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2 de febrero de 2014

Mi amigo Chema

Juan Elizalde Lara.
El reciente 6 de enero mi amigo Chema – José María Mena Rentería – falleció. 
Contaba con 67 años de vida. 
Si bien concluí la presente semblanza unos días después de su partida preferí no compartirla ni publicarla de inmediato hasta definir con exactitud lo que su amistad y la de su familia representó en lo personal. 
A José María lo conocí en los primeros años de la década de los 70, y antes de ser mi amigo lo fue de mi padre Eduardo Elizalde Escobedo, con quien compartió numerosas vivencias y experiencias hasta 1986 en que falleció. 
El calificativo que mejor se puede aplicar a José María es el de “un amigo leal” al que siempre caracterizó su bonhomía.

José María Mena Rentería.
El reciente 6 de enero, marcó el fin de la historia física de José María Mena Rentería: monero, escritor, reportero, editor.
Tenía 67 años de edad al momento de su deceso y su muerte fue la de los justos, se encontraba en su domicilio acompañado por su esposa Rosa Linda, transitó de la vida a la muerte prácticamente sin darse cuenta. Sin sufrir. Sin molestar.
No hay en estas líneas otro propósito que el de brindar un reconocimiento a José María Mena Rentería por el regalo de su amistad. Entro en contacto con mi padre hacia 1973 y desde entonces se mantuvo la relación, incluyéndome lo mismo que a mi hermano Eduardo, a mi madre y a otros de mis hermanos.
Es una relación de amistad que se mantiene hasta la fecha y en la que están involucrados su esposa Rosa Linda y sus hijos Alberto, Jorge y Gaby lo mismo que su hermano Carlos.
Por aquellos años mi padre conducía un noticiero de televisión a través de XHIA Canal 2 que se llamaba “Hoy Mismo” y en el que participaban algunos de los reporteros de La Opinión, ya que Eduardo Elizalde Escobedo también se desempeñaba como Sub Director del Diario de los Laguneros.
El mezanine del Hotel Calvete servía como estudios de transmisión del canal y se encontraba no muy lejos de ahí la oficina del noticiero, en Falcón 275 C, a escasos metros de donde siempre se ubicó el domicilio familiar de José María, Juárez y Falcón justo enfrente de la Iglesia del Perpetuo Socorro.
Cuando Eduardo Elizalde Escobedo ya no pudo ascender en el escalafón de La Opinión, debió abandonar el periódico no obstante mantuvo la dirección de “Hoy Mismo”, lo que resultaba insuficiente para hacer ejercicio periodístico, por lo que se decidió la creación de un periódico vespertino con el nombre de “Noticias de Hoy”, la oficinita de Falcón 275 C sur se convirtió en el centro de noticiero y periódico.
Fue precisamente en ese pequeño medio donde se empezaron a publicar los cartones de José María. Durante varios meses la publicación se mantuvo, hasta un día que en una reunión con un grupo de empresarios se decidió la constitución de una sociedad para dar nacimiento a Noticias Diario de la Laguna, el tercer periódico en importancia de Torreón.
Las publicaciones del nuevo medio se iniciarían a partir del martes 13 de mayo de 1975, pero mientras tanto, los editores de Noticias de Hoy seguirían publicando un periódico matutino tabloide en sistema caliente hasta el momento de la transición, ese medio tendría la denominación de Noticias, precisamente a José María se le encargó dibujar el cabezal, la palabra Noticias con un globo terrestre en el lugar de la “o”.
Durante varios meses de 1974 se mantuvieron la publicación de Noticias y las trasmisiones de “Hoy Mismo” a las dos de la tarde, y por la noche antes de las 12.00 horas de la edición nocturna “Hora Cero”, hasta que llegó el martes 13 de mayo de 1975.
Incluso, se adquirió para el programa de televisión una moderna unidad de control remoto.
Fue entonces cuando bajo los mejores auspicios se inició la vida de Noticias Diario de la Laguna, un medio de comunicación que en sus inicios dio la pelea a los dos gigantes laguneros: “La Opinión” el medio de mayor antigüedad, por su fundación, y El Siglo de Torreón.
Por alguna razón, en aquel entonces José María no se incorporó al equipo de Noticias, aunque se mantenía en contacto permanente y sus visitas eran frecuentes al periódico, que tuvo sus instalaciones iniciales en el edificio que había servido a una funeraria y a una paletería y en otro tiempo la casa construida por don Isauro Martínez.
El inmueble después de ser remodelado albergó el Archivo Municipal y en la actualidad es el recinto del Archivo Histórico Eduardo Guerra.
Fueron exactamente doce meses los que se trabajaron en armonía en Noticias Diario de la Laguna, hasta un día en que por intereses económicos y políticos de los integrantes del Consejo de Administración se decidió utilizar el medio como ariete para golpear a uno de los actores políticos de la época.
