Buscar este blog

20 de abril de 2013

Recorrer la memoria

Gerardo
Hernández González

Como Gerardo Hernández González creo que deben reconocerse a Humberto Moreira Valdés sus méritos indiscutibles, como el de que llegó al gobierno de Coahuila por votos, venciendo a Jorge Zermeño Infante primer alcalde panista de Torreón y que reune en su persona habilidades innegables como su “carisma, cualidades histriónicas y dominio escénico” sin las cuales es imposible triunfar en la “civilización del espectáculo”. La columna es Capitolio que se publica entre otros en Milenio Diario Laguna, y los medios impresos de Grupo Zócalo.

¡Desde hace casi dos años participo —los lunes o eventualmente los martes— en el noticiario “Libre” de “La Reyna”. Se escucha por el 100.9 de FM. La invitación se la debo a su titular Antonio Dávila Campos, paisano de Torreón. El programa se transmite de lunes a viernes en Saltillo, de siete a nueve horas. El ejercicio es aleccionador. Además, me ha permitido conocer a periodistas jóvenes, talentosos e intuitivos como Mariano y Joselo de Velasco, Mónica Jiménez y Karina Quiroz. Juntos crean un ambiente de respeto y camaradería.
Humberto
Moreira Valdés
“¿Qué raro que defendieras a Moreira (Humberto)?”, me dijo un amigo, luego de la emisión del martes anterior. La historia es esta: cuando Antonio Dávila sostuvo que el ex gobernador había arrebatado el poder a los grupos que por sexenios se lo alternaron, tenía razón. Pues de otra manera difícilmente “el profesor” habría despachado en la sede del Poder Ejecutivo. Sobre ese punto, maticé: “bueno, lo ganó”. También es cierto, porque antes pasó por las urnas donde derrotó al primer alcalde panista de Torreón, Jorge Zermeño.
En eso consistió mi “defensa” de Moreira, cuyo carisma, cualidades histriónicas y dominio escénico no son fáciles de igualar ni de reunir en una misma persona. Sin embargo, resultan indispensables para triunfar en “La civilización del espectáculo”, título del libro donde Mario Vargas Llosa aborda el tema. La banalización de la política y de todo lo que gira a su alrededor da por resultado gobiernos más dotados para divertir que para mejorar las condiciones de vida de la sociedad y procurar el desarrollo de los pueblos.
Jorge Zermeño
Infante
 El gobierno de Humberto Moreira quedó marcado por la deuda de treinta y cinco mil millones de pesos —obtenida en parte con decretos falsos—, así como por la inseguridad, la corrupción, la violencia y el abandono de la administración en todos sus campos. Donde apenas empieza a manifestarse una ominosa estela de muerte es en los servicios sanitarios. La multiplicación de casos relacionados con mordeduras de garrapata habla de pobreza, pero también de falta de atención en uno de los sectores prioritarios como es el de salud.
Pero hay que hacer justicia al ex gobernador. Si aún no se le reconoce una de sus principales aportaciones al país, es porque la política es demasiado mezquina. Si Humberto Moreira no endeuda a Coahuila como lo hizo, sin informar el destino y la aplicación de los recursos, el Senado jamás habría aprobado una iniciativa de ley para regular el endeudamiento de estados y municipios, promovida por el PAN y por el PRD. El mérito es del profesor.
Coahuila no es la única entidad hipotecada del país. El Estado de México, el Distrito Federal, Veracruz y Nuevo León registran también pasivos fabulosos. La diferencia es que sus deudas no exceden sus ingresos ni sus presupuestos anuales; no las contrajeron en un solo sexenio y tampoco se gestionaron, como en Coahuila, con documentos apócrifos y la presunta falsificación de firmas.
La responsabilidad histórica recae sobre Humberto Moreira. Él no fue el único culpable ni tampoco el exclusivo beneficiario de la deuda, pero sí quien gobernaba y sin su consentimiento nada se movía en el estado. Para evitar quebrantos como el de Coahuila, o por lo menos para dificultar su comisión, el Congreso vigilará en lo sucesivo a los gobernadores y a los alcaldes. La obra es de Moreira, no hay que regateársela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.