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3 de mayo de 2011

El Tiempo, la Memoria y la Elección del 3 de julio

Roberto OROZCO MELO

La forma acelerada en que transcurre el tiempo, tanto que de nuestra propia existencia sólo registramos los episodios que consideramos más importante sin reparar apenas en lo que nos trasciende es el tema que aborda en su columna HORA CERO el periodista, abogado, político e historiador ROBERTO OROZCO MELO originario del risueño municipio de PARRAS DE LA FUENTE.

Corren los días y apenas nos damos cuenta de su acelerado tránsito. ¿Qué tanto tiempo hizo que celebramos la Navidad y el Año Nuevo? Fuera poco o mucho, nos daría lo mismo. Fluyeron horas, días, semanas, meses y años. Y nuestra propia existencia avanzó veloz; tanto que, de ella, sólo registramos lo más importante, sin fijarnos en los detalles que nos trascienden.
Al no recordar con precisión lo que hicimos en cada uno de tales días, nos alarma nuestra desmemoria; y más nos preocupa cuando, en paralelo, soslayamos las decenas de años que, ahora, nos abruman. Ya arrancamos del almanaque cada una de las trescientas sesenta y cinco datas que contiene y que nos atañen. Tantas han sido que fingimos sonreír ante la acumulación de sumandos en cada uno de nuestros aniversarios. Por ello, celebrémoslos o no, quienes los tienen bien presentes quizás son nuestros acreedores, o las personas que antes nos han querido y ahora nos malquieren. Así es la vida.
¿Qué son ahora de éstas y otras palabras de honor? Aire y saliva cuando mucho: las personas firman documentos crediticios y ofrecen pagarlos en un plazo inmediato; pero incumplen, no lo hacen. Prometen mantener cerrada la boca ante una personalísima imprudencia, confesada por otro de sus amigos y a pesar de la promesa de sigilo, no se realiza el favor solicitado. En la mayor parte de los compromisos toda acción directa o solidaria quedará en la nada, lo hablado se olvidará, las promesas serán incumplidas, lo atestiguado será divulgado y obviamente jamás se respetan estos compromisos. Por esto conviene volver a practicar los buenos hábitos en las relaciones humanas: cumplir lo que se prometa, o no prometer lo que no sea posible cumplir.
Véase cómo actúan algunos partidos políticos, ahora que están a punto las elecciones estatales. A pesar de que participan ocho o diez o no sé cuántos más organizaciones políticas, no sabemos de un mensaje positivo, aprovechable, en la campaña de Acción Nacional, pues la precaria miga que guarda su ideología quedó pulverizada en casi doce años de quiméricas promesas, además incumplidas. Los dicentes "ideólogos" han usado contra el PRI la misma socarrona dicacidad con la cual combatieron al Partido Nacional Revolucionario en 1928 y 29, al Partido de la RevoluciónMexicana en 1938 y 1945 y finalmente ahora reproducen la fraseología dirigida contra el actual PRI desde su fundación en el año 1946.
Hoy el PAN recurre a los tiraderos de basura y garabatea en recortes de papel un "mensaje político" dirigido a combatir la candidatura de Rubén.
Moreira Valdés a gobernador de Coahuila. Cuando esta postulación se gestaba en el PRI la gente se extrañaba: ¿Un hermano sucede en el cargo a otro hermano? ¡Es esto posible! Leí entonces las varias constituciones coahuilenses ya periclitadas: desde la de 1827 dirigida a estructurar y regir al entonces Estado Libre y Soberano de Coahuila y Tejas: no contenía ninguna prohibición que impidiera a un hermano, ni siquiera a un pariente lejano, la sucesión en el Poder Ejecutivo del Estado. Tampoco lo establecía la Constitución de 1918, aprobada y vigente en 1917. En el año 1943 se revisó la Carta Magna coahuilense, y se incorporaron algunas reformas constitucionales que establecían nuevos términos temporales en el ejercicio de los gobiernos estatales, hasta por seis años y en tres años para los Ayuntamientos. De lo otro que platicamos, nada.
Si Rubén Moreira Valdés gana la elección del 3 de julio, lo que es posible de acuerdo a las encuestas realizadas en Coahuila por las más serias empresas consultoras de opinión pública, nada habrá en el campo de la legalidad que evite el triunfo del licenciado Moreira. Y mire usted, asombrado lector, yo tengo un pálpito: el también profesor Moreira podría llegar a ser uno de los mejores gobernadores de Coahuila en los 200 años que separarán a 1827 del 2017. Sería todo un récord transecular, a pesar de que hayan existido, como existieron, muchos otros mandatarios de prestigio.

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