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26 de julio de 2018

Caminante no hay camino...

Lilia Margarita
Rivera Mantilla

Impelidas por su hambre ancestral un contingente de más de 200 mujeres coahuilenses realizaron una caminata desde su San Pedro de origen hasta la Ciudad de México con la esperanza de que las escuchara el Presidente Adolfo López Mateos. La epopeya, no exenta de sacrificios, culminó felizmente y marcó el inicio del Plan de Rehabilitación de la La Laguna. El suceso acontecido en 1963 es rememorado por Lilia Margarita Rivera Mantilla, quien lo relaciona con otros ocurridos el 2018, entre otros el mundial de futbol y la elección más concurrida de la historia de México.

Alrededor del 20 de mayo de 1963, terminal de los autobuses Transportes del Norte, en Saltillo, Coahuila. Ahí estoy junto con mi mamá, cenando, sentadas las dos en la barra de la cafetería; mi mamá y la mujer que nos atiende platican de lo que sea, qué si venimos de Torreón, qué si vamos a México, que si no nos encontramos por el camino a las mujeres que salieron desde hacía días de San Pedro; le han contado a la mujer que ya se acercan a La Rosa, pero que no, que seguramente no llegarán hasta la capital del país, en Saltillo les cerrarán el paso. Y me las imagino a esas horas de la noche. ¿Cómo podrán guiarse en la oscuridad cerrada que hay por la carretera? ¿Y si las atropellan? ¿Y si las ataca algún animal propio de la fauna del desierto? ¿Y si se les aparecen fantasmas? Bueno, preguntas propias de una niña próxima apenas a cumplir diez años. En casa, en Torreón, escuchaba hablar del asunto, poco, o tal vez mucho, pero no entendía bien la difícil aventura de aquellas mujeres.
EL ZÓCALO de la Ciudad de México lleno de 
manifestantes vestidos de blanco, en la Marcha 
por la paz, efectuada en julio de 2004 para 
protestar por la crisis de inseguridad que se vivía 
en esos momentos tanto en la capital como en el 
resto del país.
Un montón de mujeres, pobres muy pobres, han salido de San Pedro de las Colonias rumbo al Distrito Federal; van con la intención de hablar directamente con el Presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos. Están desesperadas por su pobreza, por la falta de alimento para sus familias, por la falta de trabajo para los hombres de la comunidad, por la imposibilidad de contar con servicios médicos indispensables para sobrevivir en caso de una enfermedad; en aquellos tiempos era tan fácil morir por una infección intestinal, sobre todo los niños. Son 202 mujeres dispuestas a quedar muertas a la orilla de la carretera, de cualquier modo están condenados a morir de hambre muchos de los habitantes de la ciudad y de los ejidos de ese municipio. 

El peligro para México y el peligro para el mundo

MARCHA VIBRA MÉXICO. La gente reunida
alrededor de la Columna de la Independencia
entona el Himno Nacional acompañada por una
banda de guerra. Se esperaba un contingente más
numeroso.
Julio de 2004, Marcha por la paz, Marcha del silencio o la Madre de todas las marchas, hay nombre para escoger. Mucha gente en el país, harta y angustiada por la inseguridad y la violencia que se vivía en esos años, decidieron unirse en algunas ciudades, pero concentrándose en el entonces Distrito Federal, para manifestarse en una marcha;  y quisieron vestirse de blanco para que se notara que pedían paz, el silencio no se logró, muchas mujeres madres de jóvenes muertos y desaparecidos querían aprovechar la oportunidad para ser escuchadas, y a gritos externaron su dolor.
La mayoría de la gente agraviada y amenazada por la violencia que no controlaban ni el gobierno federal, ni estatal y mucho menos el municipal, eran personas de clase media alta y muy alta. Con todo el derecho que les asistía para manifestarse. Manifestación muy bien organizada por la derecha, apoyada por el presidente Vicente Fox para poner en aprietos al entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador. Vicente Fox no entendía que los reclamos iban tanto para su gobierno como para el de López Obrador. El Jefe de Gobierno reaccionó mal, tal vez con razón pero visceralmente, y por esa molestia llamó, erróneamente,  a esa marcha la Marcha de los Pirruris.
Donald Trump, un peligro para el mundo. Febrero de 2017, Marcha Vibra México. Se convoca a todos los mexicanos a estar unidos para mostrarle a Donald Trump que en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Como siempre, al menos en la capital del país, el color blanco de la ropa resaltaba. Donald Trump tenía que saber con quiénes se estaba metiendo; los mexicanos no toleraríamos sus insultos, sus expresiones racistas llenas de menosprecio hacia los mexicanos a los que tanto nos gusta llenarnos de cosas que compramos a los Estados Unidos de Norteamérica, ni porque cada día los habitantes de nuestro país se esfuerzan más por aprender inglés, porque si hablas inglés ya la hiciste en cualquier parte del mundo. Y Donald Trump sigue en su lucha en contra de las malas personas mexicanas, los inmigrantes ilegales.  

