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29 de mayo de 2013

Oro Blanco

Arcelia Ayup Silveti
Pese a ser una ciudad con poco tiempo de existencia, Torreón tiene una gran diversidad cultural en su historia y edificios, y una muestra es el Teatro Nazas que en su vestíbulo contiene un mural con el título de Oro Blanco y de lo que nos habla Arcelia Ayup Silveti, escritora y periodista que publica en varios medios de Coahuila, entre otros Milenio Diario Laguna en cuyas páginas dominicales aparece la columna De Horizontes y Tradiciones.

A pesar de ser una ciudad joven, Torreón en 105 años tiene muchos atractivos culturales dignos de orgullo, entre ellos el Teatro Nazas. Podemos presumirlo como uno de los más modernos del país. Desde su inicio ha permanecido en el centro de la ciudad, en la confluencia de la Avenida Matamoros y la Calle Cepeda. Fue hace 61 años que nació como Gran Teatro Cine Nazas.
El día de la inauguración, el 30 de noviembre de 1952 exhibieron la película La Reina Africana, con funciones desde las 10 de la mañana. La entrada costaba entre cuatro y seis pesos, dependiendo del horario. Fueron tres décadas de auge para el Cine Nazas, hasta que a partir de 1980 surgieron nuevas opciones para los laguneros, tales como salas cinematográficas más modernas y también el arribo de las videocaseteras, con lo que resultaba más accesible rentar películas y verlas en casa. Ricardo Salinas Pliego adquiere esta propiedad que formaba parte de la Compañía Operadora de Teatros. Hasta la década de los noventa ofrecía cine para adultos, hasta que cerró sus puertas.
En el 2004 un grupo de empresarios laguneros entusiastas deciden formar un patronato y en coordinación con el Gobierno de Coahuila comandado por el licenciado Enrique Martínez y Martínez se echaron a cuestas la rehabilitación del Teatro Nazas. Actualmente tiene una preciosa fachada de recubrimiento de zinc y capacidad para mil 445 espectadores.
En el vestíbulo se puede apreciar el mural Riqueza Algodonera pintado por el chihuahuense Octavio Ríos. Se compone de dos paneles, en el izquierdo aparece una mujer con un manto blanco que enmarca su cuerpo, formando un triángulo. Los expertos opinan pudiese representar la Madre Tierra o la agricultura, ya que tiene en su mano un capullo de algodón. Se recarga en su brazo un niño vestido de manta blanca, protegido por la monumental mujer.
En el extremo derecho cinco mujeres aparecen portando coloridas faldas y el torso desnudo. Una de ellas observa a un costado el Río Nazas y edificios representativos de nuestra ciudad, el progreso: el oro blanco que imperaba entonces.

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