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3 de agosto de 2013

Promesas y ofrecimientos…

José María Mena Rentería
Mientras los abanderados de los distintos partidos políticos realizan sus campañas de proselitismo le ofrecen a los ciudadanos el oro y el moro, pero una vez que el voto popular o las triquiñuelas los llevan a los cargos de poder olvidan lo ofrecido, señala en su columna Telón el compañero José María Mena Rentería, el texto fue tomado del portal de Internet www.lalaguna.mx
Nada bueno en términos de empleo, enfrenta la población de la Comarca Lagunera, que al igual que la de otras regiones  escenario es de campañas electorales emprendidas por candidatos de los partidos políticos, buscadores de alcaldías o diputaciones.
Promesas y ofrecimientos de todo tipo emiten ésos mientras  recorren barrios y colonias a cuyos vecinos dan la mano, o abrazan, mientras pródigos, besos en las mejillas no escatiman tratándose de féminas simpatizantes políticas coreadoras de  slogans de campaña -huecos todos- si de efectos motivadores de emisión del voto se trata.
Todo es válido: Prometer abatimiento de la inseguridad prevaleciente, por ejemplo. Lo mismo, el mejoramiento de la imagen urbana o bien, la instauración de servicios básicos primarios dignos de tal denominación, entre otras demandas que la indiferencia oficial ha provocado sea perenne clamor.
Acerca de la generación de empleo a poco, o a casi nada aluden los candidatos, aún cuando, para el caso del municipio de Torreón, un panorama laboral que se constriñe, permite visualizar cómo en breve cientos de empleados, jefes de familia, deberán sufrir la acción de la tijera que los dejará sin ocupación remunerada. 
Tal es el reto que viene para trabajadores como los de la Comarca Lagunera, debido a los efectos colaterales, en términos de economía y empresarial, de la globalización, avasalladora de todo en aras de la consolidación del capital.
Por éstos días todo se reduce a la distribución de panfletos, de promesas de todo lo que pueda prometerse; de gestos y actitudes presuntamente solidarios, capítulo periódicamente repetido y que, al unísono, ha remitido al ejercicio de prácticas de manipulación de masas abordadas al paso de las décadas hasta la naúsea.
El objetivo debe ser generar empleo. En ése empeño debe radicar el quehacer de los que “políticos” se deshacen en promesas y en actitudes para ser vistos determinados y hasta simpáticos para, ya situados por el voto en el cargo,  radicalizar su actitud. Eso se ha visto y padecido, recurrentemente.
Falta empleo. Urge ocupación para miles de trabajadores que con los suyos dependen de un salario.
 

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