Con La Bendición rumbo a Rusia 2018

LA BENDICIÓN. Camión escolar trasatlántico.
La Bendición fue un camión tipo transporte escolar que fue transformado en una casa rodante por seis amigos mexicanos y un canadiense. Después del mundial de futbol en Brasil, empezaron a planear su viaje al campeonato en Rusia 2018, viajarían al estilo de La Adelita,   por tierra y por mar. Embarcaron el camión en Altamira, Tamaulipas rumbo a Alemania, el viaje para el desembarco del camión duró un mes. Una vez en tierra, los amigos mexicanos, quienes dejaron trabajo e invirtieron sus ahorros de cuatro años en este proyecto, recorrieron cinco países y cerca de diez ciudades europeas para llegar a Moscú y poder ver el primer juego del torneo.
Un camión muy pintoresco, de llamar la atención. Decorado con motivos mexicanos, desde el altar de muertos, pasando por el Chavo del Ocho, los mariachis, los bailes mexicanos, los tacos, las catrinas y las piñatas. Por donde iban pasando, dejaban en los corazones latir de pasión, vibrar de emoción y mucha alegría;  y fueron recibidos y despedidos con mucho entusiasmo por la gente que curiosa siempre se les acercaba. Ya cumplida la hazaña, regresarán a México a continuar con las acostumbradas cosas de siempre. Se fueron con La Bendición, ¿regresarán con ella? Ya se verá.

No pasarán

Esa era la advertencia para las mujeres que salieron de San Pedro de las Colonias, Coahuila, en la primavera de mayo de 1963. La primavera es una estación del año que resulta muy poética... pero muy inestable en el clima. Aquellas mujeres que caminaron bajo el despiadado sol del desierto, tuvieron que aguantar las quemaduras de los achicharrantes rayos en su rostro, el ardor en los brazos, el sentir cómo la tierra bajo sus huaraches hechos trizas quemaba como brasas ardientes, las tolvaneras tapándoles la nariz y metiéndose por sus bocas resecas y jadeantes por el cansancio.  Ellas no llevaban bloqueador solar, lentes oscuros ni viseras blancas para que los rayos del sol reboten y no lastimen la piel provocando manchas y enrojecimientos. Tampoco llevaban sueros hidratantes, llevaban mucha hambre y mucha desesperación por la situación de miseria en que se encontraban sus familias.
NOTA PERIODÍSTICA de Eduardo 
Elizalde Escobedo, quien junto con otros 
recordados periodistas de esa época, dio 
seguimiento a la Marcha del Hambre, en 
aquel mes de mayo de 1963.
A ellas no las escoltaban guardias ni patrullas con elementos de la policía de caminos, para quitarles peligros en su travesía, al contrario; las fuerzas del orden tenían la consigna de no dejarlas avanzar. Cómo que 200 mujeres en harapos le iban a ocasionar problemas al gobernador Raúl Madero con el Secretario de Gobernaciòn, Gustavo Diaz Ordaz, porque se les había ocurrido la peregrina idea de ir a entrevistarse con el Presidente Adolfo López Mateos. No iban a pasar, pero pasaron.
Afortunadamente, como siempre sucede, encontraron apoyo en otras mujeres. Dentro de su misma comunidad, contaron con el auxilio de ciudadanas de San Pedro que se solidarizaron con su causa. Al llegar a Saltillo, un grupo de mujeres de sociedad, junto con otras que habían llegado desde Monterrey, Nuevo León, les brindaron ayuda. A estas mujeres no las amedrentaron ni encarcelaron por llevarles víveres y otra clase de asistencia al contingente de la caravana, lo cual sí sucedió con dos choferes que fueron encarcelados por querer ayudarlas, transportando diferentes clases de apoyos en sus camiones para hacerles menos penosa la dura travesía al grupo de aguerridas sampetrinas.
Al ver el tesón y decisión de todas estas mujeres, el gobernador Raúl Madero decidió intervenir para que el Presidente Adolfo López Mateos aceptara recibir a una comisión formada por varias de las integrantes de la caravana.
Ellas querían ver directamente al Presidente, hablarle y entregarle su pliego petitorio: créditos accesibles para sembrar la tierra, que no les vendieran a los hombres los contratos para trabajar como braceros en los Estados Unidos, que les dieran trabajo en la construcción de la carretera a Cuatro Ciénegas y en los canales de riego y la eliminación de los vales de la Conasupo; sus miserables sueldos eran pagados con vales como en cualquier tienda de raya que, supuestamente, habrían terminado con la Revolución Mexicana.
Decidieron que no fueran los hombres a ver al Presidente;  físicamente podrían ser más fuertes que ellas, pero los soldados los doblegarían y los harían regresar, aparte de que fácilmente dirían que eran comunistas, aunque se decía que el movimiento de las sampetrinas estaba instigado por la extrema derecha contraria al gobierno del país.
Y lograron ser recibidas por el Presidente de México, quien escuchó sus demandas. A partir de esta entrevista, López Mateos lanza el Plan de Rehabilitación de La Laguna. Las mujeres de San Pedro de las Colonias, Coahuila, regresaron a su ciudad felices por haber logrado tan titánica hazaña.
“PERO LO MÁS TRISTE es la 
calidad de ‘utilizable’ de nuestro 
pobre pueblo y de su miseria. 
–Va a todas. - Los usan todos.- Igual 
los redentores comunistas que los 
apóstoles derechistas.” Columna 
Vértice del recordado Alejandro 
Saborit Irigoyen. Todo sigue igual 
mi apreciado Saborit.

