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7 de octubre de 2013

Cambiar el rumbo

Fernando Castillo.
Dicho sea de paso se denomina la columna que Fernando Castillo escribe en varios medios impresos de Puebla y en Internet y que difunde mediante twitter. La más reciente entrega corresponde al domingo 6 de octubre, en donde señala: “Winston Churchill dijo una vez que: “Una nación que intente prosperar a base de impuestos, es como un hombre con los pies en una cubeta, tratando de levantarse tirando del asa”. Y es que, las reformas, tan cacaraqueadas, no nos han llevado a ningún lado.  En la educativa, los maestros, en muchos estados del país, siguen sin dar clases y no los corren. Toman ciudades y han logrado que el gobierno reconozca a la CNTE como un interlocutor válido, al que le han dado dinero y le han prometido lo que no pueden cumplir. Basta ver que desde gobernación se dan instrucciones para formar mesas de diálogo en los estados, para atender las peticiones de los maestros”.

El rumbo que ha tomado esta administración federal, parece ser el camino de regreso a épocas oscuras de nuestra historia.
La brújula del presidente, está orientada por el retroceso.
Preciso, porque lo creo necesario, que al hablar de brújula, no tengo intención de referirme a las declaraciones de Peña Nieto de que Tamaulipas está en el Océano Pacifico o de que Monterrey es un estado.
El presidente dijo, no hace mucho tiempo, que: “El Gobierno de la Republica se ha propuesto realmente, impulsar una agenda transformadora para el país, porque lo que no podemos es mantener una condición pasiva, una condición estática mientras el mundo está cambiando”.
Eso podría ser el rumbo marcado pero se está recorriendo un camino en sentido contrario.
Enrique Peña Nieto.
Es cierto que el mundo está cambiando, pero los cambios que se proponen en nuestro país, no son en la misma dirección.
Enrique Peña Nieto, propone un financiamiento público, por la vía del déficit, cuando en Europa ha quedado demostrado que presupuestos deficitarios les dificultaron salir de la crisis de 2009 y hoy luchan por limitarlo o erradicarlo.
Todas las reformas que se impulsan en el mundo, en materia fiscal, llevan por principales condiciones, el combate a la corrupción, a la evasión y a la elusión fiscal.
La propuesta del presidente, a diferencia del resto del mundo, fomenta la informalidad, pues elimina los pocos controles que se obtuvieron en la raquítica reforma del gobierno de Calderón; no combate la evasión ni la elusión, ya que no aparecen nuevos instrumentos que permitan la coordinación de las autoridades hacendarias y las entidades financieras para localizar capitales no declarados ni para lograr el cobro de contribuciones no liquidadas.
Por la otra parte, la de la honestidad gubernamental, a casi un año de iniciada esta administración, la Secretaría de la Función Pública trabaja con un encargado de despacho, al no haberse conformado la Comisión Nacional Anticorrupción, dado que el PRI, el partido del presidente, pretende restarle facultades al órgano proyectado en el senado. El titular del ejecutivo, se ha convertido en protector de la corrupción.
A eso, podemos sumarle lo infame de la propuesta de Reforma Hacendaria, basada exclusivamente en un afán  recaudatorio. El gobierno quiere más dinero y no importa de dónde lo saque.
Mientras el mundo lucha por el empleo, cuando las tasas de desocupación son elevadísimas, no es posible que en vez de dar estímulos fiscales a los medianos y pequeños empresarios, los que generan un importante número de empleos, se  les incrementa la tasa del Impuesto Sobre la Renta.
Por supuesto que es necesario un seguro de desempleo – somos el único país de la OCDE que carece de el  - pero lo más importante es no perder fuentes de trabajo. Enrique Peña Nieto, se comporta como el tipo que asegura su coche solo para irlo a estrellar en la esquina.
Durante años se ha planteado la necesidad de ampliar la base gravable, erradicar la informalidad, e incentivar la economía, pero nada de eso, que como candidato defendía, parece importarle al hoy presidente.
Se le quita al ciudadano  la posibilidad de construir un patrimonio, al gravar con IVA los pagos de las hipotecas, además de que, en un verdadero atraco al trabajador, se reasignan 3/5 partes de la cuota de vivienda pagada por el empleador.
