castillo y, ¿el gobierno del cambio?

Eduardo Holguín

Si quieres que las cosas en Torreón permanezcan igual votarás PRI o PAN en la elección del 07 de julio. Si de verdad te interesa que haya un cambio para mejorar optarás por alguien diferente. La columna es Dragones, de Eduardo Holguín a propósito de un comentario en la columna de Carlos Puig publicada el jueves,  ambos son colaboradores de Milenio Diario Laguna.


¿A qué se dedica Jorge Castillo? ¿Es empresario, gestor, es facilitador? Pregunta Carlos Puig en su columna de ayer: “Lluvia de lodo en Oaxaca y el incierto destino de Gabino”.
Carlos Puig
Cualquier oaxaqueño puede contestarle al reconocido periodista: Jorge Castillo se dedica a convertirse en uno de los multimillonarios sexenales que han amasado su fortuna en Oaxaca sin ningún escrúpulo y sin importarle, en lo más mínimo las inequidades que privan en la entidad. Igualito que en las épocas del PRI, pues.
Lo hace haciéndola de gestor, de facilitador, a veces de empresario, a veces de político; pero sobre todo, haciéndola de amigo intimo de Gabino Cue. El mismo amigo que acompañó al “suspirante” a gobernador y ahora Titular del Poder Ejecutivo de Oaxaca, a “saludar” a Carlos Ahumada, evento que formó parte de los famosos “videoescándalos”. Resulta ridículo e insultante para los oaxaqueños que Gabino pretenda deslindarse de Castillo, declarando cínicamente que “esa persona no trabaja con nosotros…” Ridículo e insultante porque es verdad de Perogrullo que Castillo colaboró estrechamente con Gabino negociando apoyos, adhesiones políticas y dineros para sus campañas.
Jorge Castillo y el
gobierno ¿del cambio?
Ridículo e insultante porque nadie duda del poder fáctico que tiene Castillo, poder que le concede la facultad de concertar y realizar componendas, como las grabadas recientemente y que derivaron en un escándalo que ha trascendido las fronteras oaxaqueñas. No les extrañe que pronto el titular del “gobierno del cambio” pretenda deslindarse de otros de sus amigotes, algunos de ellos funcionarios, que descaradamente se enriquecen amparados en el nuevo manto del poder vendiendo carros japoneses, comerciando medicinas al por mayor al sistema de salud local, remodelando oficinas a costos exorbitantes, etc.
Nada ha cambiado en Oaxaca, salvo que ahora hay otros pillos, mismos que por cierto han mostrado gran ineptitud en la administración de los recursos públicos, en la promoción económica, en el combate a la pobreza y en el manejo político de la entidad. El mejor botón de muestra es la chambona conducción política de Gabino ante la problemática magisterial.
No es de extrañar el dicho popular que se escucha en Oaxaca: ¡Que regresen los ladrones! ¡Que se vayan los ladrones y pendejos!

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