Eduardo Elizalde Escobedo no estuvo de acuerdo con esa intención y prefirió dejar la dirección del periódico, mientras se aclaraba el panorama respecto a su futuro como periodista, le dio vida a una pequeña revista: 7 Días.
Se trataba de una revista de pocas páginas, de formato modesto pero con una gran calidad en su contenido y en la que participaban con Eduardo Elizalde Escobedo Jaime de la Fuente y Luisa María Medellín entre otros, lo mismo que José María Mena con sus dibujos.
Al propio tiempo que hacía 7 Días, Elizalde Escobedo actuaba como corresponsal de El Sol del Norte periódico de Saltillo perteneciente a la Organización Editorial García Valseca y posteriormente en el Diario Vespertino El Coahuilense propiedad de Óscar Flores Tapia y donde participaban algunos de los compañeros que impulsaba Eduardo Elizalde Escobedo.
Hacia finales de 1976 y principios de 1977 Eduardo Elizalde Escobedo fue invitado por el licenciado Mariano López Mercado a dirigir La Opinión de Monclova que en una primera parte de su historia tuvo la participación del periódico La Opinión de Torreón y que se quedó posteriormente como propiedad del político.
A pesar de que Eduardo Elizalde Escobedo se encontraba delicado de salud, aceptó el reto y al frente de un grupo de incipientes reporteros prosiguieron la historia de La Opinión de Monclova.
Entre la gente originaria de Torreón que llegó a la Capital del Acero se encontraban Socorro Díaz, Miguel Ángel Díaz y Guadalupe Valdivia, ellos tres con el propósito de promover la venta de publicidad.
Se encargó del área administrativa a un ingeniero Miguel Maynez reforzado por el Contador José Luís Adriano Fierro.
Para integrarse a la redacción viajaron Juan Minor Segovia, Roberto Arturo Chávez Chávez, Hermilo Mendoza Gurrola y José María Mena Rentería.
Esa primera ocasión la aventura se prolongó durante muy poco tiempo debido al comprometido estado de salud de Eduardo Elizalde Escobedo, quien debió trasladarse a la ciudad de Laredo para ser atendido en una institución hospitalaria de aquella ciudad texana.
Durante esos meses, de los compañeros que llegaron a  Monclova para actuar como reporteros, el que se mantenía más próximo a mi padre era José María Mena Rentería, debido a que él le aplicaba las inyecciones que requería durante varias veces al día.
Gracias al apoyo económico del gobierno de Coahuila de ese entonces, por conducto del licenciado Roberto Orozco Melo Eduardo Elizalde Escobedo estuvo en condiciones de someterse a un prolongado tratamiento médico en la ciudad de Laredo.
Luego de unos meses y tras su completo restablecimiento, lo volvió a llamar el licenciado Mariano López Mercado para que se hiciera cargo de la dirección de La Opinión de Monclova.
Convocó al equipo que le acompañó en la primera ocasión, de nuevo se instalaron en Monclova José María Mena Rentería, José Luís Adriano Fierro, Roberto Chávez Chávez, Juan Minor Segovia a los que me incorporé en los primeros meses de 1978.
Se logró la intención de mantener con vida La Opinión de Monclova y durante el tiempo que participó la gente de Torreón el periódico era opción informativa y se llegó a tener participación en acontecimientos importantes para la ciudad de Monclova.
Una de las principales noticias de la época fue la llegada a la presidencia municipal de un candidato procedente de un partido de oposición.
Esto le tocó en suerte a Carlos Alberto Páez Falcón que no era militante activo del PAN pero que había encabezado un movimiento empresarial de protesta contra la administración del profesor Óscar Flores Tapia.
En aquel momento el PAN de Monclova era encabezado por Manuel Castelazo Mendoza un regiomontano muy aguerrido que vio en el empresario gasero Carlos Alberto Páez Falcón la persona idónea para ser el abanderado azul y blanco.
La estrategia tuvo éxito pues además de la buena imagen dejada por Páez Falcón entre los ciudadanos, en cambio no era bien visto el candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Monclova, el dirigente magisterial de la Laguna Miguel Vargas.
Todos esos asuntos fueron reporteados por José María quien logró durante los años de su desempeño en Monclova buenas relaciones con gente de los sectores empresarial y productivo.
El trabajo en Monclova se pudo mantener hasta bien avanzado el año de 1979, el periódico fue abandonado por su propietario que no permitía que hubiera dinero ni para papel o tinta, así, no se pudo resolver una huelga que se vieron obligados a estallar los trabajadores de La Opinión ante la falta absoluta de salarios.
Durante los años que se permaneció en Monclova mi padre, José María Mena y un servidor  fuimos cortejados por Armando Castilla Sánchez y Óscar Medrano para que encabezáramos una sección diaria del periódico Vanguardia con la denominación de Vanguardia Laguna y la ocasión se dio con motivo de la conmemoración del Plan de Guadalupe.
