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28 de octubre de 2013

De aguas negras...

Un fregado muy sucio hay detrás de los intentos de las autoridades municipales para atrasar la auditoría en el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento de Torreón, sugiere en su columna No hagas cosas buenas… que se publicó el pasado viernes 25 de octubre en el periódico regional El Siglo de Torreón el editorialista Enrique Irazoqui y que compartimos en este espacio por considerarla de interés.

Ayer se dio a conocer oficialmente que el despacho Gossler ha rechazado participar en la licitación para realizar la auditoría al Simas, referente al ejercicio 2011. Este hecho fue informado antes de que se reunieran para llevar a cabo el proceso. Luego, de acuerdo a lo que dicta la Ley de Adquisiciones del Estado de Coahuila, obliga a que este proceso de licitación tenga de declararse desierto.
Hace unas semanas el Consejo de Administración de Simas, con una votación de 7 votos a 4, había resuelto que la auditoría la realizara directamente el despacho que hoy se desiste en participar, pero los consejeros dijeron desconocer que la ley les impedía tomar esa determinación, ya que la legislación vigente les obliga por el monto del asunto, a contratar el servicio mediante licitación. En este caso, optaron por la licitación por invitación, que tiene por requisito correrse al menos a tres tentativos oferentes.
Gossler, obviamente fue convocado, de igual forma fueron invitados Mireles y Asociados y Bernal Asociados. Por ello, ante la salida de Gossler, el proceso que había iniciado hace apenas una semana tendrá que ser declarado desierto. El término es para hoy viernes y tal como lo señalan los tiempos legales, los dos participantes que continúan vigentes, tendrán que entregar sus propuestas económicas en sobre cerrado.
Féliz Pérez Murillo, secretario técnico del Consejo Directivo, informó mediante entrevistas que se espera que a las 4 de la tarde de hoy sean entregados los dichosos sobres con las propuestas. Incluso Murillo declaró: "Tenemos entendido que los despachos Mireles y Asociados, y Bernal y Asociados, siguen concursando" y añade el secretario técnico que a partir del lunes entrante se tendrá que realizar todo el proceso de una nueva licitación, planteando nuevas invitaciones que se harán a despachos contables que deberán ser registrados como proveedores del Municipio para este tipo de servicios.
Así, lo que pareciera en condiciones normales que el despacho Gossler se desistía de concursar para realizar un trabajo, que es en parte a lo que se dedica, se debiera simplemente a que no le es conveniente a sus intereses.
Ha pasado más de un mes desde aquel 17 de septiembre donde en la reunión extraordinaria, el mismísimo Consejo de Simas, decidió que la auditoría la hiciera Gossler. Pero en ese momento, curiosamente nadie se dio cuenta que no estaban facultados para hacer una asignación directa, ni siquiera reduciendo el período a un solo año, ya que la idea inicial era que se revisara un par de años, 2011 y 2012. Pero luego alguien con astucia convenció a que si se reducía el tiempo a revisar, y con ello el costo, se podría hacer por invitación.
Tal vez -y estoy en el mero campo de la especulación- algún astuto aconsejó de esta manera al órgano directivo en aras plenas de dilatar la dichosa auditoría. Me atrevo a hacer esta hipótesis porque dentro del órgano rector del sistemas de aguas, existen personas profesionales y decentes que no tienen otro interés que realmente el de aportar por que la ciudad tenga un organismo mejor. Los demás, o son parte del sistema político actual o bien son proveedores o contratistas de Simas, que en la práctica les impide ejercer su puesto con libertad.
En todo este asunto de lo que ha hecho la actual Administración municipal, bajo la protección del Gobierno estatal en el propio Simas y casi todas las áreas del Ayuntamiento, lo menos que se puede decir es que estos últimos años en Torreón el ejercicio de los recursos municipales ha sido un verdadero cochinero.
El gobernador Rubén Moreira, que en este asunto en particular no tiene gran responsabilidad, ya que a Eduardo Olmos lo designó el profesor Humberto, el alcalde Olmos obviamente es el materialmente responsable; pero incluso, el presidente electo Miguel Riquelme está convirtiéndose en una parte más del engranaje que primero desfalcó al Simas y está haciendo toda serie de malabares para esconder los latrocinios, y ahora para tapar y echarle tierra al asunto.
La auditoría del Simas se la quieren asignar a Javier Lechuga a través de la figura que les resulte más conveniente. Lechuga es un profesionista capaz en la materia, pero es también pieza al servicio pleno de los intereses del grupo del poder.
Simas entonces seguirá como tal: quebrado e ineficiente. El agua que surte, al menos en su administración, es de aguas negras.

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