Buscar este blog

29 de septiembre de 2013

La Historia detrás de la imagen

Neteando con Fernanda se denomina el espacio que en Grupo Milenio publica todos los domingos la comunicadora Fernanda de la Torre y que a mí en lo particular me resulta sumamente motivante. Hoy se refirió a eso que es verdad pero que parece un cliché: una imagen dice más que mil palabras.

Suena a cliché, y probablemente lo es, pero es tan cierto que una imagen dice más que mil palabras. Una imagen nos puede acercar a realidades lejanas. Quizá por eso me gusta visitar cada año el World Press Photo en el Museo Franz Mayer. Es una de esas exposiciones en las que cada pieza nos mueve y nos lleva a reflexionar. No importa si la imagen fue tomada a miles o a unos cuantos kilómetros de donde vivimos. Gracias a la belleza, calidad y oportunidad de las imágenes; el sufrimiento y la alegría de los personajes que vemos retratados se sienten cercanos y familiares. Para quienes no la han visto, espero que se organicen y vayan porque hoy es el último día. Hay que ir preparado (pañuelos desechables son muy necesarios) y con tiempo. Para los que no están en la ciudad, les dejo este vínculo para bajar la App del WPP http://www.worldpressphoto.org/content/2013-exhibition-guide-mobile-app
Los fotoperiodistas nos muestran lo mejor y lo peor del mundo. Tienen el temple y las agallas para enseñarnos la naturaleza en su esplendor, los momentos mágicos del deporte y, también, lo que sucede en esas zonas de conflicto.
Tuve el gusto de hablar vía Skype con el fotógrafo mexicano Javier Manzano que reside en Estambul, ganador de uno de los premios del World Press Photo y del Premio Pulitzer 2012 por su trabajo en Siria. Especializado en cubrir conflictos, Manzano, ha relatado con gran maestría, a través de su trabajo, lo que sucede en Ciudad Juárez, Estados Unidos, Afganistán y más recientemente Siria. (Para conocer su trabajo pueden visitar su página: www.javiermanzano.com). Él me comentó: “En Siria lo más difícil es ver a los civiles heridos, sobre todo a los niños y las mujeres. En cualquier conflicto, los que más sufren son los civiles, son los que se quedan atrapados entre los frentes. Son los que por ninguna decisión que esté en su poder, les caen los morteros, los bombardeos, o en este caso las bombas químicas, que es lo que pasó a las afueras de Damasco”.
A pesar de lo difícil de su ocupación, es algo que a Javier le gustaría seguir haciendo por varios años, ya que considera que hay mucho que decir. “Creo que genera discurso, ojalá que entre la política y la sociedad, ya que en realidad, en un mundo ideal, empieza a presionar a la gente que toma las decisiones. Desgraciadamente no siempre funciona. A veces, el discurso se queda dentro del cuarto con cinco políticos y nada cambia”. Javier aclara que ese trabajo es en realidad de varios colegas, un colectivo que es la voz y los ojos del mundo: “No es nada más un individuo, somos varios”.
Javier Manzano atribuye a la práctica la capacidad de tomar imágenes hermosas de una realidad tan dolorosa. “Son años de observar y, después de un rato, se convierte en un reflejo mecánico. Pero en realidad, lo más importante en la fotografía y el video documental, que no se debe olvidar, es tener la imagen en el cuadro con toda la información necesaria para contar una historia. Primero se trabaja la evidencia y después la estética. Lo más importante es la información, pues sin ella, una foto bonita se queda un poco corta”.
Javier considera que para poder comunicar los sucesos con veracidad, es necesario dejar las emociones a un lado. De lo contrario, no hay razón para estar en la zona de conflicto. Reconoce que no es fácil, pero que el hacer tu trabajo de la mejor manera posible, y poner el lente como una barrera, ayuda a separarte de lo que estás viendo. Así mismo, para ser más eficiente, recomienda tomarse un tiempo fuera del conflicto. “Tengo muchos colegas muy queridos que vivían en Ciudad Juárez y en 2010 la guerra llegó a su ciudad pero no podían irse de allí. No es sano, y uno no quiere vivir eso, pero no hay otra opción. Me siento privilegiado porque puedo salir y darme un par de semanas de descanso para recargar energías, porque si me gana la emoción, te repito, si te llenan las emociones, no tienes nada que hacer ahí”.
Siempre hay historias detrás de las imágenes. Sobre su premiada fotografía, Javier comenta: “Esa fotografía fue tomada en un barrio en Alepo que era un frente entre el régimen y la oposición, y era una bodega donde antes se vendían creo que granos y harina y había una cortina de aluminio por la cual entraban los rayos de luz, a través de hoyos hechos por artillería y balas. Y ese frente, como muchos frentes en Alepo, no se mueven mucho porque es guerra urbana”.
Un trabajo tan complicado tiene siempre una compensación. Para Javier son las historias y, sobre todo, la gente. “Que alguien crea en tu trabajo y te regale esa confianza para tener la responsabilidad de contar su historia, es invaluable”.
fernanda@milenio.com
http://www.milenio.com/blog/fernanda

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.