Un día antes de la conmemoración del Plan de Guadalupe se hizo el viaje a Saltillo, en la ocasión se concretó el proyecto de Vanguardia Laguna y se decidió como fecha de arranque el mes de junio de 1980. La oficina se ubicó en un inmueble de la avenida Matamoros entre Acuña y Rodríguez donde se ubicaba Casa Wolckart.
Entre las gentes que formamos parte de Vanguardia Laguna en el área de redacción se encontraba como director Eduardo Elizalde Escobedo, Jefe de Redacción Juan Elizalde Lara y reporteros – entre otros- José María Mena Rentería, Juan Minor Segovia, Hermilo Mendoza Gurrola, Maricruz Rubio Márquez, Eduardo Sarabia Meza.
Se trabajó hasta el mes de junio de 1981, en esa fecha Armando Castilla vino a Torreón y ofreció indemnizar al personal… Quienes aceptamos, recibimos de inmediato la nuestra liquidación y solo Eduardo Sarabia Meza aceptó proseguir su labor como reportero en
Saltillo, donde hasta la fecha trabaja pero ya no en Vanguardia, sino como reportero de Canal 7.
El resto decidimos unir nuestras indemnizaciones para publicar “Hoy Expresión de la Laguna”, se trataba de un periódico tabloide diario que se pudo publicar durante varios meses mientras lo permitieron los costos de producción.
De hecho, el primer espacio publicitario fue pagado por don Arturo Orona Gámez y el agente fue José María Mena Rentería.
Mena siguió participando durante varios meses en “Hoy  Expresión de la Laguna” hasta que lo forzó a buscar nuevos aires la necesidad de obtener medios económicos para su familia pero siempre mantuvo el contacto con Elizalde Escobedo, con mi hermano Eduardo y con el que escribe.
Luego de que dejó de escribir en “Hoy Expresión de la Laguna” Mena se involucró en un suplemento dominical de El Siglo de Torreón. El proyecto editorial tenía como intención la creación de una sección  dominical con valores laguneros.
De ese proyecto formó parte durante varios meses, hasta que al cabo de cierto tiempo logró colocarse entre el personal de La Opinión, años antes de que la empresa lagunera fuera adquirida por el Grupo Multimedios.
Fue hacia 1983 cuando Mena ingresó a La Opinión. Primero se hizo cargo de La Opinión de la Tarde publicando lo mismo cartones que notas informativas.
Mena se formó la disciplina de escribir un promedio de 7 – 8 notas diarias, entre ellas columnas. Por su versatilidad le dieron nuevas encomiendas y cada año realizó un suplemento con motivo de la celebración del Festival de las Etnias.
Su inquietud como escritor tuvo fruto en varias obras, una de las más conocidas “Los Murales de la Presidencia municipal de Torreón” y también realizó breves folletos acerca de personajes históricos.
Nunca dejó de frecuentar a Eduardo Elizalde Escobedo, hasta la muerte de este en agosto de 1986, lo mismo mi hermano Eduardo y un servidor siempre contamos con su amistad incondicional que se extendía a Pedro Belmonte Rivas.
Chema no pudo seguir dedicado con la intensidad acostumbrada a la actividad periodística y la principal razón para ello fue que se le sometió a una operación coronaria hacia 2006, por lo que desde entonces se mantuvo en situación de retiro parcial.
Fue objeto de algunos reconocimientos por trayectoria periodística que otorga el gobierno de Coahuila, pero quién es intoxicado por el virus del periodismo en pocas ocasiones se puede sustraer totalmente de la costumbre de escribir.
Mena escribía con profusión. En el periódico Express le publicaban su columna, lo mismo era frecuente en medios impresos y electrónicos. Los principales: El Periódico de Saltilllo, la Revista Progreso, www.lalaguna.com .
Hacia 2009 me encomendó el diseño de una revista de tamaño doble carta, se trataba en realidad de un folleto, de dos hojas y ocho páginas que circulaba en Matamoros, pero previamente contrataba la publicidad, el anunciante casi siempre era la Presidencia Municipal de Matamoros.
Incansable en su faceta de reportero, José María acostumbraba escribir breves artículos, que enviaba a medios regionales como El Siglo y Milenio para su publicación en los espacios en los que los lectores opinan.
En la revista Progreso de Francisco Hernández mensualmente le publicaban un par de cartones, además de algunas columnas, También enviaba su colaboración mensual a J. Guadalupe Robledo para el periódico de Saltillo y semanalmente para la publicación digital www.lalaguna.com .
Hasta su fallecimiento, en www.hoyacontecerdelalaguna.blogspot.com era colaborador habitual, un promedio de entre cuatro y seis ocasiones por mes.
Hombre positivo, jovial, leal, muy ceremonioso José María Mena Rentería tenía la facilidad para conquistar el afecto y la amistad de quienes lo tratamos por lo que con su ausencia deja un hueco difícil de llenar, aunque solo se adelantó en el viaje que todos debemos emprender.
¡Descansa en paz Chema, ya nos encontraremos cuando el destino lo permita!

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