Es inconcebible que las “Grandes Reformas” que prometió el presidente, sean opuestas a la tendencia mundial. Nos piden más impuestos y una afectación a los derechos sociales, pero se les olvidó cumplir con un programa de regeneración de la política y un claro proyecto de futuro.
Winston Churchill dijo una vez que: “Una nación que intente prosperar a base de impuestos, es como un hombre con los pies en una cubeta, tratando de levantarse tirando del asa”.
Y es que, las reformas, tan cacaraqueadas, no nos han llevado a ningún lado.
En la educativa, los maestros, en muchos estados del país, siguen sin dar clases y no los corren. Toman ciudades y han logrado que el gobierno reconozca a la CNTE como un interlocutor válido, al que le han dado dinero y le han prometido lo que no pueden cumplir.
Basta ver que desde gobernación se dan instrucciones para formar mesas de diálogo en los estados, para atender las peticiones de los maestros. Cosa imposible, puesto que sus peticiones son contrarias al mandato legal y al constitucional, además de que un grupo fuerte dentro de la CNTE lo conforman maestros del D.F. única entidad donde la educación no está descentralizada, ¿con quién los van a sentar?
Decía hace no mucho Antoni Zabalza que: “No hay acuerdo político aceptable que pueda suspender el estado de derecho”.
Si hablamos de Telecomunicaciones, Televisa ha interpuesto demandas, exigiendo que DISH y AXTEL, retiren de su programación su señal abierta, ¿Pues no que estaba “planchada” la reforma con los concesionarios?
La financiera perdió gas y el bodrio que es la propuesta gubernamental de reforma energética, es criticada por todos y antes de entrar a su estudio se está tratando de entenderla.
Todas las reformas estructurales parecen diseñadas para que todo siga igual. Con el añadido de un mayor sufrimiento para el ciudadano.
Y es que veamos el contexto:
Con datos del INEGI que muestran el grave problema de inseguridad. Con más de 100 mil secuestros en 2012, que no le corresponden al periodo de Peña Nieto, pero sin acciones para erradicar el problema.
El mexicano es muy perceptivo, la inseguridad la siente y la situación económica la resiente al meter la mano al bolsillo.
Grupos anarquistas, resucitados del panteón de la comedia y que está documentado por las redes sociales, que por lo menos el dos de octubre fueron trasladados en vehículos militares.
Los medios, controlados al más puro estilo de Luis Echeverría, donde se manipula la información, o cuando menos se carga de un solo lado. El dos de octubre, hubo violencia desmedida, por parte de civiles, policías e infiltrados del gobierno.
Es por eso, que la propuesta de reforma política de PAN y PRD, es de urgente resolución, porque el sistema, como está ahora, pretende regresarnos a los tiempos más oscuros de la historia reciente de este país.
Y debe de ser antes de analizar la cuestión energética y presupuestaria, que se debe de discutir el cambio de sistema. Como está no nos sirve. A mi parecer, no es oportunismo o chantaje de la oposición, es aprovechar la coyuntura.
El antecedente de la primera carta magna del mundo (Inglaterra, 1215) fue un movimiento que llevaba por lema “No taxation without representation”, no hay impuestos sin representación. Es necesario que la reforma política le dé poder al ciudadano, para controlar cómo, cuándo y cuánto se gasta de sus impuestos, pero lo más importante, en qué se gastan. El sistema como está, permitió casos como los de Marín o Moreira.
Mayor control al ejecutivo por parte de un congreso que responda al interés de sus electores y no de sus dirigencias partidistas.
Un ministerio público independiente, profesional, que trabaje con eficacia y eficiencia, que no pierda en los amparos por tecnicismos como en los casos Caro Quintero y Elba Esther Gordillo.
Se requiere la reforma política, porque el presidente que prometió luchar contra los poderes fácticos se ha convertido en el edecán de los mismos. Peña Nieto no ha movido nada.
Agitar a México, no necesariamente es moverlo, al igual que sacudir las alas no implica volar.
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