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10 de noviembre de 2013

Conocer es amar

Fernanda de la Torre.
Desde hace varios años Fernanda de la Torre colabora con las publicaciones de Grupo Milenio, actualmente participa como bloguera con su espacio Neteando con Fernanda, en la entrega correspondiente al pasado domingo 3 de noviembre se ocupa de la ciudad de La Paz en Baja California Sur y del proyecto para conservar el Tiburón Ballena, una prodigiosa especie, que es el pez más grande que existe.

La Paz, una ciudad mágica enclavada en Baja California Sur. Fue fundada en 1535 por el propio Hernán Cortés a la que bautizó como Santa Cruz. Tiempo después, sería Sebastián Vizcaíno quien daría a la ciudad y a la bahía su nombre actual. Una ciudad tranquila, segura, con todas las comodidades de la modernidad. Un lugar así recibe muchos visitantes, entre ellos el tiburón ballena. Por su gran tamaño (puede medir hasta 20 metros) muchos lo confunden con un mamífero, pero no es así, es un pez. De hecho, el más grande del mundo.
Nadar cerca de ese magnífico animal es una experiencia única. Pasan majestuosos, lentos, ocupados en su alimentación. Nuestra presencia cerca de ellos no parece molestarlos. Siguen su ruta impasibles. Es una de esas vivencias maravillosas, pero difíciles de poner en palabras.
Pude vivir esta experiencia gracias a la invitación de la Alianza WWF-Telcel. La alianza tiene varios proyectos en el Mar de Cortés; uno de ellos es el estudio y conservación del tiburón ballena. Desde 2009 apoya a la especialista en el estudio y conservación de este gigante de los mares, en el Mar de Cortés y el Archipiélago de Revillagigedo, la doctora Dení Ramírez, bióloga especializada en Tiburón Ballena, especie que ha estudiado durante 10 años para determinar su estado poblacional y entender sus rutas migratorias.
Paradójicamente, a pesar de su gran tamaño, es poco lo que sabemos sobre el tiburón ballena. Recientemente, Dení confirmó la conectividad de los tiburones ballenas del Golfo de California con los del archipiélago de Revillagigedo. Esto fue un hallazgo científico sobre las rutas migratorias de estos animales en aguas mexicanas. Dení, quien desde niña tuvo contacto con el mar y quiso ser bióloga, ahora dirige Conciencia México un proyecto para investigación del tiburón ballena.
El tiburón ballena, al igual que otros tiburones, es una especie amenazada por la pesca ilegal e incidental, la caza indiscriminada en países asiáticos —la fascinación de los asiáticos por la aleta de tiburón es un gran problema— la degradación de los hábitats costeros, la creciente contaminación y el aumento del tráfico en las embarcaciones. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el tiburón ballena es una especie vulnerable.
A fin de conservar cualquier especie, es importante que las comunidades entiendan el problema y puedan desarrollar un turismo sustentable. Por ello, durante los últimos cuatro años, en colaboración con las autoridades federales y agencias de turismo locales, han impartido cursos de capacitación a 151 prestadores de servicios turísticos y se han colocado mamparas informativas sobre las reglas para nadar con tiburón ballena. Gracias a este trabajo, se disminuyó la cantidad de lesiones que causan las embarcaciones a esta especie. “En la Bahía de La Paz cada año nos visitan. Tenemos la fortuna de tener tiburones ballena juveniles más o menos de 2 a siete metros y vienen de agosto a febrero a alimentarse. El tiburón ballena es una especie que tiene características biológicas como el lento crecimiento. Se ha estimado que más o menos a los 22 años es cuando pueden reproducirse, Pueden tener hasta 300 crías; sin embargo, de estas 300pocas sobreviven para poder reproducirse y tener hijos. Además nacen muy pequeñitos y se transforman en el alimento de otros peces”, me explicó Dení.
Los miembros de la Alianza WWF-Telcel hablan con tal pasión de su trabajo, que se contagia. De ellos aprendí la importancia de acercarnos a la naturaleza. No podemos proteger aquello que no conocemos. Pero al tener un contacto directo con cualquier especie, la que sea, un jaguar, una colonia de mariposas monarca o tiburones ballena, transmite su vitalidad e importancia y, después de ello, nacen nuestras ganas de protegerlos. No importa que tal vez no contemos con la posibilidad de conocerlos personalmente. El pensar que porque están lejos no podemos hacer nada por las especies no es correcto. ¡Claro que podemos! Es mucho lo que cada uno puede hacer desde su trinchera para cuidar nuestra naturaleza. Por ejemplo, reciclar o regalar aquello que no usamos y está en buen estado, cuidar el agua, usar menos luz y, principalmente, informarnos. Los invito a visitar la página de la Alianza WWF-Telcel, www.lanaturalezanosllama.com o la página de Conciencia México https://www.facebook.com/pages/ConCIENCIA-Mexico-AC/232809122103o la que ustedes quieran, lo importante es aprender e involucrarnos. No permitamos que el tiburón ballena y muchas otras especies sean víctimas de nuestra ignorancia e indiferencia.

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