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27 de agosto de 2013

El desestancamiento de la competitividad

Enrique Martínez Morales.

El primer paso para resolver un problema es aceptar que existe. Maquillar cifras, esconder indicadores o minimizar situaciones adversas no hace más que empeorar las cosas y postergar la solución asegura Enrique Martínez y Morales en el espacio Voces de la Región que se publica en varios medios de Coahuila, pero en particular en Zócalo de Saltillo de donde fue tomado el presente texto.

Enlace: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-desestancamiento-de-la-competitividad-1377586318

El primer paso para resolver un problema es aceptar que existe. Maquillar cifras, esconder indicadores o minimizar situaciones adversas no hace más que empeorar las cosas y postergar la solución.
México padece de muchos problemas, algunos arrastrados desde la Colonia. La falta de competitividad es uno de los principales y ha sido referido ante la opinión pública, con toda puntualidad y sin tapujos, por el secretario del ramo correspondiente.
En las últimas décadas, ha expuesto el Secretario de Hacienda, la productividad en nuestro país se ha reducido en 0.7%. Esto quiere decir que ahora requerimos más insumos que antes para producir el mismo bien. Ese es uno de los principales lastres que nos impiden crecer, pero ¿cómo tirarlos por la borda?
De eso se tratan las reformas estructurales, de hacernos más competitivos. Con la Reforma Energética podrá nuestra industria gozar de menores precios en gas y energía eléctrica, haciéndose más competitiva, ya que nuestros principales competidores pagan tarifas mucho menores en ambos rubros.
Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los mexicanos somos, en función del número de horas laboradas pagadas y no pagadas, los más trabajadores del mundo. Las ganas ya existen, sólo falta que seamos más productivos y para eso hay que despertar al talento mediante una mejor educación; de eso se trata la Reforma Educativa.
Los países europeos son muy paternalistas en cuanto a la protección y seguridad social de sus trabajadores, lo que se ha reflejado en menores niveles de pobreza comparados con Estados Unidos. Sin embargo, los trabajadores europeos resultan muy caros, lo que ha generado menor competitividad de sus empresas y mayor desempleo. Aprender de ambas experiencias y encontrar ese punto medio que nos haga competitivos sin vulnerar las conquistas laborales de los trabajadores es uno de los objetivos de la Reforma Laboral.
Fomentar la competencia y acabar con los dañinos monopolios son temas planteados en la Reforma de Telecomunicaciones, con lo que los precios y tarifas bajarán irremediablemente, abonando a la competitividad empresarial.
Los negocios que operan en la informalidad, además de que ejercen una competencia desleal para los formales, tienen escasas posibilidades de subsistir y crecer. El combate a la informalidad, una simplificación administrativa real y la ampliación de la base gravable son requisitos indispensables para crecer nuestra competitividad y serán planteados en la Reforma Hacendaria.
Con la Reforma Financiera se espera generar mejores condiciones de crédito para las empresas y que ganen en competitividad mediante la reducción del costo del financiamiento de su inversión y capital de trabajo.
Trabajar en reformas tan profundas requiere una visión de estadista, capacidad de conciliación y mucho valor, ya que éstas traen consigo costos políticos y los beneficios no se disfrutarán en el corto plazo.
Sin embargo, es una inversión que bien vale la pena y que pagará con una economía más competitiva y con los niveles de crecimiento a los que aspiramos.

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