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8 de septiembre de 2013

Una siestecita

Una muestra del por qué andan como andan las cosas del gobierno la brindó en días pasados el Senador del PAN Luís Fernando Salazar Fernández y de lo que se le captó en una fotografía que rápidamente se difundió en facebooktwitter y correo electrónico. Enrique Irazoqui autor de la columna No hagas cosas buenas… que se publica en el periódico regional El Siglo de Torreón, se ocupó del tema y especula lo que le espera al político en su carrera a consecuencia de la siesta que se echó en momentos en que debería ocuparse de la labor por la que se le paga, generosamente por cierto.

Enlace:  www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/910562.una-siestecita.html

La foto circuló muy rápido. En miles de dispositivos la imagen aparecía vía las redes sociales o correo electrónico directo. El senador Luis Fernando Salazar dormía plácidamente sentado en su sillón en plena sesión de la Cámara Alta.
De traje y corbata, reclinado un poco sobre su costado izquierdo Salazar está honrando espléndidamente a Morfeo, mientras en la tribuna sus compañeros legisladores se desgañitan en defensa de sus posiciones. Presumiblemente el reposo del senador panista ocurrió cuando el Senado tuvo que reunirse en jornada nocturna para la aprobación de la Ley de Servicio Profesional Docente, corazón de la reforma educativa.
El comentario generalizado sobre el hecho es de indignación y raya en el cinismo el hecho que el senador esté dormido, cuando debería estar haciendo su trabajo por el cual le pagan, si se le suman todos los ingresos que se le dan en el Senado, más de doscientos mil pesos mensuales, cifra por demás considerable y aun así el señor simplemente decide desconectarse y entrar en ese trance de reposo.
Más allá de lo hiriente que resulta para el ciudadano de a pie que paga impuestos con los cuales se sostienen entre otras muchas cosas, las onerosas dietas de los miembros del poder legislativo, la toma de la fotografía y su interés por circularla puede contener otro objetivo.
Guillermo Anaya Llamas.
Uno de ellos puede ser el interés de golpear mediáticamente al político lagunero de oposición mejor ubicado dentro del sector público en Torreón. Con la pérdida de la presidencia de la república el año pasado, los miles de panistas que cobraban en la burocracia federal se han ido quedando sin empleo y por ende, sin el acceso al poder y los recursos que conlleva estar dentro del aparato del poder administrativo. Por ello al no contar en el caso concreto de Torreón, ni con la federación, el gobierno estatal y ni siquiera el municipal, los huesos para los miembros del PAN son contadísimos, tan es así que se pueden enumerar en menos de dos líneas: Guillermo Anaya y Marcelo Torres son diputados federales; el propio Luis Fernando Salazar es obviamente senador; Fernando Gutiérrez es diputado local por Coahuila y eso es prácticamente todo. Quedan por ahí incrustados algunos militantes de Acción Nacional, pero será cuestión de meses para que apenas si puedan permanecer en sus chambas.
Así que el puesto de Salazar es el de más alto rango dentro de los panistas y por consecuencia, el único que tiene garantizados cuantiosos ingresos hasta el 31 de agosto de 2018, lo que le dará mayores posibilidades de buscar otros espacios más apetitosos para un político como los de su tipo: la alcaldía de Torreón dentro de 4 años o inclusive, podría pretender -por qué no- hacerse de la candidatura de su partido para la gubernatura, con lo que tendría que desafiar a quien ha sido fundamentalmente su tutor: el diputado Anaya, además de ver cómo se le dan la cosas a Isidro López, flamante alcalde electo de Saltillo que podría rivalizar con cualquiera para ser candidato a gobernador.
No sería sorpresa que el senador Salazar se convirtiera eventualmente en rival de Anaya, puesto que tiene un antecedente inmediato, la ingratitud política, cuando abiertamente trabajó en contra e incluso en conversaciones telefónicas ilegalmente interceptadas, despotricó en contra de un familiar de quien había sido su gurú no hace poco tiempo atrás: Jorge Zermeño Infante. Es vox populi que no hace muchos años Luis Fernando le cargaba el maletín a Jorge y sin transcurrir mucho tiempo, pasó de servil a ingrato. Es también un principio generalizado que para crecer políticamente, el interesado tiene que "matar a alguien" - es sentido figurado- y la víctima en este caso pues fue el señor Zermeño.
La política es muchas veces así de ingrata, así de bajuna, pero por desagracia no hay muchas opciones más para escalar en ella, eso lo saben quienes de ahí viven. Esas mismas reglas actuaron ahora contra Salazar, a quien en términos políticos, esa siestecita pudiera salirle muy cara.

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