México 2018

Campañas electorales, futbol y las elecciones más concurridas en la historia de México. Todo eso durante el segundo trimestre de este año. Nos la hemos pasado con el alma en un hilo, alegando con mucha firmeza sobre temas políticos totalmente desconocidos para muchos -los más peligrosos son los que no saben que no saben-, echando porras a los candidatos cuyas propuestas nos dan total seguridad de que nuestros intereses serán atendidos y cuidados, pero denostando a los candidatos que signifiquen un peligro para nuestra comodidad... el país es lo de menos.
Pasión por el futbol, exigir al gobierno que vele por la seguridad de los mexicanos, demostrarle al presidente de un país extranjero, vecino nuestro, que los mexicanos somos gente digna que merece respeto, mujeres que decidieron caminar mil kilómetros para luchar por la sobrevivencia de los suyos y la propia; toda esa gente, con seguridad, algo o mucho habrá conseguido al ponerse en movimiento.
Cuántos -me pregunto yo- de esos millones de mexicanos que salieron a votar este pasado primero de julio por el candidato de su elección, conservarán el interés por seguir las propuestas y las ideas de aquel candidato a quien consideraban el mejor para ocupar la presidencia del país. ¿Cuántos?
Hace tres años, pasé un hermoso domingo de diciembre en un ejido perteneciente a San Pedro de las Colonias, Coahuila. Era un día claro, soleado y muy alegre. Afortunadamente, no me tocó ver a gente desfalleciendo de hambre, necesidad sigue existiendo; me imagino que los pobladores de ese lugar estarán considerados entre los más de 50 millones de pobres del país. 
Quién sabe si la gente de la ciudad de San Pedro y de sus ejidos recuerden a las valientes mujeres, que un día salieron -nomás con la bendición de los suyos- dispuestas a dejar la carretera rumbo a la capital del país sembrada de cadáveres; sus propios cuerpos desbaratados por el sol, el polvo y el hambre a la orilla del camino. Ojalá que lo conserven en la memoria, porque hace un par de años, un grupo de personas encabezado por una mujer, quienes buscan a sus hijos y familiares desaparecidos, dieron con un cementerio clandestino en el ejido Patrocinio, en San Pedro de las Colonias. La violencia desatada por la delincuencia organizada en la Comarca Lagunera, provocó que los asesinos convirtieran algunos ejidos en los lugares idóneos para enterrar y desaparecer a sus víctimas.
Nos han contado que todos los caminos conducen a Roma, tal vez no todo el mundo quiera ir para allá; pero para ir hacia donde el corazón nos lleve, siempre hay que dar un primer paso. Movámonos, empecemos a caminar.

Lilia M. Rivera Mantilla
Ciudad de México, julio de 2018

Nota: www.hoyacontecerdelalaguna.blogspot.com  Blog de Juan Elizalde Lara. Buscar 2016 y abrir desde el 9 hasta el 27 de abril de 2016, allí se encontrarán varias notas sobre la hazaña de las 202 mujeres de San Pedro de las Colonias, Coahuila, así como lo referente al ensayo “202 sampetrinas hicieron retemblar en su centro la tierra misma”, escrito por la maestra Gabriela Gutiérrez Medellín.

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