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20 de abril de 2011

Citas con el Destino

Roberto OROZCO MELO
Cada Presidente de la República tiene su estilo personal de gobernar, como lo escribiera en alguna ocasión don DANIEL COSSIO VILLEGAS hace ya bastantes años y en torno a ese tema borda el respetado periodista, historiador y político originario PARRAS ROBERTO OROZCO MELO, cuyo espacio periodístico HORA CERO es publicado por varios de los cotidianos más importantes de COAHUILA.

El señor presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, gusta lanzar optimistas convocatorias verbales a los sectores productivos del país; sin embargo, tarde o temprano, los productores se quejarían de la realidad privativa en su sector, y ello hizo que cualquier exhorto presidencial para acelerar el ritmo de crecimiento se quedara sin aire... desinflado.
En la nación hemos tenido presidentes de la República de todo jaez: unos cuantos fueron discretos al dirigirse a la nación; pero otros devinieron francamente abusivos. Entre los primeros destaca don Lázaro Cárdenas del Río, don Manuel Ávila Camacho y don Adolfo Ruiz Cortines; en cuanto a los hablantines, los que ganaron el torneo de la vacua retórica fueron Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo del PRI, apenas superados por el vociferante e inoportuno primer presidente de la sobada alternancia democrática, Vicente Fox Quesada. El actual sobrevino cuidadoso, por lo menos, con la expresión oratoria, aunque discrepe del PRI.
No se trata, sin embargo, de calificar a los expresidentes como concursantes en oratoria, más bien podrían arriesgarse en el arte de la congruencia política al prometer y no cumplir. Verbi gratia: el jueves 16 de marzo los agricultores y ganaderos de la Comarca Lagunera apelaron al presidente de la República, don Felipe Calderón, en queja por el grave problema que atraviesa la industria agropecuaria de la región; ya habían sido escuchados en su tema, 'mas no atendidos' por funcionarios superiores de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Los productores laguneros solicitaban la autorización de un mejor precio para su línea de lácteos, el cual fue negado aduciendo que los estados que registraran superávit respecto a sus consumos, deberían dejar de producir leche y derivados: pero "si no es negocio deberían cerrar las fuentes de trabajo y vender las vacas". Una respuesta absurda, intolerante y contradictoria.
Pero así ha marchado la cosa pública en casi todos los asuntos del país. No en todos los ramos, pues sube la gasolina y sube el diesel: quizá el presidente Calderón sea hombre de buena fe, lo cierto es que, lamentablemente, está rodeado de burócratas infieles al juramento constitucional de auxiliarle en la tarea de bien gobernar a nuestra república. La acerba respuesta de la oficina del secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación fue, a todas luces, inexplicable e injustificada: como si al enfermo que acude al ISSSTE o al IMSS los médicos le recetaran: ¡muérete!..
Sin embargo, tal receta sólo evidencia la torpeza de los funcionarios del gobierno de Calderón Hinojosa, y comprueba la sumatoria aritmética de sus inexperiencias e ignorancias. Tan insulsa y burlona fue la respuesta a las gentes del campo en la Región Lagunera, como poco después lo sería la declaración que ofreció a los medios de información el propio señor secretario de Hacienda y Crédito Público, más o menos por las mismas fechas, cuando comentó con ufanía que ahora sí, con el Gobierno del PAN, el salario de seis mil pesos mensuales, habría elevado el rango económico y social de la mayoría de los mexicanos pues bien podrían comprar un automóvil a plazos, adquirir un departamento, tomar vacaciones en la playa y aún alcanzarían a enfrentar otros gastos familiares, gracias a la mejoría en sus percepciones salariales...
Igual pudiéramos equiparar tales respuestas con otras distintas quejas. Verbi gratia, el resbalón del propio señor presidente respecto al embajador de los Estados Unidos, mister Pascual, y las indebidas confidencias de éste sobre el manejo por el gobierno en problemas tan graves como la guerra al crimen y a las drogas, o en el caso de los ahora afamados "tiquiliquis".
A la vuelta de la esquina están ya las elecciones de 2012 para la designación de Presidente de la República y del Poder Legislativo Federal. Cuando afrontemos esta cita sexenal con el destino que nos toque, los mexicanos habremos conocido cómo resultaron los comicios para el cambio de esos mismos poderes en algunas entidades federativas, y se abrirá para el país una interrogación más respecto al difícil arte del gobierno.

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